ECONOMIA-TIMOR ORIENTAL: El país más joven del FMI

Timor Oriental recibió exhortaciones a respetar el libre mercado al asociarse al FMI y al Banco Mundial, pero también advertencias de expertos independientes y activistas sobre las posibles consecuencias de seguir el consejo de esos organismos.

El primer ministro Mari Alkatiri firmó el martes el ingreso al FMI (Fondo Monetario Internacional) y al Banco Mundial, y de ese modo Timor Oriental se convirtió en potencial receptor de fondos de ayuda financiera.

La ex colonia portuguesa anexada por Indonesia en 1975 es el país más joven del mundo, pues formalizó su independencia el 20 de mayo.

La cuota de capital inicial de Timor Oriental en el FMI será el equivalente a 11 millones de dólares. Ese monto es el que determina el acceso al financiamiento de un país y su peso en la organización, que reúne en total cuotas por 285.000 millones de dólares

Países y organizaciones multilaterales comprometieron cientos de millones de dólares en asistencia a esta nación insular de un millón de habitantes.

El director gerente del FMI, Horst Koehler, dijo que Timor Oriental deberá trabajar con la organización, de la que es ahora el miembro número 184, para enfrentarse exitosamente con las dificultades.

”La transición a la independencia fue impresionante y el futuro presenta muchos desafíos, pues Timor Oriental comienza su vida nacional entre los países más pobres del mundo. Ser miembro del FMI y del Banco Mundial es otro paso decisivo en el proceso de construcción de una nación”, afirmó Koehler.

”Los aliento a hacer pleno uso de los muchos beneficios de la integración al FMI, y puedo asegurarles nuestra voluntad de ser vuestro socio en los desafíos por venir”, dijo el jefe del organismo a Alkatiri en el acto celebrado en Washington.

”Timor Oriental reclama su lugar como miembro respetado de la comunidad mundial de naciones, y eso se logra demostrando su compromiso para cumplir con las responsabilidades y aprovechando los beneficios de la cooperación internacional”, afirmó.

El gobierno de José Xanana Gusmao, agregó Koehler, deberá ejercer un ”manejo económico adecuado para establecer las condiciones hacia el crecimiento económico y la estabilidad” mediante el ahorro de ”las futuras regalías por el petróleo y el gas” que, según previsiones, ascenderán a 70 millones de dólares anuales en 2004.

El director que representará a Timor Oriental en el FMI está también a cargo de otros 12 países. El organismo tiene 24 directores ejecutivos, 16 de los cuales representan a grupos de países. Los ocho restantes pertenecen a Alemania, Arabia Saudita, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón y Rusia.

Los donantes acordaron que Timor Oriental recibirá cientos de millones de dólares de asistencia en forma de donaciones en los próximos tres años. Después, si el gobierno lo solicita, recibirá préstamos a bajo interés y con largos periodos de pago.

El dinero será administrado pro el Banco Mundial, a pesar de que dirigentes timorenses y activistas prefieren que lo haga la Organización de las Naciones Unidas (ONU) porque temen que el Banco imponga pesadas condiciones para desembolsarlo.

”La soberanía de Timor Oriental fue conquistada con muchas dificultades, y odiamos verla disminuida. Un pequeño país puede ejercer escaso control sobre grandes entidades como el FMI y el Banco Mundial”, dijo el coordinador de Medios de la organización estadounidense Red de Acción para Timor Oriental, John Miller.

”Los timorenses no quieren, realmente, hipotecar su futuro”, advirtió Miller, quien, como otros activistas a favor de la moratoria de la deuda de los países en desarrollo, desconfía del Banco Mundial y del FMI por sus antecedentes en las naciones endeudadas.

Si Timor Oriental sigue los consejos habituales del FMI, el país contraerá una pesada deuda, al igual que otros países pobres.

Al menos en los próximos años, la economía timorense deberá apoyarse en la asistencia técnica y financiera de la comunidad internacional, lo que hará al país vulnerable a las condiciones impuestas desde el extranjero, según la organización no gubernamental timorense La'o Hamutuk.

La planificación y ejecución de varios proyectos de Banco Mundial en Timor Oriental deja mucho que desear, según un informe divulgado por La'o Hamutuk en su sitio en Internet.

Las imposiciones del Banco Mundial y el FMI a Indonesia para brindarle asistencia tras la crisis financiera de 1997 tampoco le hicieron bien al nuevo país y entonces provincia indonesia, agrega el estudio.

Pero el FMI y el Banco Mundial afirman que sólo quieren orientar a Timor Oriental hacia la estabilidad financiera, ”mediante un sistema económico abierto y basado en el mercado”.

El FMI insistió con éxito en que el dólar fuera la moneda oficial de Timor Oriental durante el periodo de reconstrucción, y también estuvo detrás de la creación de la Autoridad Fiscal Central, que está diseñando la estrategia del nuevo gobierno en materia tributaria y de gasto.

Así mismo, la institución financiera urgió a Dili a gravar la producción de café y la actividad de hoteles y restaurantes, y a fijar salarios reducidos para los empleados públicos.

Donantes internacionales se reunieron en Dili en mayo, luego de la ceremonia de independencia, y se comprometieron a entregar fondos para cubrir un déficit fiscal calculado en unos 90 millones de dólares para los próximos tres años.

Pero organizaciones de la sociedad civil temen a las condiciones fijadas para la entrega de esas donaciones.

”Timor Oriental es demasiado pobre como para que la comunidad imponga cualquier tipo de condiciones, incluso sobre los préstamos favorables”, dijo Miller.

La mitad del presupuesto del país se destina a salud y a educación, y es posible que en el futuro el FMI proponga la reducción de esos gastos, según Miller.

”La salud y la educación son las primeras áreas cuyo presupuesto el FMI urge recortar como condición para liberar el dinero con qué pagar a prestamistas extranjeros”, subrayó el activista.

A comienzos de este mes, Timor Oriental solicitó a la ONU la calificación de país menos avanzado, un estatuto otorgado a las naciones más pobres del mundo que les da derecho a tratamiento preferencial en materia comercial y de asistencia.

Un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado en junio indica que Timor Oriental se ubica entre los países más pobres del mundo.

Su índice de desarrollo humano —calculado en base a la esperanza de vida al nacer, la educación y el ingreso por habitante, entre otros indicadores— está a la par de Angola, Bangladesh y Haití, tres de los países menos avanzados. (FIN/IPS/tra-en/em/ml/mj-lp/dv if/02

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