MARRUECOS-ESPAÑA: Perejil es escenario de un enfrentamiento mayor

La crisis entre Marruecos y España por un islote rocoso del estrecho de Gibraltar es un episodio del choque entre el Islam y Occidente y entre intereses económicos contrapuestos, según creen políticos y analistas marroquíes.

Fuerzas españolas desalojaron esta semana a seis soldados de Marruecos que ocuparon la semana pasada el islote de Perejil o Leila, de 13,5 hectáreas y ubicado a 200 metros de las costas marroquíes y a 14 kilómetros de España.

Madrid aseguró que retirará sus fuerzas, siempre que el rey de Marruecos Mohammed VI dé garantías claras de que no se propone reocupar la isla.

”No somos promotores de la guerra”, dijo el canciller marroquí Mohamed Benaissa. Pero el país apelará a medios legítimos para recuperar una isla que considera parte de su territorio, agregó. Marruecos llevó el jueves el caso ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

”No es sólo una disputa por un pequeño territorio. Es más bien parte de un conflicto cultural y de civilizaciones de gran alcance entre Oriente y Occidente, dos mundos con diferentes sistemas de valores”, opinó el analista Ahmed Iraqui.

Las diferencias entre Marruecos y España ”deben percibirse como una extensión del conflicto entre el Islam y Occidente”, que ya ”se corporizó en lo ocurrido en (la guerra de) Afganistán, en lo que está ocurriendo en Palestina y en lo que ocurrirá en Iraq”, dijo Iraqui en alusión al conflicto entre palestinos e israelíes y a la amenaza de Estados Unidos de invadir Iraq.

El analista dijo a IPS que ”incluso Marruecos, aliado de Occidente, no está a salvo de las consecuencias de tal enfrentamiento”.

Los mayores conflictos del mundo ”tienen como una de sus partes a una nación o a una minoría musulmana”, lo cual ”muestra la exactitud de la teoría del choque de civilizaciones entre el Islam y Occidente”, aseveró.

Este incidente pone en peligro las relaciones entre ambos países, ya tensas por el continuo flujo de inmigrantes indocumentados hacia España, los derechos de pesca y la situación del Sahara Occidental, antigua colonia española anexada por Marruecos, donde un movimiento rebelde procura la independencia desde 1979.

”Más allá de su arrogancia, España no puede aceptar que Marruecos, una nación en desarrollo, se ponga de pie para defender sus derechos e intereses. La invasión española es parte de una escalada que se inició cuando Marruecos se negó a renovar el acuerdo de pesca con la Unión Europea”, señaló el analista político Mohamed Moaid.

Rabat rechazó una renovación del acuerdo, que expiró en 1999, alegando que sus reservas pesqueras estaban menguando, lo que forzó a 600 buques europeos, la mayoría españoles, a abandonar la captura en aguas marroquíes.

Marruecos arguye que colocó seis soldados en el deshabitado islote rocoso como ”parte de los esfuerzos para enfrentar el terrorismo, la inmigración ilegal y el tráfico de drogas”, a través del estrecho de 12 millas que separa Africa del Norte de España.

Los efectivos no presentaron resistencia a la nave española que desembarcó en Perejil o Leila, nombre árabe del islote. Los soldados españoles retiraron las banderas de Marruecos y colocaron las propias.

España dejó el islote en 1956, cuando la nación norafricana obtuvo la independencia, aunque mantuvo sus enclaves septentrionales de Ceuta y Melilla. Desde entonces Perejil permaneció deshabitado.

”Los españoles aún no han olvidado que Marruecos fue el punto de partida de los consquistadores musulmanes que gobernaron España durante siete siglos” hasta 1492, cuando cayó la última ciudad islámica, Granada, ante los reyes católicos Fernando e Isabel, dijo el profesor de sociología Brahim Kazwini, de la Universidad de Rabat.

Todos los sectores políticos marroquíes se unieron para deplorar ”la invasión española”.

La actitud de Madrid ”refleja su hostilidad hacia Marruecos. El gobierno de José María Aznar es incapaz de escapar a la mentalidad colonialista al tratar con Marruecos”, sostuvo el líder del opositor Partido Constitucional, Mohamed Abdiad.

El Movimiento Popular, uno de los partidos más grandes del país, ve en este incidente la oportunidad para que Marruecos endurezca su postura frente a España.

Según algunas informaciones, Madrid envió tropas al islote sin temer que Rabat presione por recuperar Ceuta y Melilla, más significativos que la rocosa Leila o Perejil.

Las últimas conversaciones entre España y Gran Bretaña sobre el futuro de la colonia británica del peñón de Gibraltar alentaron las ambiciones marroquíes de recuperar el control de los dos enclaves españoles.

El gobierno marroquí debe ”reaccionar con firmeza al agresivo acto de España”, sostuvo Abdelkerim Khatib, líder del Partido de la Justicia Islámica y el Desarrollo, que cuenta con 12 escaños en el parlamento.

En la septentrional ciudad costera de Tetouan, frente a Perejil, cientos de personas salieron el jueves a las calles para protestar. ”España vete, Leila no es tuya”, gritaron los manifestantes frente a la sede del consulado español.

Las autoridades dispusieron medidas de seguridad en torno a la sede de la embajada de España y las oficinas consulares en Rabat.

Una fuente gubernamental dijo a IPS que la tensión no sólo es grande entre los dos gobiernos, sino entre las dos monarquías.

”Relaciones que eran casi como un vínculo familiar ahora están cortadas. La familia real marroquí no invitó al rey (Juan Carlos) de España a la boda del rey Mohammed el pasado fin de semana”, sostuvo la fuente. (FIN/IPS/tra-eng/na/ss/dcl/ip/02

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