MERCOSUR: Esfuerzo pragmático por un lugar en mercado europeo

La apremiante necesidad de obtener divisas condujo al Mercosur a buscar un acuerdo con la Unión Europea (UE) que le permita aumentar las exportaciones a corto plazo.

La propuesta, a ser presentada en el Encuentro Ministerial Mercosur-UE a realizarse entre este lunes y el miércoles en Río de Janeiro, es lograr un acuerdo de preferencias arancelarias ”lo más rápido posible”, declaró el ministro brasileño de Desarrollo, Industria y Comercio, Sergio Amaral.

Así, la creación de un área de libre comercio entre ambos bloques, que desde el inicio del acercamiento de ambas partes hace más de cinco años había sido previsto que definiera en 2005, quedaría finalmente postergado para cuando haya condiciones de reducir los subsidios y las barreras agrícolas de la UE.

La liberalización del mercado agrícola es un reclamo básico del Mercado Común del Sur (Mercosur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, todos grandes exportadores de productos agropecuarios.

Pero es una cuestión que la UE sólo acepta negociar en el marco de la Organización Mundial de Comercio, trabando por tanto tratativas más ambiciosas sobre el libre comercio, que exige la exención arancelaria de por lo menos 85 por ciento del intercambio entre las partes involucradas.

Por eso el Mercosur decidió, después de alguna resistencia brasileña, adoptar una vía pragmática de un acuerdo limitado, pero que podría entrar en vigor en 2004.

De esa manera se podría ampliar el comercio entre ambos bloques, a través de la reducción de aranceles y otras barreras en los rubros posibles y del aumento de las cuotas que limitan la exportación de algunos productos sudamericanos.

Sin embargo, las señales de la UE no apuntan en ese sentido. Por el contrario, quiere postergar la negociación de aranceles y otras trabas para después que el Mercosur alcance una integración más profunda, con reglas comunes para cuestiones como compras gubernamentales, servicios, inversiones y patentes.

Esa posición fue transmitida a los gobiernos del Mercosur en una carta de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE. El mensaje deja clara la exigencia de mayor avance en la integración del bloque sudamericano, a semejanza del europeo, para una negociación de apertura comercial.

La UE evita la mención al ”área de libre comercio”, tal como ya hizo en una reunión en mayo, cuando también se negó a fijar una fecha de definición del acuerdo, permitiendo interpretaciones de que hesita en asociarse al Mercosur.

Por eso son escasas las expectativas de resultados concretos en esta reunión ministerial de la semana próxima en Rio de Janeiro, pese al ”pragmatismo” del Mercosur.

No se puede esperar avances significativos, pero es ”correcto el esfuerzo” del Mercosur en conquistar espacios nuevos en el mercado europeo, ”aunque sean pequeños”, opinó el director ejecutivo del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (CEBRI), Mario Marconini.

La imposibilidad en este momento de derribar la gran distorsión del comercio internacional que representan los subsidios agrícolas, hace más necesario ”insistir” en la estrategia de aumentar las exportaciones ”grano a grano”, atacando las cuotas, sobrearanceles, precios mínimos y otras trabas, agregó.

Los países del Mercosur, con graves debilidades en sus cuentas externas, están hoy obligados a hacer todo el esfuerzo posible para obtener superávit comercial, sentenció.

Pero las discrepancias entre las posiciones con que los dos bloques llegan al Encuentro Ministerial no alientan esperanzas.

Las reglas que la UE pretende ver definidas en el Mercosur, como etapa inicial de un acercamiento, se refieren a sectores en que las empresas europeas tienen total supremacía sobre las sudamericanas.

La UE se queja de que su oferta inicial, para iniciar la negociación sobre reducción arancelaria, cubre 90 por ciento del comercio entre los dos bloques, mientras que el reclamo del Mercosur se limita a 40 por ciento.

El porcentaje europeo impresiona, pero no contempla lo que más interesa al Mercosur, que son los rubros agrícolas y agroindustriales, contrarrestó el canciller brasileño, Celso Lafer.

La crisis económica que, en distintos grados, afrontan todos los miembros del bloque sudamericano también dificulta la negociación con la UE. A eso se suman la incertidumbre política derivada de las elecciones presidenciales de octubre en Brasil y de marzo de 2003 en Argentina.

Los nuevos gobernantes que surjan de esos comicios pueden tener otras ideas, tanto para el bloque como para la integración con la UE o con el resto del continente, en las negociaciones para crear el Area de Libre Comercio de las Américas.

Por ejemplo, el candidato del oficialismo a la presidencia de Brasil, el socialdemócrata José Serra, defendió en las últimas semanas llevar el Mercosur a una simple área de libre comercio, renunciando así a la unión aduanera, un camino opuesto al pretendido por la UE como condición para la negociación. (FIN/IPS/mo/dm/ip/02

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