Casi 38 millones de personas fueron desarraigadas por guerras, violencia o represión en 2001, año en que se restringió la protección del asilo tras los atentados del 11 de septiembre, advirtió este jueves el Comité Estadounidense para los Refugiados (USCR).
En 2001 se registraron casi 14,9 millones de refugiados, la mayor cantidad desde 1995, sostuvo el USCR en su Informe Mundial de Refugiados, divulgado este jueves.
Los 37,5 millones de casos mencionados en el informe —14,9 millones de refugiados y 22,5 millones de desplazados internos— también señalan un aumento importante respecto de los 35 millones registrados en el reporte de 2000.
El aumento se debió al desplazamiento de casi dos millones de afganos, por los bombardeos de Estados Unidos entre octubre y diciembre, así como de 350.000 colombianos y cientos de miles más en Angola, Burundi, Liberia, República Democrática del Congo (RDC) y otras 15 naciones africanas envueltas en la violencia.
Al finalizar 2001, 35 millones de refugiados y desplazados internos permanecían lejos de sus hogares, según estimaciones conservadoras, afirma el estudio.
Sin embargo, las agencias internacionales, en particular el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), no recibieron de las naciones más ricas el apoyo financiero necesario para dar respuesta al fenómeno, asegura el informe.
La falta de 20 millones de dólares debilitó los esfuerzos de Acnur por asistir a dos millones de refugiados que cruzaron el territorio africano desde la RDC hasta el Cuerno de Africa, según el documento.
La escasez de fondos también afectó la asistencia a los refugiados en Afganistán, pese a la atención que la prensa mundial le prestó al asunto.
Acnur advirtió en mayo que podría cesar algunas de sus actividades en ese país a fines de junio, si no recibe más de los 300 millones de dólares prometidos por los donantes, de los cuales sólo han llegado 171 millones.
El fracaso de los países ricos del Norte en aceptar su parte del costo humano y financiero para asistir y proteger a los refugiados es miope y seguramente multiplicará futuros costos, dijo el autor del estudio, Bill Frelick.
El documento también critica a las naciones ricas por su respuesta a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington y las posteriores campañas antiterroristas.
Estados Unidos, por ejemplo, suspendió por tres meses en octubre su programa de admisión de refugiados, dejando en el limbo a 23.000 personas de Asia, Africa y Medio Oriente, cuyo ingreso al país ya había sido aprobado.
Aunque la suspensión concluyó en diciembre, el programa se reanudó a niveles mucho más bajos, por lo cual en los primeros seis meses de este año sólo se admitieron 8.000 refugiados de una cuota anual de 70.000, según el USCR.
Las naciones de Europa occidental también endurecieron leyes y disposiciones para el ingreso de refugiados, erigiendo nuevas barreras para quienes escapan de la violencia y la persecución, subraya el informe.
Por primera vez Alemania comenzó a deportar ciudadanos de la república separatista de Chechenia a Rusia, apunta el documento.
Es terriblemente equivocado permitir que los refugiados se conviertan en 'daños colaterales' de la (guerra contra el terrorismo), dijo la directora ejecutiva del USCR, Lavinia Limon.
Cuando la libertad está bajo ataque, el mundo da la espalda a quienes huyen de la guerra, la persecución y el terror y buscan la libertad. Esta indiferencia hacia los refugiados socava nuestros proclamados valores, agregó.
Casi la mitad de la población afectada pertenece a cinco países: Afganistán, Palestina, Sudán, Angola y Colombia.
Aún hay 4,5 millones de refugiados afganos y un millón de desplazados, mientras en Palestina 4,1 millones de personas son refugiadas, incluyendo 1,4 millones que viven campamentos en Gaza y Cisjordania.
Sudán, por su parte, ostenta 440.000 refugiados y cuatro millones de desplazados, Angola, 445.000 refugiados y tres millones de desplazados, y Colombia, 23.000 refugiados y 2,5 millones de desplazados.
Pero son 61 los países que actúan como fuente de cantidades significativas de refugiados y desplazados, es decir más de 5.000. Casi la mitad de todos los desplazados se encuentran en Africa.
Los movimientos más importantes de 2001 tuvieron lugar en Afganistán, donde 700.000 personas se convirtieron en desplazados internos y unas 400.000 huyeron a Pakistán e Irán antes de que comenzaran los bombardeos estadounidenses, en octubre.
A medida que la guerra se intensificaba, los países vecinos cerraron sus fronteras dejando atrapados en campamentos y zonas limítrofes a decenas de miles de personas.
Hasta ahora han sido repatriados casi un millón de afganos, entre ellos decenas de miles que vivieron fuera de su patria durante 20 años o más. Es un importante recordatorio de que los refugiados volverán a casa, dijo Frelick.
Pero si no crece la ayuda financiera y no existe un clima de seguridad favorable, la repatriación no será importante. Aún existen señales de que estamos lejos de resolver la cuestión, subrayó.
En 2001 fueron desplazados 350.000 angolanos por la guerra civil de 27 años, que concluyó este año tras la muerte del principal líder rebelde, Jonas Savimbi.
También el año pasado se registraron desplazamientos importantes en Indonesia, 500.000 personas, Colombia, 342.000, Sudán, 250.000, DRC, 250.000 y Burundi, 100.000.
Cientos de miles fueron igualmente desplazados por conflictos en Nigeria, Filipinas y Macedonia, pero la mayoría de ellos retornaron a sus hogares, según el informe.
Por otra parte, en 2001 continuó la repatriación de ciudadanos a Bosnia-Herzegovina donde 99.000 personas, la mayoría de minorías étnicas, volvieron a sus hogares, mientras 80.000 retornaron desde Guinea a Liberia y Sierra Leona, y 33.000 eritreanos y 30.000 etíopes volvieron a sus países desde Sudán. (FIN/IPS/tra- eng/jl/dcl/pr/hd/02
