INDIA: Radicalismo hindú avanza en el gobierno

El nuevo gabinete de India refleja el creciente poder del ala más radical del principal partido de la coalición de gobierno, el hinduísta Bharatiya Janata, que está enfrentada con la minoría musulmana.

El primer ministro Atal Bihari Vajpayee designó viceprimer ministro a Lal Krishna Advani, cuyos discursos han encendido los choques entre sectores radicales de la mayoría hindú y musulmanes desde comienzos de los años 90.

Bharatiya Janata era a principios de los 90 una fuerza política marginal y logró en 1998 conquistar el gobierno, acompañado por otros 22 partidos de variada ideología. Expertos atribuyen ese avance a la campaña hinduísta que condujo Advani en persona, en especial en el norte.

La culminación de esa campaña fue la demolición en diciembre de 1992 a manos de una horda de fanáticos hindúes de un templo construido en el siglo VI, la mezquita Babri, en la localidad de Ayodhya, ubicada en el septentrional estado de Uttar Pradesh.

La campaña encabezada por Advani tuvo como consecuencia una inacabada ola de violencia religiosa en el norte de India. Miles de personas murieron o perdieron su hogar desde entonces por esta causa.

En los últimos meses, Vajpayee fue objeto de fuertes presiones de elementos radicales de su partido y, por otro lado, de sectores seculares como el Partido del Congreso, la principal fuerza de oposición, que administra 14 de los 28 estados y que gobernó el país en los 49 primeros años de vida independiente.

Vajpayee mostró al llegar al poder ”su cara moderada, aceptable para socios de la coalición de gobierno incómodos con el 'comunalismo' (aliento a la violencia religiosa) representado por Advani y por otros partidarios de la mano dura”, dijo el lunes el editor del diario Statesman, C. R. Irani.

Con el tiempo, crecieron las protestas contra medidas del gobierno de Bharatiya Janata, como la edición de manuales escolares que ensalzan la religión hindú y la negativa de las autoridades a impedir ataques contra cristianos y musulmanes.

Se estima que 81 por ciento de los 1.030 millones de habitantes de India son hindúes, 12 por ciento son musulmanes y más de dos por ciento, cristianos.

El diario The Times of India afirmó que los 22 aliados de Bharatiya Janata carecen del poder como para impedir el giro del gobierno hacia el radicalismo religioso.

Los socios minoritarios de la coalición ”renunciaron a saber hacia dónde se dirige Bharatiya Janata”. ”Es una incógnita si continuarán en el gobierno bajo el liderazgo de Advani antes de las elecciones de 2004”, especuló el periódico.

Bharatiya Janata fracasó en su intento de construir en el sitio donde se encontraba la mezquita Babri un templo consagrado a Bhrama, divinidad guerrera de la religión hindú que, según la tradición, nació allí. Se lo impidieron sus socios seculares en la coalición de gobierno y fallos judiciales.

Advani nació en Pakistán pero su familia se trasladó a India en 1947, cuando al retirarse Gran Bretaña del subcontinente indio se formó en su tierra natal una república musulmana. India, de mayoría hindú, fue constituida como un país oficialmente laico.

Un seguidor de Advani, Venkaiah Naidu, fue designado presidente nacional de Bharatiya Janata.

Vajpayee sostuvo que los cambios tenían el propósito de ”fortalecer el partido y suavizar el funcionamiento del gobierno”.

Observadores perciben en la restructura una pérdida de poder del propio Vajpayee y de funcionarios moderados que lo rodeaban, entre ellos el consejero de Seguridad Nacional, Brajesh Mishra.

Los cambios a nivel partidario y de gobierno marcan un retorno del ”discurso nacionalista hindú” en detrimento de la ”imagen liberal” asumida por Bharatiya Janata en los últimos años, con el fin de aumentar su popularidad antes de las elecciones generales previstas para 2004, sostuvo el analista Mahesh Rangarajan.

Luego de sufrir varias derrotas electorales en las elecciones locales de varios estados, entre ellos Uttar Pradesh, Bharatiya Janata decidió reanudar su campaña para construir allí un templo hindú, sin detenerse por la opinión contraria de sus socios políticos ni por las decisiones de los jueces.

Bharatiya Janata designó la semana pasada como su líder en Uttar Pradhesh, estado donde viven 170 millones de personas, a Vinay Katiyar, quien participó en la campaña de Advani. Su intención es continuar demoliendo mezquitas construidas por invasores musulmanes durante la Edad Media.

Katiyar, quien atribuye la pérdida de popularidad de su partido a la tardanza en construir templos hindúes, anunció que continuará con su campaña sin importar lo que diga la justicia.

El jefe de gobierno de Uttar Pradhesh, Mayawati, perteneciente al Partido Socialista Popular, es respaldado por Bharatiya Janata, pero advirtió que no permitirá acciones que pongan en riesgo la armonía entre las comunidades religiosas.

Otro dirigente de Bharatiya Janata que participó en la campaña contra las mezquitas es Narendra Modi, jefe del gobierno del occidental estado de Gujarat, donde en marzo y abril hubo una ola de violencia contra los musulmanes que dejó al menos 1.000 muertos y a 150.000 personas sin techo.

La masacre fue en represalia por el incendio intencional el 27 de febrero de un tren que transportaba hindúes a Gujarat.

Otro de los cambios en el gabinete de Vajpayee, anunciado el 1 de este mes, fue el enroque entre Jaswant Sing, ahora a cargo del Ministerio de Finanzas, y Yashwant Sinha, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores. (FIN/IPS/tra-eng/rdr/js/mj/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe