SIERRA LEONA: Tras la guerra propia, la ajena

Sierra Leona sufre graves consecuencias de la escalada del conflicto en la vecina Liberia, desde donde ingresaron decenas de miles de civiles y combatientes en busca de refugio.

Esa crisis se suma a las consecuencias de 11 años de conflicto en el país, de marzo de 1991 a la frágil paz establecida en enero de este año.

”Registramos el ingreso a Sierra Leona de más de 50.000 personas que escaparon de la violencia en Liberia, en su mayoría mujeres y niños”, dijo a IPS el fin de semana un funcionario del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Esa agencia prevé que el flujo de refugiados continuará en las próximas semanas, si continúa el deterioro de la situación en Liberia, indicó.

Esas personas ”simplemente toman lo que pueden de sus pertenencias y cruzan las selvas hacia Sierra Leona, a menudo durante días y sin comida. Nuestros funcionarios han registrado y brindado albergue temporal a muchos de ellos”, dijo a IPS en Freetown otra fuente del ACNUR.

Insurgentes de Liberianos Unidos por Reconciliación y Democracia (LURD) combaten desde 1999 contra fuerzas de Monrovia, y el conflicto se agravó en los últimos meses.

La semana pasada desertó y huyó a Sierra Leona el general liberiano Mohammed Tarawallie, comandante del ejército en el fronterizo condado septentrional de Lofa, cuyas tropas se desbandaron.

Tarawallie, interrogado en la actualidad por policías de Freetown, dijo que se sintió obligado a abandonar el frente de batalla y entregarse a las fuerzas de seguridad del país.

”Mis hombres apenas recibían alimentos y municiones”, aseguró.

Los soldados liberianos no cobran sus sueldos y carecen de apoyo logístico para combatir al bien armado LURD, enfatizó.

La intensificación del conflicto ha llevado a docenas de integrantes de las Fuerzas Armadas del país vecino por el mismo camino que Tarawallie.

”Por lo general, llegan armados. Los desarmamos y los enviamos a Freetown para que sean interrogados”, dijo a IPS el comisario de policía del oriental distrito de Kenema, Amadu Mannah.

El creciente ingreso de refugiados causa inquietud en el país, cuya guerra civil comenzó en 1991 tras el masivo ingreso de personas armadas provenientes de Liberia.

”Las autoridades deberían revisar con cuidado a quienes entran al país, para comprobar que supuestos civiles no sean en realidad combatientes”, dijo a IPS el agricultor Moiwa Sandy, del fronterizo distrito de Kailahun, quien residía allí cuando disparos provenientes de Liberia marcaron el inicio de la guerra civil.

No todos los que llegan son auténticos refugiados, y ”las fuerzas de seguridad deberían reforzar el patrullaje fronterizo, para proteger a los civiles”, opinó.

La Misión de las Naciones Unidas en Sierra Leona (UNAMSIL, por su acrónimo en inglés) observa de cerca la situación y mantiene fuerte presencia militar en distritos fronterizos según Margaret Novicki, portavoz de esas fuerzas de mantenimiento de la paz, que cuentan con unos 17.000 soldados y son las mayores desplegadas en el mundo.

La frágil estabilidad de Sierra Leona sólo podrá consolidarse si no se permite la expansión del conflicto de Liberia, y el Consejo de Seguridad del foro mundial estudia con cuidado la cuestión de la seguridad en toda la cuenca del río Mano, compartida por ambos países y por Guinea, destacó Novicki.

En enero terminó la desmovilización de los insurgentes de Sierra Leona, notorios por cometer atrocidades contra civiles que incluyeron asesinatos en masa y mutilaciones, y en mayo hubo elecciones, pero la inestabilidad persiste.

El gobierno y la UNAMSIL comparten la preocupación por informes no verificados de que ex insurgentes se trasladaron a Liberia para combatir como mercenarios.

Muchos instan al gobierno a impedir el ingreso de más liberianos, pero un portavoz de la policía aseguró que se respetarán las normas internacionales sobre refugiados, aunque añadió que se extremarán precauciones en materia de seguridad.

La Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental pidió a ambas partes en el conflicto de Liberia que cesen las hostilidades, pero el presidente de ese país, Charles Taylor, insistió en que la única solución posible es militar.

El Consejo de Seguridad impuso un embargo de la venta de armas al gobierno de Taylor, al cual considera responsable de apoyar al insurgente Frente Revolucionario Unido de Sierra Leona, y eso hace difícil para Monrovia contener avances de LURD.

Líderes religiosos de los tres países de la cuenca del Mano se han sumado a los esfuerzos por una solución pacífica al conflicto liberiano. (FIN/IPS/tra-eng/lf/mn/mp/ip/02

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