El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llamó este lunes a la constitución de un liderazgo palestino nuevo y diferente del ejercido por Yasser Arafat como condición para la creación de un estado provisional en Cisjordania y Gaza.
El discurso de Bush, postergado dos veces en los últimos 10 días por distintos atentados palestinos contra objetivos civiles israelíes, fue un explícito repudio a Arafat, cuyo nombre no fue pronunciado por el presidente estadounidense, y del proceso para la paz en Medio Oriente iniciado ocho años atrás en Oslo.
El descrédito de Arafat y del proceso de Oslo fueron objetivos del primer ministro israelí Ariel Sharon cuando se reunió con Bush a comienzos de este mes, así como de un grupo de funcionarios derechistas afines al vicepresidente estadounidense Dick Cheney y al secretario de Defensa Donald Rumsfeld.
En lo que se consideró una aplastante victoria del ala derecha de su gobierno y una derrota de los moderados encabezados por el secretario de Estado (canciller) Colin Powell, Bush sostuvo que el nuevo gobierno palestino deberá mostrarse determinado a acabar con los ataques contra Israel.
Bush dijo que Washington, la Unión Europea y otros miembros de la comunidad internacional están dispuestos a ayudar en la organización y supervisión de comicios locales en Cisjordania y Gaza para fines de año, para luego abrir paso a elecciones nacionales hacia la creación de un estado.
Llamo al pueblo palestino a elegir nuevos líderes, líderes no comprometidos con el terror. Cuando el pueblo palestino tenga nuevos líderes, nuevas instituciones y nuevos acuerdos de seguridad con sus vecinos, Estados Unidos respaldará la creación de un estado palestino, sostuvo el presidente.
Si los palestinos brindan plena cooperación, Estados Unidos reconocerá la creación de un estado provisional en 18 meses, aseguró Bush.
Un acuerdo final entre Israel y Palestina, que comprenda los puntos más delicados —el destino de los refugiados palestinos, la soberanía de Jerusalén y fronteras definitivas—, deberá rubricarse en un plazo de tres años, agregó el mandatario.
Pero, advirtió, si los palestinos no satisfacen las demandas israelíes en materia de seguridad, el proceso podría bloquearse de manera indefinida. Más aun, afirmó que Israel sólo deberá retirarse de territorio palestino a medida que haya avances al respecto.
Bush también llamó a otros estados árabes a dejar de respaldar a grupos terroristas que procuran la destrucción de Israel, incluyendo el (Movimiento de Resistencia Islámica) Hamás, (Guerra Santa Islámica) Jihad Islámica y (el Partido de Dios) Hizbolá.
Siria debe elegir el lado correcto en esta guerra contra el terror, cerrando los campamentos terroristas y expulsando a las organizaciones terroristas, agregó.
En su última visita a Washington, Sharon sostuvo que Hizbolá, organización con sede en Damasco, era una creciente amenaza en el sur de Líbano.
Al mencionar a Siria, Bush dar un guiño a Sharon y a sus simpatizantes en la derecha estadounidense, según los cuales la lucha de Israel contra sus enemigos árabes era parte de la guerra contra el terrorismo lanzada por Washington.
Tras los atentados del 11 de septiembre contra Nueva York y Washington, atribuidos a la organización radical islámica Al Qaeda, analistas de derecha exhortaron a Bush a cortar sus vínculos con Arafat, a presionar a Hizbolá, Siria e Irán y a derrocar al presidente de Iraq, Saddam Hussein.
Estoy sorprendido que no haya leído su discurso en hebreo y que no lo haya comenzado diciendo 'shalom', (paz y hola en ese idioma), dijo un periodista árabe en Washington.
Bush atribuyó virtualmente toda la violencia al actual liderazgo palestino, al que acusó de corrupción y de concentración del poder en manos de unos pocos irresponsables. Pero reservó sus palabras más duras al supuesto apoyo de Arafat al terrorismo.
Hoy, las autoridades palestinas están alentando, no combatiendo, el terrorismo. Eso es inaceptable, dijo.
Washington y sus aliados, agregó, supervisarán gestiones para reconstruir y reformar los servicios palestinos de seguridad, una iniciativa lanzada el mes pasado por el director de la Agencia Central de Inteligencia, George Tenet.
Los líderes palestinos intentaron poner buena cara ante el discurso. La Autoridad Nacional Palestina emitió una declaración según la cual Arafat saludaba la iniciativa del presidente estadounidense y miraba hacia adelante en las negociaciones que abría el plan presentado este lunes.
Pero Arafat es el presidente elegido directamente en elecciones libres y justas y Bush debe respetar la opción tomada por el pueblo, advirtió uno de los principales negociadores palestinos, Saeb Erekat.
Además de lo que tiene que ver con el destino de Arafat, el concepto de un estado provisional palestino es visto con escepticismo y preocupación en el mundo árabe, cuyos líderes creen que ese curso del proceso alentaría la política agresiva de Israel.
El discurso fue aplaudido por dirigentes proisraelíes estadounidenses, como los diputados Tom DeLay, del Partido Republicano al que pertenece Bush, y Tom Lantos, del Partido Demócrata, y el portavoz de la derecha cristiana Pat Robertson.
La iniciativa de Bush es considerada, además, una derrota para Powell, quien procura imprimir al gobierno estadounidense un tono más moderado.
Hace dos meses, Powell propuso la convocatoria de una conferencia internacional de paz en Estados Unidos para reanudar las negociaciones de paz, una posibilidad que quedó sin espacio en el discurso presidencial.
También quedó marginada la iniciativa de paz del heredero y regente de la corona de Arabia Saudita, príncipe Abdulá, quien ofreció a Israel relaciones diplomáticas plenas con todos los países árabes a cambio de la retirada de los territorios ocupados en 1967.
El plan de Abdulá fue adoptado por la cumbre de la Liga Arabe en marzo, y el propio príncipe presentó la iniciativa en persona a Bush en el rancho del presidente estadounidense en Texas el mes pasado. (FIN/IPS/tra-en/jl/mj/ip/02