ECONOMIA: Gran poder de recuperación tras las crisis

La economía y el sistema financiero mundial mostraron gran capacidad de reacción ante las últimas turbulencias, señaló este lunes el Banco Internacional de Pagos, una entidad que coordina a los bancos centrales y es gobernada por países del Norte.

Los tres acontecimientos de mayor repercusión para los mercados financieros fueron la quiebra de la empresa energética estadounidense Enron, la crisis de Argentina y los atentados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York.

El impacto de esos episodios, que se sumaron a la contracción económica mundial, podría haber sido mucho más severo, señaló el Banco Internacional de Pagos (BIP) en su informe anual distribuido en su sede de la ciudad suiza de Basilea.

El sistema económico soportó bien la evolución de la situación, mientras que el sector financiero ha reaccionado con gran flexibilidad.

El presidente del BIP, Nout Wellink, insistió en que los mercados financiero han continuado operando bien y recordó que durante el último año, ”muy difícil”, se evitó una recesión profunda.

El BIP, gobernado en la actualidad por Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia, atribuyó ese comportamiento positivo a la posibilidad de que el sistema financiero internacional haya comenzado a mejorar.

Después de pintar ese cuadro halagüeño, advirtió que sería prematuro pensar que ahora todo debería marchar sobre rieles. Ciertas perturbaciones del año pasado podrían acarrear consecuencias duraderas, citó.

En caso de producirse, nuevos atentados terroristas podrían minar la confianza y restringir el consumo y la inversión, además de asestar otro duro golpe al sector asegurador, ya de por sí debilitado.

La escalada del conflicto en Medio Oriente y las consiguientes interrupciones en el suministro de petróleo elevarían los precios y reducirían aún más el poder adquisitivo en la mayoría de los países, vaticinó.

El informe del BIP añadió que la principal lección del 11 de septiembre para la comunidad financiera se refiere a los riesgos operativos que surgen cuando las instituciones financieras, los mercados y las infraestructuras se encuentran muy concentrados geográficamente.

Pero no sólo la concentración física preocupa al BIP, sino también la económica y financiera.

Los riesgos de un derrumbe masivo del sistema se multiplican cuando la cantidad de empresas implicadas es reducida, pero el número de negocios representa un porcentaje muy elevado del total mundial.

La Junta de Directores del BIP está integrada por los presidentes o gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia.

Cada uno de esos seis directivos designa a otro integrante de la junta, que debe ser de su misma nacionalidad y representar a los sectores de finanzas, industria o comercio.

Aunque comenzó a operar en 1930, el origen del BIP se remonta a los mecanismos creados después de la primera guerra mundial (1914- 1918) para regular el pago de las reparaciones impuestas a Alemania, la potencia derrotada en ese conflicto.

El estudio muestra inquietud por la profunda erosión causada por episodios como la quiebra de Enron o la crisis de Argentina, en la sensación de confianza tanto en la información de mercados como en la población.

En el caso de Enron, quedó claro que las cifras de beneficios y deuda no eran en absoluto lo que parecían, lo cual provocó una creciente desconfianza no sólo en la contabilidad de otras empresas sino en las propias convenciones contables.

Lo sucedido en Enron pone en tela de juicio la competencia profesional e incluso la conducta ética de muchas personas que ostentan cargos de gran responsabilidad.

En el caso de Argentina, el BIP critica la inacción prolongada frente a la crisis. La pasividad ante situaciones insostenibles incrementa substancialmente los costos finales, advirtió.

El informe anual de la entidad se ocupa de las perspectivas económicas de los países en desarrollo, que se verán afectados en gran medida por el desempeño de las economías del mundo industrializado.

En términos generales, los países asiáticos se encuentran en una posición mucho más favorable que los de América Latina para obtener resultados en términos de crecimiento e inflación.

Las economías en transición de Europa están en una situación intermedia, explicó el banco.

En el documento se señala que el principal riesgo que afronta a América Latina procede probablemente del exterior.

Si desaparecen los flujos financieros, por temor al riesgo o por inestabilidad política interna, los países de la región deberán reducir el déficit de sus cuentas corrientes mediante la disminución del gasto interno.

El BIP calcula que ese proceso podría resultar doloroso, como ya se ha visto en el caso de Argentina y anteriormente en Turquía.

El informe diagnosticó, además, que Turquía parece encontrarse en la senda de la recuperación, mientras que las perspectivas para Argentina son ahora más inciertas que nunca.

El análisis del banco deja bien parado al Fondo Monetario Internacional (FMI), objeto de críticas por su renuencia a apoyar a los países en crisis.

La opinión generalmente aceptada apunta a que el FMI hace lo correcto al generar expectativas sobre la reducción del volumen de sus préstamos de emergencia futuros a países en crisis.

La decisión de poner esas sumas a disposición de países en crisis implicará probablemente el cumplimiento de requisitos más exigentes y transparentes, advirtió el banco. (FIN/IPS/pc/dm/if/02

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