FRANCIA: Rusia y Angola ya no son tan malos

El presidente de Francia, Jacques Chirac, reelegido el 5 de mayo, dejó de lado anteriores objeciones humanitarias y legales a los gobiernos de Rusia y Angola, y prioriza ahora la posibilidad de hacer negocios con ellos.

El cambio de posición del gobierno francés se puso de manifiesto el fin de semana, con una visita del conservador Chirac a Rusia y otra a Angola del ministro de Relaciones Exteriores, Dominique de Villepin.

Chirac expresó por primera vez apoyo a la ”campaña antiterrorista” de Moscú contra separatistas de la sudoccidental república rusa de Chechenia, durante una reunión con su par de Rusia, Vladimir Putin, en el complejo turístico de Sotchy, a orillas del Mar Negro.

Hasta entonces, el mandatario francés había criticado con dureza las operaciones militares de gobierno ruso para afrontar la insurgencia chechena, que comenzó en agosto de 1999, y esas críticas condujeron al enfriamiento de las relaciones bilaterales.

Chirac sostuvo en Sotchy que ”toda la responsabilidad” de la violencia y los abusos en Chechenia corresponde a terroristas de esa república, poco después de que organizaciones humanitarias internacionales volvieran a acusar a Moscú de violar los derechos humanos en territorio checheno.

”Francia condena todas las acciones terroristas, con independencia de sus causas. Nada puede justificar el terrorismo”, enfatizó el presidente francés el sábado, en una conferencia de prensa conjunta con Putin.

Tras la cumbre, ambos mandatarios anunciaron que Rusia comprará a la firma Airbus, con sede en Francia, 18 aviones para uso civil por valor de unos 600 millones de dólares.

Casi al mismo tiempo, De Villepin se reunía en Luanda con el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, y anunciaba que ”está por comenzar una nueva era” de las relaciones bilaterales.

Pero ese esfuerzo diplomático no pone fin a las investigaciones judiciales en Francia sobre corrupción y contrabando de armas, que involucran a Dos Santos y a algunos de sus colaboradores más cercanos, y causaron una crisis diplomática entre ambos países.

Las investigaciones se vinculan con compras de armas rusas por valor de unos 600 millones de dólares, realizadas por el gobierno de Dos Santos de 1993 a 2000, para combatir a la insurgente Unión por la Independencia Total de Angola, y funcionarios franceses son acusados de corrupción por cooperar en ese ilegal negocio.

Durante 18 meses, Dos Santos ha pedido a Chirac que ponga fin a ese proceso judicial, pero la investigación continuó, y de ella surgieron datos sobre actos de corrupción del gobierno angoleño vinculados con ventas de petróleo y diamantes, e incluso con distribución de medicamentos y alimentos.

Los fiscales también revelaron irregularidades en la negociación de deudas angoleñas con Rusia, que habrían permitido lograr beneficios ilícitos a intermediarios de los dos países y de Francia.

El ministro de Relaciones Exteriores de Angola, Joao Bernardo de Miranda, sostuvo en París a comienzos de la semana pasada que esas investigaciones han causado gran daño a las relaciones bilaterales.

Según versiones periodísticas, Chirac considera la posibilidad de retirar las demandas estatales que iniciaron el proceso judicial, lo cual determinaría el cese de las investigaciones. (FIN/IPS/tra-eng/jg/ss/mp/ip if/02

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