AFRICA: Nuevo organismo continental para atacar viejos problemas

La Unión Africana será lanzada este miércoles en la oriental ciudad sudafricana de Durban, para sustituir a la Organización de la Unión Africana (OUA), con esperanzas de que dé comienzo a una nueva era para el continente.

La semana pasada, una de las últimas decisiones de la OUA, creada en mayo de 1963, fue suspender el ingreso de Madagascar al nuevo organismo continental, con el argumento de que las elecciones de diciembre en ese país no condujeron a la constitución de un gobierno legítimo.

El lugar de Madagascar en la Unión Africana permanecerá vacante hasta que sean elegidas nuevas autoridades que los demás gobiernos consideren legítimas.

”La decisión sobre el caso de Madagascar indica en forma clara un nueva forma de actuar, determinada por el compromiso africano con la buena gobernancia”, afirmó el jueves en Durban el vicepresidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, en la apertura de la última sesión del Consejo de Ministros de la OUA.

Un principio básico de la OUA fue el de no injerencia en asuntos internos de los Estados miembros, que mantuvo a esa organización a margen de muchas guerras civiles. Pero la Unión Africana se propone intervenir en cuestiones nacionales cuando considere que amenazan la seguridad y esatabilidad colectivas.

El nuevo organismo ”se prepara para afrontar en forma firme y decidida bolsones de conflicto en el continente, por el bien de Africa y de todos nosotros”, enfatizó Zuma.

El Consejo de Ministros decidió dedicar especial atención a los conflictos en curso en Sudán, Liberia, Madagascar y República Democrática del Congo (RDC), y se espera que la Unión Africana adopte posiciones más firmes en la relación con los bandos participantes en ellos.

Zuma destacó el desarrollo de procesos de paz en Angola, Burundi y RDC, pero algunos especialistas en política africana advirtieron que esos procesos son muy frágiles.

”Los mecanismos de revisión entre pares y resolución de conflictos de la Unión Africana expresarán un compromiso con la democratización, la buena gobernancia, la paz y la seguridad, en beneficio de los africanos y con independencia de las relaciones con países industrializados”, agregó.

El comentario de Zuma aludió a críticas de quienes consideran que el mecanismo de revisión entre pares es, ante todo, una respuesta a exigencias del Norte industrializado.

Ese mecanismo es una de las bases de la Nueva Sociedad para el Desarrollo Africano (NEPAD, por sus siglas en inglés), impulsado por el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, y otros gobernantes del continente, que ofrece al Norte democratización y estabilidad a cambio de aumentos de asistencia, inversión en infraestructura y apertura comercial a productos africanos.

Muchos han considerado insuficiente la respuesta a la NEPAD de la última cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos, realizada el mes pasado en la sudoccidental localidad canadiense de Kananaskis, admitió en Durban el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para Africa, Kinsley Amoako.

”Muchos periodistas e integrantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) sintieron que el G-8 sólo nos ofreció maníes, pero no debemos sentirnos decepcionados ni desalentados. El objetivo de la NEPAD no es mendigar con una lata más grande”, aseveró.

El G-8, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, anunció asistencia adicional al desarrollo africano, pero no avances significativos de la apertura comercial y la cancelación de deuda externa de países del continente, consideradas cruciales.

El ministro de Comercio e Industria de Sudáfrica, Alec Erwin, enfatizó que la asistencia aprobada por el G-8 está lejos de ser despreciable, en la Cumbre Africana de Negocios que terminó el miércoles en Durban.

”La aplicación de 3.000 o 4.000 millones de dólares a proyectos de desarrollo en los próximos tres o cuatro años puede tener asombroso impacto. De modo que no estamos escasos de fondos, y es preciso asegurarnos de lograr niveles equivalentes de apoyo por parte del sector privado”, sostuvo.

Mbeki y otros gobernantes realizan intensas gestiones diplomáticas para que la Unión Africana adopte la NEPAD como programa de desarrollo económico y social, pero afrontan resistencias, entre ellas la de quienes alegan que ese proyecto apuesta en exceso a la inversión extranjera.

También es posible que algunos gobiernos teman quedar excluidos de los beneficios de la NEPAD, debido a la revisión entre pares de su mal desempeño en materia de gobernancia y respeto por los derechos humanos.

En los últimos tiempos, Mbeki se ha esforzado por ganar apoyo a la NEPAD de organizaciones de la sociedad civil, que protestaron por su escasa participación en el diseño de esa iniciativa, y la criticaron porque puede implicar más recortes del gasto social para lograr estabilidad económica.

El presidente sudafricano ha logrado cautelosa aprobación de ONG, organizaciones comunitarias y sindicatos, y el martes la del Consejo Sudafricano de Iglesias. n Council of Churches to give their blessing to NEPAD. (FIN/IPS/tra-eng/as/mn/mp/ip if/02

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