ESPAÑA-MARRUECOS: Al borde de la ruptura

España y Marruecos están al borde de la ruptura, tras desembarcar este miércoles fuerzas militares españolas en el Peñón del Perejil y desalojar de allí a seis soldados marroquíes que lo habían ocupado la semana pasada.

Perejil, llamado Leila en el país árabe, es de formación rocosa, tiene una superficie de 13,5 hectáreas y está situado a 200 metros de las costas marroquíes y a 14 kilómetros de España. Así mismo, dista ocho kilómetros de la ciudad de Ceuta, un enclave español en Marruecos.

El gobierno de Marruecos exigió a España la ”retirada inmediata y sin condiciones” de las fuerzas que desalojaron del islote al destacamento militar marroquí que lo ocupó el pasado jueves.

”Frente a esta agresión, el reino de Marruecos exige, antes que nada, la retirada inmediata y sin condiciones de las fuerzas del Ejército español del islote de Leila, parte integrante del territorio marroquí”, expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Marruecos una nota.

Esa acción violó el espacio aéreo y las aguas territoriales de Marruecos, además de ser ”un recurso a la fuerza contrario a las reglas del derecho internacional”, según el escrito oficial.

El gobierno de Marruecos señaló también que la intervención armada española se produjo cuando el incidente de Perejil se hallaba en etapa de negociación desde hacía 72 horas ”con el apoyo y la colaboración de países amigos”.

Mahjoubi Aherdane, líder del cogobernante Movimiento Nacional Popular y ex ministro de Defensa con el fallecido rey Hassan II, consideró que la acción española fue ”una declaración de guerra y un error”, que ”rompe las relaciones con un país que considerábamos amigo”. Por ello exigió ”la inmediata ruptura de relaciones”.

Marruecos y España reclaman el derecho de soberanía sobre Perejil o Leila. Ambos países invocan hechos históricos, aunque desde 1956, cuando Marruecos obtuvo su independencia, ninguna de las partes había destinado tropas al lugar.

Una vez producida la ocupación por las fuerzas españolas, el gobierno de José María Aznar pidió comparecer ante el Congreso de los Diputados para informar y responder a las interpelaciones de todos los partidos políticos representados en el mismo.

Tras el informe de los ministros Ana Palacio, de Asuntos Exteriores, y Federico Trillo, de Defensa, intervinieron portavoces de la oposición y del gobierno.

Las explicaciones oficiales fueron apoyadas por la principal fuerza de oposición, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), por boca de su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero.

También respaldaron la posición gubernamental otros partidos, como la coalición Izquierda Unida y los nacionalistas catalanes, aunque indicaron que se debe evitar el derramamiento de una sola gota de sangre y dar preferencia absoluta al diálogo y las negociaciones diplomáticas.

El Partido Nacionalista Vasco, que cuenta con cinco diputados sobre un total de 350, fue el único que criticó expresamente la intervención militar y se pronunció a favor del diálogo con Marruecos.

El portavoz del gobernante Partido Popular, Luis de Grandes, dejó expresa constancia de que el Poder Ejecutivo agotó todas las vías diplomáticas y mantiene su confianza en el tratado de amistad y cooperación firmado con Marruecos y los programas de ayuda al desarrollo, de los que ese país es el principal receptor.

Palacio insistió en que el objetivo de su gobierno es restablecer el imperio de la ley y el status quo en Perejil, para negociar con Marruecos de modo franco y constructivo. El status quo sería que ese islote no tuviese fuerzas policiales ni militares de ningún país, aunque España insiste en mantenerlo bajo su soberanía.

La ministra reiteró un par de veces que en ese diálogo y esa negociación de ninguna manera se hablará de Ceuta y Melilla, las dos ciudades españolas enclavadas en territorio marroquí y cuya soberanía reclama Marruecos.

Mientras, Marruecos exige la repatriación inmediata, con sus armas, de los seis soldados detenidos por las tropas españolas en Perejil.

Rabat Abdelkrim Khatib, del Partido de la Justicia y el Desarrollo, islamista moderado, declaró que lo ocurrido es un ataque contra Marruecos y su integridad territorial. ”Marruecos debería romper todas las relaciones políticas y económicas con España”, agregó.

La intervención militar española tendrá ”consecuencias inevitables sobre las relaciones entre los dos países”, coincidió el portavoz de la asociación islamista Al Adl Wal Thssarada, una organización no reconocida oficialmente, pero que es considerada la más importante del movimiento musulmán marroquí.

España recibió el apoyo de Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, quien además manifestó su disposición a facilitar el diálogo entre los dos países.

También obtuvo este miércoles el respaldo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, a la que pertenece.

Marruecos, por su parte, sometió el caso a la Organización de las Naciones Unidas, a la Liga Arabe, a la Organización de la Conferencia Islámica y, según el comunicado oficial, ”mantiene contactos a título bilateral con varios países hermanos y amigos que siguen la evolución de la situación”.

Fuentes diplomáticas señalaron a IPS que el único país árabe que no se alineó con Marruecos es Argelia. (FIN/IPS/td/ff/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe