ISRAEL-PALESTINA: Plan de Bush deja preguntas sin respuesta

El plan de paz para Medio Oriente anunciado por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no es una herramienta eficaz para frenar la violencia entre israelíes y palestinos, según analistas árabes.

Bush presentó el lunes un cronograma de tres años para la creación de un Estado palestino, sin explicar en detalle cómo cree posible resolver cuestiones clave, y sugirió que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, debe retirarse del escenario político.

La propuesta fue condicionada por el presidente estadounidense a que los palestinos cesen la resistencia armada contra Israel y reformen sus instituciones.

”La paz requiere un nuevo y distinto liderazgo palestino, para que pueda nacer un Estado palestino. Pido al pueblo palestino que elija nuevos líderes, no comprometidos con el terror”, expresó Bush, en clara alusión a Arafat.

Los grupos extremistas palestinos Hamas y Jihad Islámica sostuvieron que la iniciativa de Estados Unidos sólo busca consolidar la ”ocupación sionista”, contra la cual prometieron continuar la resistencia violenta.

El discurso de Bush fue en parte una reacción a los atentados suicidas palestinos de la semana pasada, según sus asesores, y dedicó breves menciones al nuevo cerco impuesto desde el lunes a las oficinas de Arafat en Ramalá y a acciones israelíes que llevaron a siete el número de ciudades palestinas ocupadas.

Muchos piensan que el mensaje del presidente estadounidense aumentó la probabilidad de que Israel imponga el exilio a Arafat y a algunos de sus colaboradores.

”Washington priorizó el retiro de Arafat, con vagas promesas sobre un Estado palestino provisorio”, comentó el analista político Ghassan Al Jashi, del diario Al Ittihad, de Emiratos Arabes Unidos.

”No definió las fronteras de ese eventual Estado, ni dijo una palabra sobre el futuro de Jerusalén, que israelíes y palestinos desean como capital, o sobre el derecho al retorno de cuatro millones de refugiados palestinos. Pero esas tres cuestiones son las que separan al conflicto de la paz”, destacó.

Bush destacó las consecuencias de ataques terroristas contra israelíes y la necesidad de ”reformas” de la ANP, pero no indicó cómo cree posible resolver esas tres cuestiones, y su referencia a las fronteras previas a la ocupación de territorios por parte de Israel en 1967 puede ser interpretada en varios sentidos.

”Israel recibió el discurso como una luz verde para continuar sus incursiones, demoliciones y asesinatos. Más de 20 palestinos fueron asesinados en cinco días, y aumentan las tensiones debido a la construcción por parte de los israelíes de un muro de 350 kilómetros para separar su territorio de Cisjordania”, indicó Jashi.

En el mundo árabe, muchos consideraron positiva la reafirmación de que es preciso establecer un Estado palestino, pero hubo unánime rechazo a la idea del retiro de Arafat.

”El cronograma de tres años está bien si Israel honra sus compromisos, cosa que no hizo tras firmar los acuerdos de paz de Oslo en 1993, pero la cuestión de la permanencia de Arafat en su cargo no es asunto de Estados Unidos”, opinó el analista político independiente kuwaití Ali Jaber Al Sabah.

Arafat anunció elecciones para enero de 2003, y fuentes cercanas a él aseguraron este jueves que será candidato a la reelección.

El investigador especializado en ciencias políticas Mohammed Al Ghobaisi, de la Universidad de Emiratos, se preguntó qué pasará si el presidente palestino es reelegido.

”La presión externa puede impulsar a los palestinos a expresar respaldo a Arafat, pese al descontento de muchos con su gestión”, señaló.

”Vean cómo permanece en el gobierno (de Cuba) Fidel Castro, pese a que Washington desea su sustitución desde hace casi 50 años”, apuntó.

El secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, aseguró que Washington respetará el resultado electoral si eso ocurre y ”afrontará las circunstancias en su momento”.

El plan de Bush implica la creación de un Estado palestino ”transitorio” en cerca de un año, y pide a Israel que cese sus incursiones militares en territorios palestinos y lleve a sus tropas a las posiciones que ocupaban antes del 28 de septiembre de 2000, cuando comenzó la actual ”intifada” (insurrección) palestina.

A partir de la situación actual, eso significa la retirada israelí de 40 por ciento de Cisjordania.

Washington también espera que Israel cese la creación de asentamientos en territorios palestinos y acepte negociar con la ANP, pero no dio detalles sobre el proceso de diálogo que desea.

Una declaración firmada por Arafat y la ANP calificó la propuesta de Bush de ”una importante contribución” a la paz, aunque pidió explicaciones sobre su significado, pero el presidente palestino dijo a periodistas sobre su eventual retiro: ”Eso lo decidirá mi pueblo, el único que puede disponerlo”.

El jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erakat, instó a Israel a iniciar negociaciones y definir con claridad un cronograma para su retirada de todos los territorios de Cisjordania y Gaza ocupados desde junio de 1967.

Pero el primer ministro israelí, Ariel Saharon, mantiene su negativa a negociar con Arafat, porque lo considera responsable de terrorismo.

Las reformas ya lanzadas por Arafat no son reconocidas en forma suficiente, sostuvo Jashi.

En los 45 días posteriores al fin del confinamiento en sus oficinas de Ramalá que le impuso Israel, ”Arafat promulgó la Ley Básica, o sea la Constitución de la ANP, que había sido aprobada por el Consejo Nacional Palestino en 1997, y firmó una ordenanza que garantiza la independencia del Poder Judicial”, explicó.

Un sistema de cuatro agencias de seguridad palestinas sustituyó a una docena de organismos con mandato en la materia, y pronto habrá elecciones presidenciales, parlamentarias y de autoridades locales, destacó.

”En vez de reconocer todo eso, Bush pretende derribar a Arafat, que ha estado al mando durante 35 años, y pide una democracia de tipo occidental que no existe en ningún país de la región”, añadió.

La popularidad personal de Arafat cayó a un mínimo histórico de 25 por ciento entre los palestinos consultados este mes por el Centro de Medios de Comunicación de Jerusalén, pero la ofensiva militar israelí lo fortalece, porque 48 por ciento de los entrevistados expresaron su deseo de que sea reelegido. (FIN/IPS/tra-eng/nj/js/mp/ip/02

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