TRABAJO-CHINA: Desempleo amenaza estabilidad social

El desempleo en China duplica el índice reconocido por el gobierno y amenaza la estabilidad social, aseguró un instituto semioficial cuando faltan pocos meses para un cambio crucial en el liderazgo político nacional.

El desempleo real es casi el doble que la tasa oficial de 3,6 por ciento y se halla en ”nivel crítico”, concluyó un estudio realizado por 50 académicos y expertos gubernamentales de la Academia China de Ciencias Sociales.

La Academia estimó que el desempleo actual es de 7,0 por ciento y probablemente aumentará en los próximos dos años debido a medidas adicionales de apertura económica exigidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC), a la que China se incorporó el pasado diciembre.

Las conclusiones de los académicos fueron publicadas esta semana en el ”Libro verde sobre población y trabajo en China”.

La semana pasada, Beijing había situado nuevamente el número de desempleados urbanos registrados en 6,8 millones, o 3,6 por ciento de la población urbana activa.

Sin embargo, esta cifra no tiene en cuenta a los millones de inmigrantes internos de zonas rurales ni a los desempleados que no se registraron ante las autoridades.

La posibilidad de que trabajadores urbanos desempleados unan fuerzas con los campesinos descontentos siempre ha preocupado a Beijing.

Actualmente hay en China unos 120 millones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza y otras 150 millones que sólo encuentran empleo temporario, en una población de 1.300 millones.

”Las autoridades tratan de obtener datos más precisos sobre el desempleo nacional, pero sus hallazgos todavía no fueron publicados”, declaró Mo Rong, uno de los autores del informe, al semanario Southern Weekend.

Mo es director del Instituto de Ciencias Laborales, dependiente del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Si bien el desempleo siempre ha sido un tema sensible en medio de dolorosas reformas de mercado, la nueva estimación adquiere especial importancia por publicarse poco después de una serie de protestas de trabajadores en el cinturón industrial chino y meses antes de un congreso clave del gobernante Partido Comunista.

El partido elegirá nuevos dirigentes en su décimosexto congreso, el próximo otoño boreal.

La llamada ”cuarta generación” de líderes incluirá probablemente a tecnócratas como el actual vicepresidente Hu Jintao y el viceprimer ministro Wen Jiabao.

Sin embargo, la transición política fue amenazada por una serie de masivas protestas en el noreste del país, donde decenas de miles de trabajadores destituidos de empresas públicas protestaron contra una indemnización por despido que consideran insuficiente.

Las manifestaciones comenzaron en marzo en Liaoyang, en la provincia de Liaoning, y en la localidad petrolera de Daqing, en la provincia de Heilongjiang, y duraron cinco semanas, el tiempo más largo de protestas en la era comunista.

Esta movilización de trabajadores puso en evidencia un grave dilema social.

Las empresas estatales acatan las órdenes del gobierno central de aumentar su eficiencia mediante el despido de empleados excedentes, pero las autoridades no han logrado construir una red de seguridad social para los desempleados y jubilados.

Las protestas de trabajadores desempleados o que no reciben su salario se han vuelto comunes en todo el país en los últimos meses.

Mientras la economía urbana de las áreas costeras es fuerte y tiende a crecer, la mayor parte del interior, donde residen 900 millones de chinos, está estancada.

Los ingresos rurales no han aumentado, y en muchos casos han disminuido, en los últimos cinco años.

Economistas independientes advirtieron que el recorte de la fuerza de trabajo en el marco de la reestructuración económica impulsada por el ingreso en la OMC podría afectar a más de un tercio de la población urbana, de 400 millones.

Una de las señales más preocupantes es el incremento del desempleo entre los jóvenes, según el estudio de la Academia China de Ciencias Sociales.

Los desempleados menores de 35 años representan 70 por ciento del total de desempleados, frente a menos de 50 por ciento hace dos años.

”La disminución de la edad de los desempleados prueba que el país padece una grave sobreoferta de mano de obra”, observó Mo Rong.

Otra señal preocupante es que apenas 70 por ciento de los jóvenes encuentran empleo después de graduarse, mientras en la década de 1960, cuando la economía estaba estrictamente planificada, 100 por ciento hallaba trabajo.

Cai Fang, director del Instituto de Población y Economía del Trabajo de la Academia, criticó al gobierno por ocultar la verdadera magnitud del problema.

”Al no hacer públicas las cifras de desempleo, las autoridades dan lugar a la especulación” y ”la gente tiende a pensar que el desempleo está fuera de toda proporción”, declaró Cai al Southern Weekend. (FIN/IPS/tra-en/ab/mlm/lb/02

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