El presidente de Cuba, Fidel Castro, abandonó este viernes sus proverbiales críticas a Estados Unidos para valorar el intento de la Cámara de Representantes de aliviar el embargo impuesto a este país.
Alejándose de su anterior posición de todo o nada cuando de levantamiento del embargo se trataba, Castro, de 75 años, reconoció como un gesto muy importante tres votaciones realizadas el martes en la Cámara de Representantes estadounidense.
Castro destacó como una muestra de decisión y valentía la votación en la Cámara de Representantes de proyectos de ley para normalizar los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba, facilitar la venta de medicinas y alimentos a este país y flexibilizar las remesas familiares.
No importa si los veta el Ejecutivo, como ya lo anunció, ni importa si nuevos ardides y provocaciones se inventan para anularlos, dijo el presidente, en la primera reacción oficial cubana ante las votaciones del martes.
La Cámara de Representantes aprobó por 262 a 167 votos la derogación de todas las restricciones a los viajes de estadounidenses a Cuba impuestas desde principios de los años 60, al imponerse el embargo comercial y financiero a la isla.
También apoyó por 251 votos a favor y 177 en contra la eliminación del tope de 1.200 dólares anuales para las remesas que los cubanos residentes en Estados Unidos pueden enviar a sus familiares en Cuba.
La Cámara también admitió, sin oposición expresa, el fin de las restricciones al financiamiento privado de la exportación de alimentos y medicinas a Cuba, que de momento sólo puede realizarse con pago al contado.
Asimismo, rechazó un proyecto del gobierno de George W.Bush que condicionaba el fin de la prohibición de los viajes a Cuba a que la Casa Blanca certificara que este país no fabrica armas biológicas, no comparte sus avances en biotecnología con estados terroristas ni brinda ayuda o refugio a terroristas.
Sin embargo, una enmienda constitucional para levantar de manera definitiva el embargo comercial contra Cuba fue rechazada por 226 votos en contra y 204 a favor.
Las iniciativas de flexibilización podrían encontrar un amplio apoyo en el Senado, pero se cree que serán vetadas por Bush.
La bienvenida de Castro a la votación de la Cámara de Representantes parece confirmar cambios en la política de su gobierno desde que comenzara la compra de alimentos en Estados Unidos, decidida tras la destrucción de cosechas debida al huracán Michelle, el 4 de noviembre.
Washington había aprobado la venta al contado de alimentos y medicinas a Cuba en 2000, pero el gobierno cubano se negó en aquel momento a adquirir ni una aspirina y ni un grano de arroz, hasta que el levantamiento del embargo fuera completo.
Cuba perdió ne menos de 70.000 millones de dólares a causa del embargo estadounidense, según fuentes oficiales cubanas que consideraron el periodo 1962-1999.
Desde fines de diciembre, la empresa estatal cubana Alimport importó de Estados Unidos 115 millones de dólares en trigo, maíz, soja, pollo congelado, huevos, grasas y manzanas, entre otros productos.
Con este antecedente, Castro optó por referirse sólo a los pasos positivos y expresó la gratitud del pueblo cubano tanto a los legisladores demócratas como a los republicanos que actuaron ese día (el martes) con inteligencia, criterio propio y firmeza.
El presidente cubano habló ante unas 160.000 personas reunidas en la ciudad de Ciego de Avila, a 500 kilómetros de La Habana, durante el acto central por el 26 de julio, declarado Día de la Rebeldía Nacional.
El gobierno de Cuba recuerda el 26 de julio de 1953 como el comienzo de las luchas que condujeron al triunfo de la Revolución en enero de 1959. El acto central fue realizado en una provincia, Ciego de Avila, destacada por su desempeño económico y social.
En 2000 y 2001, la fecha fue conmemorada con marchas frente a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, para protestar contra la política de ese país y contra el embargo.
Pero este año, Castro prefirió referirse a la crisis mundial y a la alternativa que a su juicio representa Cuba, un país pobre que muestra avances en la cobertura de salud y educación por encima de algunos países industrializados.
Hizo énfasis, además, en la separación del conflicto político entre Cuba y Estados Unidos, que persiste hace más de 40 años, de la relación entre los dos pueblos.
El pueblo estadounidense, aseguró Castro, de naturaleza idealista, por sus valores éticos y sus tradiciones de apego a la libertad, será uno de los mejores amigos del pueblo cubano cuando conozca toda la verdad sobre la lucha honesta y heroica de Cuba. (FIN/IPS/da/ff/ip/02