MERCOSUR: Crisis política y del modelo de integración

La inestabilidad en Paraguay costó dos muertos en manifestaciones el lunes y hace más dramática la crisis del Mercado Común del Sur (Mercosur), que adquirió carácter político y puede alterar los rumbos de la integración.

El presidente paraguayo, Luis González Macchi, puso fin anticipado este miércoles el estado de emergencia por cinco días que había declarado el lunes, pero la conmoción persiste en el marco de una oleada de protestas que comenzó en junio, con manifestaciones contra privatizaciones planeadas por el gobierno.

Los opositores paraguayos demandan la renuncia de González Macchi, acusado de numerosos actos de corrupción, y cuestionan la legitimidad de su mandato, que no surgió de elecciones sino de una decisión del parlamento en marzo de 1999, luego de que demostraciones callejeras precipitaran la renuncia de Raúl Cubas.

A eso se suman incertidumbres sobre las elecciones presidenciales de Brasil en octubre y de Argentina en marzo, en las cuales tienen grandes probabilidades de triunfo opositores que proponen cambios en el Mercosur.

La creación y crecimiento del bloque en los años 90 fue ”usada por los gobiernos” de los países miembros, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, para justificar e impulsar la apertura de sus economías, dijo a IPS Ana Stuart, del Núcleo de Investigación sobre Relaciones Internacionales de la Universidad de Sao Paulo.

El ejemplo más evidente es Brasil, donde el presidente Fernando Collor de Mello (1989-1992) invocó el proceso del Mercosur para enfrentarse a fuertes resistencias internas a las políticas llamadas neoliberales de privatización y reducción de trabas a las importaciones y al movimiento de capitales.

Collor de Mello puso fin al modelo de sustitución de importaciones con mercado nacional protegido.

La integración, lanzada en 1991 con el Tratado de Asunción, se realizó con criterio ”economicista, sin políticas comunes para el desarrollo regional” como las acordadas en los años 80 por el presidente argentino Raúl Alfonsín y el brasileño José Sarney, opinó Stuart.

Los acuerdos de los años 80 preveían políticas convergentes de desarrollo, fortalecimiento de las democracias tras largos periodos de dictadura militar, y políticas sociales, señaló la investigadora, de origen argentino y residente en Brasil desde hace 25 años.

Pero el proyecto ”comercialista” del Tratado de Asunción dejó el bloque y a sus Estados miembros a merced de los vaivenes del mercado, sin prever medidas para mitigar perjuicios sociales, y a eso se deben las crisis que demuestran el fracaso del modelo neoliberal, afirmó.

Los procesos electorales en la subregión, incluyendo el de Bolivia, país asociado al Mercosur, revelan una tendencia al cambio, con fortalecimiento de la oposición a los gobiernos predominantes en la última década, observó Stuart.

Triunfos de esas fuerzas opositoras deberían conducir al rescate de la idea de integración como ”instrumento de desarrollo regional”, con políticas públicas comunes, instituciones para formularlas y aplicarlas, parlamentos más influyentes y participación de movimientos sociales, añadió.

Los incidentes del lunes en Paraguay hacen recordar que los integrantes del Mercosur ”aún están en fase de consolidación democrática”, señaló a IPS la investigadora de relaciones internacionales Sonia Camargo, de la Universidad Católica de Río de Janeiro.

Paraguay es el eslabón más debil de la región, y nunca resolvió sus problemas de inestabilidad tras el fin de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), pero los demás integrantes del Mercosur también sufrieron prolongadas dictaduras militares hasta mediados de los años 80, destacó.

La cohesión política es considerada esencial para la integración por los Estados miembros, que adoptaron en 1998 una ”cláusula democrática” para excluir del bloque a cualquier país en el cual se imponga un gobierno ilegítimo.

Las crisis económicas, que extendieron la pobreza a más de la mitad de la población en los casos de Argentina y Paraguay, crean situaciones explosivas, pero eso no significa que se impongan salidas antidemocráticas, opinó Camargo.

Argentina ha sufrido cuatro años consecutivos de recesión, pero la sustitución de tres presidentes desde diciembre siguió las reglas constitucionales, y no se prevé un golpe de Estado como los que causaron la ”experiencia traumática de gobiernos militares, que incluso están en el origen de la crisis actual”, comentó.

El desgaste de los regímenes militares, predominantes en América Latina hasta los años 80, reduce el riesgo de nuevos golpes y de gobiernos que se presenten como ”salvadores de la patria”, sostuvo.

Pero la región sigue vulnerable a presiones externas, en nombre del combate al narcotráfico como en Colombia, o de intereses financieros internacionales que no tienen ”ningún compromiso con la democracia”, añadió.

En el Mercosur, la crisis de Paraguay es en especial un problema para Brasil, donde está asilado desde 2001 el ex general paraguayo Lino Oviedo, responsable de un intento de golpe de Estado en 1996, y ahora acusado de fomentar y dirigir protestas para desestabilizar a González Macchi.

Oviedo es muy popular en su país, donde fue condenado a 10 años de prisión, bajo cargos de autoría intelectual del asesinato en 1999 del vicepresidente Luis María Argaña. El gobierno brasileño le permite libertad de movimientos, pero no actividades políticas.

Asunción prometió enviar a Brasilia pruebas de que Oviedo coordinó las manifestaciones del lunes, que podrían determinar su expulsión del país. Además, la emisora de televisión brasileña Globo difundió un vídeo que muestra a Oviedo en un acto político en la localidad de Ponta Pora, fronteriza con Paraguay.

El ministro de Justicia brasileño, Paulo de Tarso Ribeiro, aseguró en la noche del martes que el ex general deberá presentarse este miércoles en la capital para esclarecer su relación con las protestas en Paraguay, y aseguró que tendrá ”amplio derecho de defensa”.

Sin embargo, el Ministerio de Justicia advirtió también que no permitirá que el territorio brasileño ”sea utilizado para acciones que provoquen la desestabilización de naciones amigas”. (FIN/IPS/mo/mp/ip if/02

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