La presidencia de Bolivia quedará en manos de quien logre tejer las alianzas más eficaces en el Congreso, árbitro final de la lucha entre el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y el capitán retirado Manfred Reyes, los dos candidatos más votados el domingo.
Sánchez de Lozada, que gobernó entre 1993-1997 y fue postulado por el centrista Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), habría logrado 22,3 por ciento de los sufragios, según calculó este lunes la red de canales de televisión privados Recta Final con base en los primeros cómputos oficiales.
Muy cerca, con 20,9 por ciento, se ubica Reyes, líder de la derechista Nueva Fuerza Republicana (NFR), de acuerdo con la misma fuente. Reyes, que fue alcalde de Cochabamba, la tercera ciudad del país, localizada en el centro, era el favorito en las últimas encuestas preelectorales.
Para ganar la presidencia por voto popular es necesario lograr 50 por ciento del total y esa marca quedó muy lejos del alcance de los candidatos que compitieron el domingo.
La decisión quedar entonces en manos del Congreso elegido también en la víspera, que está compuesto por 130 diputados y 27 senador y que debe pronunciarse el 6 de agosto. Tanto el presidente como los legisladores tendrán por delante un mandato de cinco años.
La Corte Nacional Electoral informó este lunes que dentro de 10 días dará a conocer los resultados oficiales de las elecciones, en las que participaron poco más de cuatro millones de bolivianos en 19.979 mesas de votación distribuidas en los nueve departamentos.
La gran sorpresa, según Recta Final, la dio el domingo el dirigente cocalero Evo Morales, del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), que habría quedado en tercer lugar, con 18,4 por ciento de los votos emitidos.
Morales, un candidato rechazado por Estados Unidos, supera en la proyección de Recta Final a otro ex presidente, Jaime Paz Zamora (1989-1993), del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, que habría logrado 15,5 por ciento del total.
La votación confirmó el creciente apoyo al MAS, que agrupa a campesinos de la central región de Chapare defensores del libre cultivo de la coca y opositores al Plan Dignidad, un programa gubernamental auspiciado por Estados Unidos para la erradicación de cultivos ilícitos.
Morales contará ahora en el Congreso con una importante representación, cuya influencia será disputada por el MNR y el NFR. Sin embargo, el líder cocalero dijo a IPS que no participará de una coalición, pues aliarse significaría traicionar al movimiento popular
El voto es digno y no se negocia en pactos perversos, afirmó el candidato izquierdista, que fue expulsado del Congreso en enero, tras ser acusado de promover la violencia en Chapare, y que ha sido criticado en varias oportunidades por Washington.
Sánchez de Lozada se declaró ganador en la noche del domingo al conocerse los resultados preliminares, y anunció que buscará formar un gobierno de unidad nacional para sacar a Bolivia de la crisis económica.
Vamos a hablar con todos. Es necesario conformar un gobierno de unidad, afirmó en conferencia de prensa Sánchez de Lozada, un empresario liberal que, durante su gobierno asoció a Bolivia al Mercosur (Mercado Común del Sur), aunque manteniéndola como miembro de la Comunidad Andina de Naciones, e impulsó reformas educativas y económicas.
Lo que está claro es que el pueblo quiere obras con empleos, porque el hambre no espera. Vamos a trabajar para hacer realidad las obras con empleos y vamos a combatir la corrupción, sostuvo Sánchez de Lozada.
Por su parte, Reyes dijo el domingo que se mantendrá a la espera de los resultados oficiales.
Al margen de los resultados, el que ha ganado en estas elecciones es el pueblo de Bolivia, que ya vivió arduamente el proceso electoral el día de ayer, porque gran parte de la población sufragó y cumplió su deber ciudadano, afirmó Reyes.
La votación del domingo, la quinta consecutiva desde que en 1982 terminó una seguidilla de regímenes dictatoriales, confirmó el derrumbe del gobernante partido Acción Democrática Nacionalista (ADN), cuyo candidato, Ronald MacLean, obtuvo un exiguo 3,5 por ciento.
La ADN, fundada por el fallecido Hugo Banzer (gobernante de facto entre 1971 y 1973 y presidente constitucional desde 1997 hasta 2001), había obtenido 35 por ciento de los votos en las elecciones de 1985, 22,7 por ciento en 1989 y 22 por ciento en 1997.
Por encima de MacLean se ubicaron el domingo Johnny Fernández, de la Unidad Cívica Solidaridad, con 5,1 por ciento, y Felipe Quispe, del Movimiento Indígena Pachakuti, con 4,9 por ciento.
Más atrás se colocaron los candidatos Nicolás Valdivia, del partido Conciencia de Patria, Alberto Costa, de Libertad y Justicia, y René Blattmann, del Movimiento Ciudadano para el Cambio.
Los votos en blanco sumaron 4,5 por ciento, y los nulos, 2,8 por ciento del total.
Graeme Clark, observador internacional destacado por la Organización de Estados Americanos, aseguró que el proceso electoral boliviano fue de primera calidad por su disciplina, y una verdadera fiesta democrática.
Los comicios fueron seguidos con especial atención por Estados Unidos, cuyo embajador en La Paz, Manuel Rocha, había advertido la semana pasada que, de ganar Morales, Washington podría suspender la ayuda económica y postergar un proyecto por 6.000 millones de dólares para exportar gas natural boliviano a América del Norte.
El gobierno de George W. Bush había dicho en abril que esperaba que el próximo presidente boliviano cumpliera con las metas acordadas en el Plan Dignidad, que no fueron alcanzadas por Quiroga.
Pero también Chile y Perú siguen con atención el proceso, luego de que el presidente Jorge Quiroga anunciara que su sucesor elegirá el puerto en la costa occidental sudamericana desde donde se exportará el gas natural.
El septentrional puerto chileno de Mejillones y el meridional peruano de Ilo son los principales competidores, pero al parecer La Paz se inclinaría por el primero debido a que cuenta con el favoritismo del consorcio Pacific LNG, participará del proyecto. (FIN/IPS/rp/ff/ip/02
