ESPAÑA-MARRUECOS: Acuerdo no resuelve conflictos

Un acuerdo entre España y Marruecos puso fin a 10 días de crisis en la disputa por el islote de Perejil o Toura, en el mar Mediterráneo, pero los conflictos territoriales entre ambos países continuarán, advirtieron varios expertos.

Esos conflictos abarcan también la cuestión de Ceuta y Melilla, enclaves españoles en la costa de Marruecos sobre el Mediterráneo, y la de las islas Jaafarine, en ese mar, que permanecen bajo control de España desde el siglo XV.

El ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, Mohammed Benaissa, y su par de España, Ana Palacio, acordaron el lunes en Rabat ”restaurar y mantener la situación previa a julio de la isla de Perejil/Toura”, ocupada el 11 de este mes por seis soldados marroquíes, que fueron desalojados el miércoles por fuerzas españolas.

La situación que se restaura es la de ausencia de tropas en el rocoso islote, de 13,5 hectáreas de superficie, a unos 150 metros de la costa marroquí y a 14 kilómetros de la costa española.

Pero el acuerdo, alcanzado con mediación del secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, no dirime a quién corresponde la soberanía del islote, llamado Leila por varios países árabes.

Cuando Marruecos ocupó Perejil/Toura, España temió que sentara un precedente para recuperar Ceuta y Melilla.

Rabat afirma que envió soldados al islote con la intención de ”controlar mejor el tránsito ilegal de personas y drogas” hacia Europa, a través de los 12 kilómetros del Estrecho de Gibraltar, para el cual se emplearía como escala.

Todos los partidos políticos marroquíes expresaron su deseo de que el gobierno endureciera su posición en las negociaciones con España y pusiera sobre la mesa todas las cuestiones pendientes de soberanía.

”Las conversaciones deben abarcar todos los asuntos pendientes, incluyendo las cicatrices dejadas por el colonialismo, que aún dañan las relaciones bilaterales”, afirmó el periódico Al-Ittihad Al-Ichtiraki, de la gobernante Unión Socialista de Fuerzas Populares.

”La disputa por el islote llegó en el momento adecuado para que Marruecos resuelva otras controversias con España”, afirmó el diario independiente Aujourd'hui le Maroc.

Sin embargo, Madrid descartó ampliar la negociación.

”Palacio fue a Marruecos con una agenda de un solo punto: discutir la cuestión de Perejil. Su mandato no incluyó discutir otros asuntos”, dijo a IPS un funcionario de la embajada española en Marruecos que no quiso ser identificado.

La reunión de Benaissa y Palacio ”pudo ser una buena oportunidad para que ambas partes comenzaran un auténtico diálogo sobre todos los problemas que complican las relaciones bilaterales”, sostuvo el oficialista diario L'Opinion.

Pero ”España aún hace oídos sordos a la demanda marroquí de relaciones equilibradas”, con base en el Tratado de Buena Vecindad y Cooperación firmado en 1991, añadió.

Las relaciones bilaterales empeoraron en los últimos meses, debido a controversias sobre la emigración ilegal hacia España desde Marruecos, derechos de pesca y la cuestión de Sahara Occidental, anexado por Rabat en 1975 y donde opera un movimiento independentista.

”Todo el escándalo terminó en nada. Ignoramos si hubo acuerdos secretos entre Benaissa y Palacio, pero no se entiende de qué sirvió ocupar Toura para volver al punto de partida, sin un documento en el que España reconozca soberanía marroquí sobre esa roca”, dijo a IPS el analista político marroquí Mohamed Moaid.

Pero el experto Mohamed Najib Dailami piensa que Rabat quiso sondear qué ocurriría si apela a medios militares para reafirmar su control sobre Sahara Occidental, en el caso de que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no adopte una resolución satisfactoria para los intereses marroquíes.

El Consejo tiene previsto votar a fines de este mes una propuesta sobre el asunto que implica mantener a Sahara Occidental bajo control de Rabat, con importante autonomía.

Ese plan fue diseñado por el ex secretario de Estado estadounidense James Baker, en cumplimiento de un mandato de mediación de la ONU, y no es aceptado por el Frente Popular de Liberación de Saguia al Hamra y Río de Oro, o Frente Polisario, que exige un plebiscito de autodeterminación.

La solución plebiscitaria fue la base de un acuerdo entre el Polisario y Rabat en 1991, con mediación de la ONU, pero la votación se postergó por discrepancias entre ambas partes sobre el padrón de habilitados para sufragar, y el Consejo de Seguridad decidió en junio del año pasado buscar una ”solución política”.

El Polisario ha advertido en varias ocasiones que reanudará el combate si la ONU no ofrece a los saharauis una opción de autodeterminación.

Rabat ”sabe que la Unión Europea y Estados Unidos no permitirán que estalle una guerra en Africa septentrional, pero quiere asegurarse de que las potencias occidentales actúen como le conviene”, opinó Dailami. (FIN/IPS/tra-eng/na/sm/mp/ip/02

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