El escenario político de Argentina se hizo menos predecible con la renuncia a la candidatura presidencial de Carlos Reutemann, el oficialista con mejor imagen pública, y se prevé una polarización entre el ex presidente Carlos Menem y la diputada opositora Elisa Carrió.
Reutemann, gobernador de la nororiental provincia de Santa Fe, comunicó el miércoles su decisión, que al parecer se debe a su percepción de graves dificultades para quien asuma la presidencia, y que según los comentaristas, tiene dos grandes efectos negativos.
Por un lado, pone en evidencia los problemas de gobernabilidad que tendrá el sucesor del presidente Eduardo Duhalde, y por otro, polariza la campaña para los comicios anticipados de marzo de 2003, convocados la semana pasada, entre dos postulantes con posiciones antagónicas.
Carrió, centroizquierdista y líder sin oponentes del partido Alianza por una República de Iguales, es quien cuenta con más preferencias entre los consultados en encuestas, pero no suficientes para prever que triunfe con más de la mitad de los votos en la primera vuelta.
Según los sondeos de opinión, Reutemann era favorito para las internas del gobernante Partido Justicialista (PJ), que se realizarán el 24 de noviembre, en forma simultánea con las de los otros partidos. También era quien tenía más posibilidades de superar a Carrió en la primera vuelta.
Su retirada deja como principal competidor de Carrió al derechista Menem, quien gobernó el país de 1989 a 1999 y no parecía capaz de derrotar al gobernador de Santa Fe en las elecciones internas del PJ.
Carrió ya ha dicho que una contienda suya con Menem será entre la justicia y la impunidad, entre la verdad y la mentira, la honradez y la mafia.
La diputada ganó notoriedad y credibilidad por sus denuncias de corrupción durante el gobierno de Menem y sus investigaciones acerca de organizaciones delictivas que, según afirma, surgieron al amparo de ese gobierno.
El ex presidente no llega a 10 por ciento de imagen positiva en las encuestas, pero la intención de voto a su favor aumenta entre los justicialistas desde que anunció su decisión de postularse para un tercer mandato.
Entre sus principales apoyos están los de banqueros y grandes empresarios de firmas multinacionales o privatizadas, pero aun en esos sectores hay firmes opositores a sus propuestas de dolarizar la economía y aumentar el alineamiento con Estados Unidos, que habrían preferido votar a Reutemann por considerlo más moderado.
La evaluación de los gobiernos de Menem divide en forma drástica a la mayor parte del electorado.
Unos quitan importancia a las denuncias de corrupción en su contra y destacan que durante su gestión se estabilizó la economía. Otros lo odian.
Es un ladrón, Debería estar preso, Ojalá se muera, Jamás lo votaría, se oyó decir esta semana en programas de radio en los que se consultó al público.
El ex presidente sostuvo este jueves que el país fue arrasado desde que entregó la presidencia al luego renunciante Fernando de la Rúa (1999-2001), pero remarcó que él tiene experiencia en recibir esos legados, en alusión a la hiperinflación que heredó de Raúl Alfonsín (1983-1989).
Otros aspirantes a la postulación presidencial aparecen con menos posibilidades en las encuestas, entre ellos el ex gobernador y ex presidente interino (2002) Adolfo Rodriguez Saá, y los gobernadores de provincias José Manuel de la Sota, Néstor Kirchner y Juan Romero.
El presidente Duhalde está sorprendido por la decisión de Reutemann, según dijo este jueves su vocero Eduardo Amadeo, y demandó a los principales dirigentes políticos del país un pacto de gobernabilidad que facilite la transición hacia el próximo gobierno.
El cronograma anunciado por Duhalde la semana pasada adelantó las elecciones presidenciales, que iban a realizarse en septiembre de 2003.
El gobierno aspiraba a preparar la transición en cooperación con Reutemann, cuya retirada causó una profunda conmoción entre altos funcionarios, por temor a que la incertidumbre política aumente la gravedad de la crisis económica y social.
El gobernador de Santa Fe eludió precisar las causas de su decisión, pero insinuó que temía la confluencia en el próximo periodo de gobierno de factores negativos, entre ellos cese de pagos, recesión y quiebra del sistema financiero.
También señaló que presiones recibidas en los últimos días lo desalentaron, pero negó que Menem hubiera tratado de persuadirlo de que no se presentara.
El economista Aldo Abram opinó que la figura de Reutemann tranquilizaba mucho a los inversores, quienes lo perciben como un dirigente moderado, honesto y eficaz.
El gobernador no viene de la política tradicional. Fue piloto de automóviles de Fórmula 1 y llegó a ser subcampeón mundial de esa categoría en 1981. En los años 90 ingresó a la arena política, impulsado por Menem, y fue elegido dos veces gobernador de su provincia, una de las tres más pobladas del país.
El encuestador y analista político Eduardo D'Alessio reveló que sus encuestas de esta semana indicaban que Reutemann le ganaria a Carrió en primera vuelta, que ahora el justicialista con más posibilidades de éxito es Menem, y que la decisión del gobernador de Santa Fe abre paso a una fuerte polarización.
Marita Carballo, encuestadora de la firma Gallup, opinó a su vez que Reutemann era el único candidato justicialista con muy buena intención de voto, y el de mejor imagen, con sólido apoyo entre votantes no comprometidos de antemano con ningún partido. Era el único que le sacaba ventaja a Carrió, aseguró.
Según la socióloga Analía del Franco, la participación de Reutemann en la contienda interna justicialista daba estabilidad al panorama político.
Las dudas del gobernador de Santa Fe y la decisión que anunció el miércoles deben ser interpretadas como una advertencia de que no será fácil para nadie gobernar Argentina, en medio de una profunda crisis y sin liderazgos fuertes y con vocación de cambio. (FIN/mv/mp/ip/02
