SUDAN: Congreso de EEUU pide a Bush más presión por la paz

Republicanos y demócratas estadounidenses exigen a la administración de George W.Bush más presión sobre el gobierno de Sudán, para poner fin a la guerra civil en el sur de ese país.

El subsecretario de Estado estadounidense para Asuntos Africanos, Walter Kansteiner, recibió críticas el miércoles en la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Diputados por oponerse a un proyecto de ley para presionar a las autoridades sudanesas mediante el corte de sus ingresos petroleros.

Kansteiner aseguró que Washington no aliviará las sanciones vigentes contra el gobernante Frente Nacional Islámico sudanés, hasta que haya auténticos avances en las conversaciones de paz con el insurgente Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA, por sus siglas en inglés).

Eso no dejó satisfechos a los diputados ni a representantes de organizaciones no gubernamentales que el mismo día dieron testimonio sobre la situación en el sur de Sudán.

El Frente Nacional Islámico ”juega a la paz mientras conduce una cruel guerra de aniquilación”, sostuvo el demócrata Tim Lanton. En tanto Jartum mantenga sus ingresos por ventas de petróleo, ”es poco lo que podemos hacer para empujarlo a negociar la paz”, agregó.

Kansteiner señaló que el Poder Ejecutivo aún está ”muy en contra” del proyecto de Ley para la Paz en Sudán, aprobado por la Cámara de Diputados el año pasado en forma casi unánime, que implica excluir del mercado estadounidense a las firmas petroleras de otros países que operen en Sudán.

La discusión de ese proyecto en el Senado está en suspenso, a pedido de la Casa Blanca.

”Sentimos que eso sentaría un precedente de intervención política en los mercados del país, y enviaría todas las señales incorrectas a las bolsas de valores del mundo y a quienes las controlan”, alegó Kansteiner.

Esa posición fue muy criticada por legisladores que acusaron al Frente Nacional Islámico, dominado por árabes, de ”genocidio” contra la población del sur de Sudán, en su mayoría negra y cristiana o animista.

”¿Hay algún límite para que digamos que esto ya llegó demasiado lejos y justifica aplicar sanciones económicas?”, preguntó el republicano Tom Tancredo.

”Estoy seguro de que ese límite existe, pero no hemos llegado a él”, respondió Kansteiner.

La reunión del miércoles fue el fin de la tregua en relación con la política para Sudán entre la Casa Blanca y una coalición de críticos parlamentarios de inusual amplitud, que incluye a miembros del grupo republicano Derecha Cristiana y a activistas demócratas por los derechos de los negros y otras causas humanitarias.

Esa tregua comenzó en septiembre, cuando Bush designó al ex senador John Danforth como enviado especial a Sudán, para aconsejar medidas que puedan poner fin a 19 años de guerra civil.

Esa decisión se planteó como alternativa a la Ley para la Paz en Sudán.

Danforth visitó Sudán en noviembre y en enero, y presentó su informe final al presidente hace dos semanas, tras sondear la disposición de las partes a un acuerdo mediante la propuesta de implementar cuatro ”medidas de construcción de confianza”.

Esas medidas incluyeron un cese del fuego con supervisión internacional en las meridionales montañas sudanesas de Nuba, y la total abstención de ataques a civiles.

La tregua en Nuba ya ha durado dos meses, y es un gran éxito según todos los observadores, pese a que permitió al gobierno reforzar su combate contra el SPLA en la provincia del Alto Nilo Occidental.

La campaña de las tropas gubernamentales en esa provincia ha causado el desplazamiento de más de 200.000 personas, según informes locales, y Jartum impide que agencias humanitarias entreguen ayuda de emergencia en el área.

Danforth propuso que Estados Unidos aumentara su cooperación diplomática con países europeos, para impulsar un proceso de paz iniciado a mediados de los años 90 por la Autoridad Intergubernamental sobre Desarrollo, un grupo de países africanos encabezados por Kenia.

Ese grupo convenció en 1997 a Jartum y al SPLA de que firmaram una Declaración de Principios como base para la paz, en la cual el Frente Nacional Islámico se comprometió a respetar la libertad religiosa y el derecho a la autodeterminación del sur de Sudán, incluyendo la opción del separatismo.

Dos planteos del enviado especial irritaron al SPLA y a sus simpatizantes. Uno de ellos fue su recomendación expresa contra la secesión, antes de que comience a negociarse el asunto, y el otro su propuesta de que el gobierno y los insurgentes compartan los ingresos petroleros.

Danforth consideró deseable cuanto antes un cese del fuego en las regiones petroleras, aun antes de un acuerdo general de paz, y es evidente que eso conviene también a las grandes firmas petroleras.

Pero los críticos dicen que el SPLA jamás podría aceptar esa propuesta, ya que los ataques contra infraestructura petrolera son en la actualidad su mayor forma de presionar a Jartum pro la autodeterminación.

Los insurgentes se preguntan cuáles son las verdaderas intenciones de Washington, en especial desde que Bush decidió reforzar la presencia diplomática estadounidense en Jartum, por primera vez desde 1996.

Kansteiner aseguró a los miembros de la Comisión de Asuntos Internacionales que el Poder Ejecutivo está ”absolutamente” a favor de la autodeterminación del sur de Sudán, en los términos de la Declaración de Principios de 1997.

Las propuestas de Danforth ”aún no apuntan a una política seria por la paz en Sudán”, afirmó en la reunión del miércoles Michael Young, presidente de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional, muy cercana a Washington.

El tiempo se acaba en Sudán, advirtió el especialista en Africa John Prendergast, del Grupo Internacional de Crisis, un grupo de expertos con sede en Bruselas,.

”Los esfuerzos del senador Danforth condujeron a pequeños éxitos en cuestiones humanitarias sintomáticas”, opinó Prendergast, integrante del Consejo de Seguridad Nacional durante el gobierno de Bill Clinton (1993-2001)

”Pero han trancurrido ocho meses sin negociación sobre las raíces del conflicto, mientras perdemos influencia, las posiciones de las partes se endurecen, y los deseos de alcanzar un compromiso conjunto se didipan”, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/jl/ml/mp/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe