DESARROLLO: Altibajos en evolución de países árabes

Una evaluación del estado del desarrollo humano en los países árabes mostró progresos considerables en algunas áreas, contrabalanceados por falencias pronunciadas en otras, como la ausencia de libertad, la débil promoción de la mujer y la carencia de conocimientos.

Los avances de la mayoría de los países árabes se registran, por ejemplo, en la esperanza de vida al nacer, que aumentó 15 años en las tres últimas décadas, o en la mortalidad infantil, que se redujo dos tercios.

Otro aspecto saliente se relaciona con la pobreza. En los países considerados se verifican índices inferiores al resto del mundo en desarrollo en el rango de la pobreza absoluta, que corresponde a ingresos menores a un dólar por día.

Las disparidades entre ricos y pobres no son tan marcadas en los países árabes como en otras regiones.

Los menores índices de pobreza absoluta obedecen a políticas sociales del pasado, a la solidaridad inherente a la cultura árabe y a la tradición de ayuda a los pobres, que constituyen expresiones políticas o religiosas.

El diagnóstico, efectuado por un equipo de expertos árabes independientes y distribuido este martes por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se ocupa de los 22 miembros de la Liga de Estados Arabes, con sus 280 millones de habitantes.

El PNUD introdujo en 1990 la variable del Indice de Desarrollo Humano, para evaluar la situación en el mundo. El concepto difiere de la idea tradicional que equiparaba el crecimiento del producto interno bruto (PIB) con el desarrollo.

El nuevo índice se caracteriza por enfocar el análisis en la población.

La conclusión principal del estudio es que los países árabes han reducido de manera considerable la pobreza y las desigualdades durante el siglo XX, por lo cual puede esperarse que continúen por esa senda en el siglo XXI.

En contraste, el informe advierte algunas señales de alarma. El crecimiento del ingreso por habitante ha sido el más bajo del mundo en los últimos 20 años, con excepción de Africa subsahariana.

Si se mantiene la tasa anual de crecimiento del PIB por habitante de 0,5 por ciento, para duplicar el ingreso de un ciudadano árabe se requerirán 140 años. En otras regiones, ese objetivo se consigue en apenas 10 años.

Sin embargo, esos países presentan bases económicas sólidas para mejorar su desarrollo humano. En efecto, muchos de ellos se han enriquecido, pero sin desarrollarse en la misma proporción, comentó Jean Fabre, portavoz del PNUD en Ginebra.

Los estados árabes más prósperos deben su riqueza al petróleo, aunque el informe sobre el desarrollo humano sugiere que esa abundancia tiene su pro y su contra.

Las ganancias que deja el crudo no se invierten siempre en proyectos productivos en el país y aún menos en la región. Y cuando lo hacen, contribuyen escasamente al crecimiento, debido a su falta de eficacia.

La riqueza petrolera, privativa sólo de algunos países, distorsiona la percepción general sobre el progreso árabe, advirtió Fabre.

El PIB de los 22 países árabes considerados, por ejemplo, sumó 531.200 millones de dólares en 1999, menos incluso que el de un país europeo de dimensiones medianas, como España, que sumó 595.500 millones.

El informe consigna que los países árabes han realizado progresos considerables en los últimos decenios en materia de género y muestran las mejoras más aceleradas de todas las regiones en el terreno de la educación de las mujeres.

El número de mujeres alfabetizadas se triplicó después de 1970, mientras se duplicó la tasa de inscripción de mujeres en enseñanza primaria y secundaria.

A pesar de esos datos, los índices son menos satisfactorios en la cuestión de la participación de las mujeres en la vida económica y política. En ese aspecto, los países árabes figuran en los grados inferiores de la escala de las naciones en desarrollo, sólo por encima de Africa subsahariana.

Incluso aparecen en el último peldaño en ciertos renglones, como en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo o en su representación en los parlamentos, con apenas 3,5 por ciento.

Más de la mitad de las mujeres árabes no saben leer ni escribir. La tasa de mortalidad materna duplica la de América Latina y el Caribe, y cuadruplica a la de Asia oriental.

El informe distribuido por el PNUD sugiere modificar ese cuadro mediante el acceso de las mujeres a las tecnologías de la información y la comunicación, la inversión de la tendencia a la feminización del desempleo y el estímulo prioritario a la formación de mujeres como jefas de empresas.

Otras iniciativas propuestas por el documento aluden al marco legal y reclaman que los países árabes adhieran a la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra las Mujeres. Y también que aumenten la participación de la mujer en la actividad política.

Las falencias de los países árabes se advierten también en el plano de la política. El informe sostiene que, en comparación con otras regiones, los árabes sufren un ”déficit de libertad”, pues a pesar de que sus derechos estan reconocidos por la Constitución y las leyes, en la práctica con fecuencia son ignorados.

La participación poilítica es escasa en los países árabes, como demuestran la ausencia de auténtica democracia representativa y las restricciones a la libertad, dice el informe.

Los índices de libertad, de participación y de responsabilidad de los países árabes son inferiores a los que resultan del examen de Africa subsahariana.

El informe alega que toda acción para mejorar el gobierno en los países árabes debe otorgar prioridad a la reforma de las instituciones y a la voz del pueblo.

En síntesis, el informe estima que las economías árabes necesitan un crecimiento rápido basado en la competencia y en el acceso al conocimiento.

En conjunto, esas economías deben crecer a una tasa anual de cinco por ciento si pretenden reabsorber el desempleo actual e incorporar la nueva fuerza de trabajo. Sin embargo, esa tasa solo ha llegado a 3,3 por ciento en los últimos tiempos, mientras que el ingreso por habitante no supera un crecimiento de 0,5 por ciento anual.

Los países árabes abarcados en el estudio son Arabia Saudita, Argelia, Bahrein, Comoras, Egipto, Emiratos Arabes Unidos, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Qatar, Siria, Somalia, Sudán, Túnez, Yemen y Yibuti. (FIN/IPS/pc/ff/dv/02

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