Las investigaciones para determinar el poder cancerígeno de las papas fritas y otros alimentos horneados o fritos se extenderán a los países en desarrollo, anunciaron dos agencias de la ONU.
Análisis realizados en laboratorios de países de Europa y de América del Norte demostraron que la cocción de ciertos alimentos produce acrilamida, una sustancia química que causa cáncer en los animales y puede también provocarlo en humanos.
Aunque la acrilamida es motivo de gran preocupación para los científicos, se requiere mayor información para determinar su riesgo, concluyó una reunión científica convocada esta semana en Ginebra por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Ambas agencias de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) decidieron establecer una red internacional para investigar las condiciones en que se produce esta sustancia y establecer sus efectos en la salud humana.
Se necesita información no sólo de Europa y América del Norte, sino también de los alimentos que se consumen en Africa, América Latina y otras regiones, para tener un cuadro de dietas de diferentes tipos, estimó el experto en nutrición de la FAO, Manfred Luetzow.
Los datos originados en laboratorios de Suecia, Noruega, Gran Bretaña, Suiza y Estados Unidos demostraron que en algunos alimentos existen concentraciones elevadas de acrilamida.
Un equipo de investigadores suecos divulgó en abril que ciertos alimentos horneados o fritos contienen altas cantidades de esa sustancia.
La acrilamida es conocida por su aplicación con diferentes propósitos en la industria, en especial para el tratamiento de aguas y la fabricación de papel.
Los científicos sospechan que la acrilamida se produce durante la preparación de alimentos ricos en hidratos de carbono (almidón o azúcar) cuando media la cocción al horno, a la parrilla fija o giratoria o el fritado.
Pero la ciencia se encuentra apenas al comienzo de las investigaciones sobre la cuestión, explicó Dieter Arnold, del Instituto Federal de Protección del Consumidor, de Alemania.
Con la información disponible hasta ahora, no podemos suministrar consejos específicos a los consumidores, dijo el experto. No estamos en condiciones de decirles por favor, no coman papas fritas o prescindan de tal o cual marca, insistió.
El único consejo de los científicos es seguir una dieta balanceada, con muchas frutas y hortalizas, y reducir el consumo de alimentos fritos y grasos, agregó.
La capacidad de la acrilamida de causar cáncer es comparable a la de algunas sustancias que aparecen al freír o asar carnes, conocidas como hidrocarburos aromáticos, explicó Jorgen Schlundt, coordinador de seguridad alimentaria de la OMS.
Los investigadores parten de convencimiento de que numerosos tipos de cáncer se originan en la alimentación. Y es probable que algunos sean causados por la acrilamida, dijo Schlundt.
El objetivo de los científicos es modificar la forma de preparación de esos alimentos para reducir las sustancias nocivas y de esa manera alejar el peligro del cáncer, explicó.
Arnold precisó que algunos de los tipos de cáncer causados por acrilamida en animales de laboratorio se localizan en la tiroides, la cavidad bucal, las glándulas mamarias de las hembras y los testículos de los machos.
Schlundt admitió que hasta el momento la ciencia carece de información sobre la alimentación frecuente de algunas regiones, como el caso de Africa. Por esa razón es muy importante investigar en esas áreas.
Las técnicas no son muy complicadas y pueden llevarse a cabo en laboratorios africanos, aseveró.
La red que se proponen establecer la OMS y la FAO vinculará los laboratorios de los países industrializados con establecimientos similares de aquellas naciones en desarrollo con capacidad para efectuar las pruebas.
El resultado de esos exámenes permitirá obtener un cuadro más completo del problema, dijo Schlundt. (FIN/IPS/pc/dcl/he/02
