El escritor cubano Cintio Vitier, identificado con un influyente movimiento cultural de mediados del siglo XX, obtuvo en México el premio Juan Rulfo de Literatura como reconocimiento a su trayectoria intelectual y vital.
Vitier, de 81 años, fue distinguido el 8 de este mes por el jurado del premio Juan Rulfo como un auténtico humanista, cuya trayectoria intelectual lo convierte en uno de los más notables exponentes de la creación y el pensamiento latinoamericanos del siglo XX.
Este premio no es mío, es de Cuba, de todos los cubanos que me acompañan, dijo Vitier al saber que había obtenido uno de los galardones literarios de mayor prestigio de América Latina.
El escritor recibirá el premio, dotado de 100.000 dólares, en la Feria del Libro de Guadalajara, México, el 30 de noviembre. La feria será dedicada esta vez a la cultura cubana e incluirá el lanzamiento de una antología poética de Vitier.
Poeta, narrador y ensayista, Vitier ha tenido la habilidad de mantenerse fiel a sus creencias religiosas y, al mismo tiempo, convertirse en la voz de la intelectualidad católica nacional más cercana al gobierno socialista de Fidel Castro.
Víctima como tantos otros cubanos del enfrentamiento entre la Iglesia Católica y el Estado en los años 60, el escritor supo olvidar los tiempos duros, cuando él y sus amigos más cercanos vivieron una suerte de exilio interior.
Entre sus obras más conocidas figuran varios cuadernos de poesía como Vísperas (1953) y las novelas De Peña Pobre (1978), Los Papeles de Jacinto Finalé (1984) y Rajando la leña está (1986).
Vitier es también autor de ensayos como Lo cubano en la poesía (1957) y Ese sol del mundo moral, una reflexión sobre el origen de la ética cubana que, escrita en 1975, sólo fue publicada 20 años después.
También por el conjunto de su obra, Vitier recibió en 1988 el premio Nacional de Literatura y, en mayo de este año fue condecorado con la Orden José Martí, la máxima distinción que concede el gobierno de Cuba.
El jurado del Juan Rulfo lo consideró un autor fiel a la poesía, con una trayectoria intelectual y vital, consagrada enteramente al acto creador y al estudio de los vínculos secretos entre literatura e identidad cultural.
Así mismo, resaltó, la trascendencia de la obra de Cintio Vitier en el ámbito caribeño y latinoamericano, expresada en la continuidad y proyección universal de sus estudios sobre la vida y la obra de José Martí, el héroe nacional de Cuba, cuya vida transcurrió entre 1853 y 1895.
Vitier nació en 1921 en Estados Unidos, pero desde muy pequeño vive en Cuba. La pasión por Martí la heredó de su padre, Medardo Vitier, quien en 1913 publicó el primer texto biográfico del poeta independentista.
Su primer libro de poesía apareció en 1938, cuando apenas tenía 17 años. En 1944 se integró al Grupo Orígenes, un movimiento intelectual formado alrededor de la publicación de una revista de igual nombre, dirigida por el poeta y novelista José Lezama Lima.
El Grupo Orígenes estuvo integrado fundamentalmente por intelectuales católicos, entre ellos el poeta Eliseo Diego, que ganó el Juan Rulfo de 1993, y la esposa de Vitier, la también poeta Fina García Marruz.
El proyecto fue desmembrándose en los años 50 y tras el triunfo de la revolución encabezada por Castro, en 1959, su papel en la cultura fue minimizado, debido al enfrentamiento entre marxistas y católicos.
La oposición abierta de la Iglesia Católica al régimen socialista colocó a un número importante de creyentes en la difícil situación de elegir entre la fe y su simpatía con el gobierno revolucionario.
Pero en los años 80, el interés por la obra de los integrantes del Grupo Orígenes determinó un movimiento cultural que en algunos estudios es denominado neo-originismo.
Por primera vez, luego de varios años, fue reeditada la obra de Lezama Lima, Eliseo Diego obtuvo amplio reconocimiento, y la producción de Vitier empezó a apreciarse en toda su dimensión.
En 1993, cuando la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) admite por primera vez a representantes de congregaciones religiosas, Vitier fue elegido diputado, por su doble condición de intelectual y católico.
Hoy, escribe poemas, cuentos cortos y continúa sus investigaciones sobre Martí en el Centro de Estudios Martianos, en La Habana, institución de la cual fue fundador.
Este premio es también para Fina García Marruz, mi esposa…Ella es mejor escritora que yo, mejor poeta que yo y mejor martiana (seguidora de Martí) que casi cualquiera. Sin ella yo no sería nada, dijo el escritor.
El premio Juan Rulfo ha sido entregado con anterioridad a Nicanor Parra (Chile, 1991), Juan José Arreola (México, 1992), Julio Ramón Ribeyro (Perú, 1994), y Nélida Piñón (Brasil, 1995), Augusto Monterroso (Guatemala, 1996) y Juan Marsé (España, 1997).
El galardón, organizado por varias entidades públicas y privadas mexicanas, se otorgó también a Olga Orozco (Argentina, 1998), Sergio Pitol (México, 1999), Juan Gelman (Argentina, 2000) y Juan García Ponce (México, 2001). (FIN/IPS/da/ff/cr/02