Medio millar de inmigrantes se encerraron en una universidad de la ciudad española de Sevilla y desde allí desafían al gobierno, al que reclaman que regularice su situación otorgándoles carta de residencia y permiso de trabajo.
Un portavoz del rectorado de la estatal Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, 528 kilómetros al sudoeste de Madrid, dijo este miércoles a IPS que unas 150 personas ya se sumaron al grupo de 350 inmigrantes que iniciara la protesta el lunes, la mayoría de los cuales proceden de Argelia, Marruecos y Túnez.
Los inmigrantes dicen que no abandonarán su encierro hasta que sea regularizada su permanencia en España. Por su parte, el gobierno se la niega y los emplaza a que se vuelvan a casa, como señalara el secretario de Estado para la Inmigración y la Extranjería, Enrique Fernández-Miranda.
Entre los inmigrantes y el gobierno se encuentra José Chamizo, Defensor del Pueblo (ombudsman) de la Comunidad Autónoma de Andalucía, una de las 17 que integran España, cuya capital es Sevilla y es gobernada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la principal fuerza de oposición a escala nacional.
Chamizo, a quien las dos partes reconocen como mediador, dijo a IPS que no vislumbra una salida al conflicto si los encerrados y el gobierno mantienen sus posiciones. Tiene que haber concesiones de ambos lados para que haya una solución, apuntó.
La Universidad Pablo de Olavide, como todas las estatales, goza de autonomía y, por tanto, las fuerzas de seguridad no pueden ingresar a ella sin autorización del rectorado, a menos que se cometan delitos.
La rectora de esa universidad, Rosario Valpuesta, autorizó el ingreso de los inmigrantes, quienes se organizaron para mantener el orden y la limpieza y preparar su comida. La Cruz Roja ha enviado una ambulancia al lugar por si fuera necesaria una asistencia médica y distribuyó productos higiénicos y de aseo.
Sindicatos, organizaciones no gubernamentales e incluso una empresa donaron alimentos.
El gobierno de José María Aznar, autodefinido de centro, dispuso una movilización policial en torno a la sede de la Universidad para impedir que entren más inmigrantes y un control en los puntos de entrada y salida de la ciudad y, en especial, en las estaciones de trenes y de autobuses con el mismo objetivo.
Como consecuencia de esos controles policiales ya fueron detenidos medio centenar de inmigrantes, los cuales están hacinados y en situación bastante tensa en la comisaría, informó Decio Machado, de la Organización de Apoyo a los Inmigrantes.
La mayoría de los inmigrantes que están encerrados en la Universidad trabajaron en años anteriores en la cosecha de la fresa, un cultivo muy extendido en Huelva, una provincia andaluza.
Sin embargo, este año fueron reemplazados por inmigrantes de Europa oriental, en especial de Polonia y Rumania, que fueron contratados en origen y, según portavoces de los encerrados, por un salario menor al que recibían ellos, aunque nosotros ya ganábamos menos que los españoles que aceptaban trabajar en la cosecha.
Si las gestiones del Defensor del Pueblo no dan resultado y tanto el gobierno como los encerrados mantienen sus posiciones, el encierro ensombrecerá la Cumbre Europea, que reunirán el 21 de este mes en Sevilla a los gobernantes de los 15 países miembros de la Unión Europea.
En ese sentido, Fernández-Miranda destacó el martes que la cumbre de Sevilla marcará un rumbo definitivo a la política de inmigración de Europa.
Aludiendo a los encerrados, dijo que en España no hay trabajo para todos los que simplemente decidan venir a trabajar aquí, y mucho menos en condiciones de ilegalidad.
Además, los inmigrantes encerrados en la universidad sevillana han elegido la peor vía posible para entenderse con la sociedad española, por lo que los emplazó a que se vuelvan a casa, es decir que retornen a sus países de origen.
Chamizo cuestionó las preferencias empresariales por inmigrantes de uno u otro país.
Estamos acostumbrándonos a los trabajadores a la carta y no se puede decir el magrebí (árabes del norte de Africa) no vale, pasamos al ecuatoriano, éste no vale y pasamos a los del Este, indicó.
Entre los que permanecen en la universidad, hay una veintena que tiene sus papeles en regla y cuya permanencia en España está regularizada. Uno de ellos, Mohamed Sidi, afirmó que son gente, personas, vivimos aquí, trabajamos y ayudamos a levantar este país.
Federico Noriega, dirigente de la Confederación General de Trabajadores, una central sindical minoritaria pero con fuerza en el sector agrario, aseguró que las leyes como la de inmigración, que ignoran la realidad, están destinadas al fracaso.
Los mandatarios europeos al parecer tendrán muy cerca de su lugar de reunión una referencia y una demanda concreta en relación a la inmigración, añadió. (FIN/IPS/td/dm/pr/02
