CUBA: Derrota política de línea dura estadounidense

Un tercio de los diputados del Partido Republicano de Estados Unidos, al que pertenece el presidente George W. Bush, votaron por aliviar el embargo contra Cuba, a pesar de que el mandatario advirtió que vetará la decisión en caso de que sea aprobada también por el Senado.

La Cámara de Representantes votó el martes, por 262 a 167 votos, la derogación de todas las restricciones a los viajes de estadounidenses a Cuba. También votó, por 251 a 177, eliminar el máximo de 1.200 dólares anuales que los cubanos residentes en Estados Unidos pueden enviar a sus familiares en la isla.

Así mismo, aprobó sin oposición expresa el fin de las restricciones al financiamiento privado de la venta de alimentos y medicinas a Cuba.

Un tercio de los diputados republicanos se unieron a una amplia mayoría de los legisladores del Partido Demócrata en la votación, a pesar de la fuerte presión de la Casa Blanca y de la dirección del grupo legislativo republicano, dominado por el ala derecha.

La Cámara de Representantes también rechazó, por 247 a 182, un proyecto del gobierno que condicionaba el levantamiento de la prohibición de viajar a Cuba a que la Casa Blanca certificara que ese país no fabrica armas biológicas, no comparte sus avances en biotecnología con estados ”terroristas” ni brinda ayuda o refugio a ”terroristas”.

En el Congreso legislativo se prevé que el Senado, donde es aun mayor la oposición al embargo contra Cuba, respaldará las leyes aprobadas por los diputados, pero también que Bush las vetará.

”Una mayoría de diputados estamos comprometidos a acabar con 40 años de política fracasada, y la votación refleja eso”, dijo el legislador republicano Jim McGovern.

La única votación del martes en que triunfó la posición del gobierno fue el rechazo, por 226 a 204, de una enmienda constitucional para levantar de manera definitiva el embargo comercial contra Cuba, vigente hace 42 años.

Pero uno de los impulsores de la enmienda, el diputado demócrata Charles Rangel, observó que la propuesta obtuvo tres votos más que una similar presentada el año pasado, lo cual constituye ”un fuerte mensaje de que el embargo no funciona”.

El gobierno ha aclarado que Bush vetará las normas aprobadas.

El rechazo político al embargo aumenta desde mediados de los años 90, cuando el Congreso legislativo aprobó la Ley Helms- Burton, que endureció las sanciones contra La Habana y que prevé sanciones a empresas de terceros países que realicen inversiones en Cuba.

El cambio del humor respecto de Cuba es atribuido, entre otros factores, al debilitamiento del sentimiento anticomunista en Estados Unidos y a los viajes de personalidades mundiales a La Habana, como el papa Juan Pablo II en 1998 y el ex presidente estadounidense Jimmy Carter hace dos meses.

Tampoco fueron ajenos la gran diversidad de opiniones que aflora dentro de la comunidad cubano-estadounidense y los intereses de los fabricantes de alimentos que aspiran a exportar a Cuba.

En los últimos años de la presidencia de Bill Clinton (1993- 2001), el Congreso derogó la prohibición de la venta de alimentos y medicinas a Cuba, aunque la derecha logró imponer como condición que esas operaciones se pagaran al contado.

Bush, en cambio, procuró endurecer el embargo, lo cual se atribuye a su intención de conservar el respaldo de los exiliados cubanos opositores al presidente Fidel Castro residentes en el sudoriental estado de Florida y que fueron decisivos para su triunfo electoral en 2000.

El hermano del presidente, Jeb Bush, es gobernador de Florida y se presentará este año a la reelección.

El gobierno de Clinton impuso en 2000 multas a 188 ciudadanos estadounidenses por viajar a Cuba, pero el año pasado la administración de Bush cuadruplicó esa cantidad.

Luego de que Carter exhortara en La Habana a Cuba y a Estados Unidos a normalizar sus relaciones, Bush viajó el 19 de mayo a Miami, bastión del exilio anticastrista, para descartar cualquier alivio del embargo hasta que ese país reformara su sistema político y económico.

En caso de que no hubiera cambios, ”el comercio con Cuba sólo servirá para enriquecer a Fidel Castro y a sus cómplices”, dijo Bush entonces.

El mandatario también ordenó al secretario de Estado (canciller) Colin Powell y al secretario del Tesoro Paul O'Neill, ambos escépticos acerca del embargo, a enviar una extensa carta conjunta a los diputados en que acusaban a Castro de ”negarse a cooperar” en la ”guerra con el terrorismo” y de ”implacable hostilidad” hacia Washington.

”Cuba tiene, por cierto, capacidad de desarrollar y fabricar armas” biológicas, sostuvo, por su parte, el diputado republicano McGovern. ”Pero la tienen todos los países del mundo que producen aspirina”, agregó. (FIN/IPS/tra-eng/jl/mj/ip/02

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