El gobierno de Colombia bajó de 2,5 por ciento a 1,5 el aumento del producto previsto para este año, debido a la crisis económica que avanza en América del Sur y al impacto del conflicto armado interno.
El ministro de Hacienda, Juan Santos, explicó que la desaceleración de la economía afectó la recaudación tributaria, ante lo cual se decidió postergar por tiempo indefinido las inversiones sin fecha de realización fijada, calculadas en unos 1.100 millones de dólares.
La medida fue tomada para dejar las manos libres a Alvaro Uribe, quien sucederá el 7 de agosto en la presidencia a Andrés Pastrana, añadió Santos al término de la reunión del Consejo de Ministros.
El gobierno teme el contagio de la profunda crisis que afronta Argentina, la peor de su historia, como ya le ocurre a Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
El Consejo de Ministro resolvió el martes reforzar las medidas de ajuste coyuntural y estructural, ante un eventual contagio de los problemas económicos que se expanden por la región, indicó un portavoz del gobierno.
El desempeño de la economía también sufrió los efectos del incremento de las acciones armadas de los grupos irregulares, tras la ruptura en febrero de las negociaciones de paz entre el gobierno y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Además, las FARC declararon objetivo militar a los 1.097 alcaldes del país, una estrategia que analistas suponen busca fortalecer la posición de esa guerrilla frente al planteo del futuro gobierno de Uribe de aplicar mano fuerte a quienes no acepten su propuesta de diálogo de paz.
La decisión de Pastrana de revisar a la baja las metas de crecimiento era previsible y sólo confirma los pronósticos de los analistas económicos, dijo a IPS Alejandro Gaviria, un investigador de la privada Fundación para la Educación y el desarrollo (Fedesarrollo).
Gaviria coincidió con las razones aducidas por el gobierno respecto de que el entorno internacional se complicó aún más por los últimos problemas económicos afrontados por Estados Unidos.
La economía estadounidense, que se recuperaba paulatinamente, parece estar entrando nuevamente en una crisis de confianza, jalonada por los fiascos contables de algunas firmas trasnacionales.
El experto de Fedesarrollo advirtió que Colombia tiene una demanda interna muy deprimida, debido entre otras causa, al alto desempleo, que casi llega a 18 por ciento de la población económicamente activa.
El nuevo presidente recibirá una economía en situación complicada, donde la palabra credibilidad deberá ser clave por lo menos en los primeros 100 días de gobierno, apuntó Gaviria.
Uribe deberá implementar un plan económico creíble, que envíe un mensaje muy claro a los mercados internacionales de fortaleza financiera, pues el fantasma del contagio argentino está escondido detrás de la puerta y puede aparecer empujado por la situación de Brasil, comentó.
La Contraloría presentó un documento al futuro gobierno donde sostiene que el país no necesita una nueva reforma tributaria y que se puede contar con recursos por un monto de entre 3.500 y 4.000 millones de dólares, si se eliminan exenciones y se simplifica la tributación.
El ministro Santos indicó que si a Colombia le ocurre lo que a Brasil, que en una semana y media multiplicó el costo de su deuda por cuatro o cinco veces, la economía se iría al despeñadero (abismo), con un costo social y económico inmenso, que durará años o décadas para poder recuperar terreno perdido.
Para el secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores, Héctor Fajardo, la reducción de las proyecciones de aumento del producto demuestra que la recuperación económica prevista por el gobierno a comienzos de año no estaba garantizada. (FIN/IPS/yf/dm/if/02