MERCOSUR-UE: Ministros eluden discrepancias

Un calendario de negociaciones preliminares entre el Mercosur y la Unión Europea hasta fines de 2003 fue la solución lograda en la reunión ministerial de este martes en Brasil, en busca de superar las discrepancias para un acuerdo comercial.

El llamado Programa de Trabajo prevé tres reuniones del Comité de Negociaciones Birregionales, a realizarse entre noviembre y la segunda quincena de mayo en Brasilia, Bruselas y Asunción, en ese orden, y un nuevo encuentro ministerial en el segundo semestre del año próximo, en una ciudad europea a designar.

Todos los asuntos que interesan al Mercosur y a la Unión Europea (UE) están contemplados en el cronograma, pero sólo en lo que refiere a métodos, modalidades, normas y propuestas iniciales.

El objetivo de esas reuniones es preparar las posiciones que serán llevadas a la mesa de negociación efectiva, explicó el comisario de Comercio de la UE, Pascal Lamy, al término del encuentro de Río de Janeiro.

Así, las negociaciones de definición y la discusión del borrador del Acuerdo de Asociación Interregional sólo comenzarán en la próxima reunión ministerial, dentro de un año o poco más, siempre y cuando se logre avanzar en el Comité de Negociaciones Birregionales (CNB).

El Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, renunció de este modo a la propuesta de un acuerdo limitado, pero que podía entrar en vigor en 2004 y aumentaría el comercio entre los dos bloques con la reducción de trabas y crecimiento de preferencias arancelarias o cuotas.

Sin embargo, el acuerdo preliminar alcanzado en Río de Janeiro no significa que el Mercosur reducirá sus esfuerzos por ampliar sus exportaciones, atendiendo a una necesidad de sus economías, dijo el canciller brasileño, Celso Lafer.

El acceso a mercados es la cuestión prioritaria del Mercosur, mientras la UE concede énfasis a las reglas comunes que el bloque sudamericano aún está construyendo, señalaron Lamy y Lafer.

El Programa de Trabajo, la discusión de todos los temas y las prioridades de cada parte, pero en secuencia, punto por punto, fue la salida ”más pragmática” lograda, definió Lamy.

En la discusión de este martes se concluyó en la conveniencia de ”no limitar las ambiciones” del acercamiento entre los dos bloques e intensificar las negociaciones por un acuerdo amplio, informó Lafer.

La realización de las elecciones este año en Brasil y el primer semestre de 2003 en Argentina y Paraguay no afectará las negociaciones, aseguraron los ministros de ambos bloques, ya que los gobiernos siguientes deberán mantener las actuales líneas de trabajo.

Los dos bloques se están acercando por tener ”afinidades en valores y perspectivas”, de tal manera que el Mercosur sigue, décadas después, un proceso similar al de la UE, destacó el canciller brasileño.

”El Mercosur nos interesa también porque celebra elecciones”, observó el comisario de Relaciones Exteriores de la UE, Christoffer Patten, al precisar que en cuestiones como democracia y derechos humanos no hay diferencias entre los dos bloques.

Sin embargo, existen grandes asimetrías que deberán ser consideradas en un acuerdo, reconocieron los dirigentes de ambas partes. ”En cada punto a negociarse se tendrá en cuenta cómo lo afecta la asimetría”, prometió Lamy.

Una de las cuestiones críticas es la que refiere al área agrícola, que concentra las quejas del Mercosur, admitió Lamy.

Los países del Mercosur, todos grandes exportadores de productos agrícolas, pretenden que al UE elimine sus barreras y subsidios que distorsionan el comercio, provocándoles graves pérdidas.

Pero la UE absorbe la mitad de todas las exportaciones agropecuarias del Mercosur, mientras Estados Unidos sólo importa de esta zona 20 por ciento, recordó Lamy, contrarrestando las críticas. Además, ”dos tercios de esas importaciones de la UE se hacen con arancel cero”, acotó.

La UE prefiere negociar los temas agrícolas en la Organización Mundial de Comercio, pero no se negará a hacerlo bilateralmente con el Mercosur si avanza la reforma de su política agrícola común, que estableció los subsidios y políticas de protección a los productores europeos.

El Programa de Trabajo resuelto en Río de Janeiro establece un cronograma de discusiones y los puntos a tratar en cada reunión del CNB, aunque sólo indica la disposición de discutir el acceso al mercado, servicios, compras gubernamentales, inversiones, patentes y reglas de origen, sin abrir nuevas perspectivas de acercamiento de las posiciones.

Las definiciones siguen aún aspectos muy generales. El acuerdo Mercosur-UE debe ir más allá de las reglas que establezca la Organización Mundial de Comercio en su nueva ronda global, por ejemplo.

La UE continúa negándose a definir una fecha para la conclusión de las negociaciones y el acuerdo buscado como de libre comercio. Lo que se busca, según Lamy, es una ”liberalización comercial gradual y recíproca, cubriendo todos los sectores”.

El Mercosur, agobiado por la crisis económicas y enfrentando la grave necesidad de ampliar sus exportaciones, tiene urgencias que las ambigüedades europeas no atienden. (FIN/IPS/mo/dm/if/02

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