Un reportaje de un canal de televisión condujo en Chile al arresto de una red de pederastas con vínculos internacionales, puso al desnudo negligencia policial y llevó al presidente Ricardo Lagos a ordenar una investigación que puede derivar en sanciones ejemplares.
El mandatario anunció además este jueves que pedirá al parlamento la rápida aprobación de un proyecto de ley contra la producción y consumo de material pornográfico en que se utilice a menores de 18 años, que amplía las facultades de la justicia para actuar en estos casos.
El reportaje Chile, paraíso de pedófilos, transmitido el martes por el Canal 13 de la Universidad Católica, en su programa Contactos, provocó una crisis que compromete al director de la Policía de Investigaciones, Nelson Mery.
Ese informe fue considerado un modelo del periodismo de denuncia e investigación, y la joven periodista que lo realizó, Carola Fuentes, así como la directora del programa, Mercedes Ducci, han sido invitadas a narrar la experiencia en facultades y escuelas de Comunicación Social.
El trabajo de Fuentes y un equipo de camarógrafos, que incluyó filmaciones en secreto, permitió que Interpol (Policía Internacional) desbaratara a la red de producción de pornografía con uso de niños denominada Paidos, que operaba a través de Internet, la red mundial de computadoras.
Gracias a la ocho meses de paciente labor del equipo de Contacto, se logró capturar en junio al cabecilla de la banda, Rafael Maureira, y a sus tres colaboradores más cercanos.
El momento culminante de la investigación periodística, y a la vez el principal elemento probatorio para el arresto de Maureira, fue la filmación subrepticia de abusos contra niños, el 18 de mayo, en una cabaña de descanso de la localidad costera de Isla Negra, 100 kilómetros al oeste de Santiago.
Maureira llegó hasta allí con dos niños de alrededor de 10 años y los sometió a abusos sexuales luego de drogarlos con vino, cerveza y un psicofármaco. Desde una cabaña vecina, el equipo de Contacto registró lo que ocurría con una cámara oculta.
Fuentes comenzó a seguir la pista de la red de paidófilos en septiembre de 2001, apenas integrada a Contacto, a raíz del caso del estadounidense Thomas Bertinuson, detenido en Santiago por fotografiar desnudos a niños que llevaba con engaños hasta su casa.
La falta de una legislación adecuada hizo que Bertinuson quedara en libertad, y eso motivó a la periodista a iniciar su investigación sobre el riesgo de que Chile se convirtiera en un paraíso para los pedófilos.
Surgieron así las primeras pistas sobre la red Paidos, a la cual estaba ligado el estadounidense, y que actúa a nivel internacional mediante Internet. Fuentes conoció que desde Costa Rica se enviaron informes a Chile sobre el asunto, en los primeros meses de este año.
La periodista pidió información a las autoridades migratorias y de Extranjería del Ministerio del Interior, y a la llamada Brigada del Cibercrimen de la Policía de Investigaciones, creada para investigar delitos cometidos a través de la red de computadoras, pero no logró colaboración de esas entidades.
Nunca, como esta vez, se me habían cerrado las fuentes, dijo Fuentes a la prensa chilena esta semana.
En marzo, la organización Casa Alianza de Costa Rica envió un dato decisivo a Fuentes: el número de la placa del autobús en el que Maureira transportaba a escolares.
Maureira, quien empleaba el seudónimo Sakarach, empezó a ser vigilado en forma secreta por los periodistas, que en algunas ocasiones lo mantuvieron bajo observación hasta 20 horas de un mismo día.
A veces nos decíamos: esto lo tendría que estar haciendo la policía. ¡Somos periodistas, no policías!, recordó Fuentes.
La reportera logró infiltrarse en mayo en la página en Internet de Sakarach, y ese fue uno de los pasos finales y decisivos que condujeron a la filmación del delito en Isla Negra.
Maureira tenía antecedentes policiales como abusador de niños, y está acusado ahora de producción de pornografía y de violación de 10 niños desde 1998. Sus tres cómplices fueron arrestados bajo cargos de asociación ilícita.
Según el abogado Hernán Fernández, los cuatro arrestos son la operación más importante realizada en América del Sur contra redes de paidofilia.
La impasibilidad policial, evidenciada por el reportaje televisivo, puso en tela de juicio al comisario Armando Muñoz, jefe de la Brigada del Cibercrimen.
Versiones no confirmadas señalan que Muñoz puso su cargo a disposición de las autoridades, mientras algunos parlamentarios de la oposición derechista apuntan sus dardos contra su jefe superior, Mery, como principal responsable de la negligencia policial.
Bien por la prensa, comentó el presidente Lagos a propósito de la investigación y denuncia del Canal 13, aunque se abstuvo de opinar sobre la gestión de Mery. (FIN/IPS/ggr/mp/hd ic/02
