Los rituales de iniciación de varias tribus de Sudáfrica se han convertido en una trampa mortal para muchos jóvenes, que en lugar de ser ayudados a integrarse plenamente en comunidades son sometidos a todo tipo de abusos.
Los adolescentes concurren a las llamadas escuelas de iniciación para aprender sobre su cultura y sus tradiciones y ser circuncidados. Al egresar, son considerados miembros adultos de la comunidad.
Esas escuelas son consideradas vitales para preservar las costumbres de muchas comunidades nativas, siempre que sean conducidas por líderes tradicionales responsables.
Sin embargo, cada año, numerosos jóvenes son golpeados, mutilados y hasta asesinados en campamentos de iniciación administrados por supuestos sanadores y profesores que cobran por su trabajo.
También hay informes regulares sobre jóvenes que no desean ir a las escuelas de iniciación pero son secuestrados y forzados a circuncidarse.
La semana pasada, una de las más frías del año, cinco adolescentes murieron en un campamento de iniciación de la provincia sudafricana de Gauteng y otros 30 debieron ser hospitalizados por neumonía y diversas infecciones como consecuencia de golpes y circuncisiones mal realizadas.
Cinco profesores de la escuela fueron detenidos bajo los cargos de homicidio múltiple y lesiones, y comparecieron ante la justicia el miércoles. Están acusados de golpear a los iniciados, aparentemente porque no cantaban al unísono.
El gobierno provincial de Gauteng ordenó el cierre de varios campamentos donde se constataron abusos, pero siguen funcionando unas 40 escuelas en que las autoridades de salud verificaron buenas condiciones de funcionamiento.
Desde la tragedia de la semana pasada, hubo una ola de denuncias de abusos en campamentos de iniciación en otras provincias de Sudáfrica.
Aunque el cierre de las escuelas donde se constatan abusos parece la solución obvia, el asunto no es tan simple como parece.
Una de las características de nuestra sociedad abierta es el miedo a herir sensibilidades, y por lo tanto no llamamos a los crímenes por su nombre, señaló el periodista Mondli Makhanya en una columna en el periódico Sunday Times.
Los rituales son parte inviolable de la tradición en algunas partes del país… y por eso la discusión sobre las malas prácticas se hace en voz baja. Pero no debería ser así, porque no es una cuestión de cultura, sino de violación de las leyes, opinó Makhanya.
Algunos líderes tradicionales exhortaron al gobierno a promover leyes que rijan el funcionamiento de las escuelas de iniciación.
Mpiyezintombi Mzimela, líder de la Organización Nacional de Jefes Tradicionales, anunció que los jefes tribales ya redactaron un documento que presentarán a los organismos gubernamentales correspondientes para su discusión.
Mientras, la Liga de Jóvenes del gobernante Congreso Nacional Africano emitió una declaración en respaldo a reclamo de normas legislativas sobre los ritos de iniciación.
Muchos jóvenes han muerto a manos de aquellos que supuestamente deben ayudarlos a crecer. Comprendemos la importancia de los campamentos de iniciación… pero no existe ninguna cultura que esté por encima de la vida humana, declaró la Liga.
Actualmente, cualquiera que desee inaugurar una escuela de iniciación es libre de hacerlo, observó el grupo, y exhortó al gobierno nacional a obligar a esas instituciones a registrarse en los departamentos de Salud y Cultura para asegurar que cumplan con las normas.
La Liga de Jóvenes también reclamó que las escuelas actuales suspendan sus actividades y sean sometidas a inspecciones antes de recibir permiso para funcionar de nuevo.
Además, se debería permitir el libre acceso a ellas de enfermeros, trabajadores sociales y psicólogos, exhortó.
En algunas provincias y comunidades, los gobiernos locales ofrecen capacitación sobre circuncisiones a los líderes tradicionales.
Como resultado, el número de muertes y lesiones permanentes a causa de circuncisiones mal realizadas disminuyó notablemente. (FIN/IPS/tra-en/as/mn/mlm/cr-hd/02
