GUATEMALA: Ríos Montt choca tres veces con la misma Constitución

Efraín Ríos Montt, el ex dictador acusado de genocida, pretende competir por la presidencia de Guatemala en 2003 si logra sortear la cláusula constitucional que ya le cerró el paso en los comicios de 1990 y 1995 por su pasado golpista.

El general retirado Ríos Montt, quien a los 76 años preside el Congreso legislativo, insistirá en su intento de suceder esta vez al presidente Alfonso Portillo, ambos del Frente Republicano Guatemalteco (FRG).

El propio Portillo aseguró que Ríos Montt es el mejor candidato del derechista FRG, pese a que la Constitución le prohíbe la postulación a la presidencia por haber encabezado un gobierno dictatorial entre 1982 y 1983.

”El candidato natural del FRG (a la presidencia) es el general Efraín Ríos Montt y creo que puede superar los obstáculos legales. En caso de no ser así, el partido va a tener que buscar un candidato de afuera, porque no tenemos uno que pueda sustituir al general”, comentó Portillo.

El artículo 186 de la Constitución inhabilita a competir por la presidencia a toda aquella persona que haya participado en un golpe de Estado o que, como consecuencia de ello, haya asumido la jefatura de Estado. Además, el numeral 281 establece que esa prohibición no puede ser reformada.

El FRG cuenta con 63 legisladores en el Congreso unicameral de 113 miembros, 13 votos menos de los necesarios para convocar a una nueva Asamblea Nacional Constituyente.

Sin embargo, el tercer vicepresidente del Congreso, Jorge Arévalo, aseguró que Ríos Montt puede aspirar a la presidencia, pues las leyes no pueden ser retroactivas y el ex general ejerció el poder de facto hasta 1982, tres años antes de que entrara en vigor la Constitución.

”La diferencia del FRG con otros proyectos políticos de Guatemala es que tenemos un líder natural y (Ríos Montt) o es un patriarca, es un líder, es un ejemplo para las juventudes”, aseguró a IPS Arévalo, integrante del Comité Ejecutivo del FRG.

La posibilidad de que el general golpista compita por la presidencia de Guatemala provocó un revuelo político, pese a que la asamblea general del FRG elegirá sólo en mayo de 2003 a su candidato presidencial con vista a las elecciones de septiembre de ese año.

Ríos Montt abandonó el ejército en 1974 para aspirar a la presidencia, esa vez por vía democrática en las elecciones del mismo año, cuyo triunfo le fue arrebatado mediante un fraude, según expertos locales.

Convertido en pastor de una iglesia evangélica, Ríos Montt dejó la lectura de la Biblia en un templo en marzo de 1982 para asumir el poder mediante una asonada militar y lanzar una campaña contrainsurgente más agresiva que la de sus predecesores.

El presidente estadounidense de entonces, Ronald Reagan, reconoció de inmediato su gobierno y le otorgó apoyo para incrementar la lucha contra la guerrilla, que incluyó la implantación del estado de sitio, la censura de prensa y tribunales secretos de fuero especial.

También incrementó la formación de patrullas civiles de autodefensa, ordenó grandes operativos de control y registro en las ciudades y envió a las tropas especiales a las zonas rurales, donde llevaron a cabo una política de ”tierra arrasada” y matanzas colectivas.

Organismos locales e internacionales aseguran que en el primer año de gobierno de Ríos Montt fueron asesinadas más de 15.000 personas, 70.000 buscaron refugio en países vecinos, en especial en México, y unos 500.000 se internaron a vivir a las montañas.

En agosto de 1983, Ríos Montt fue depuesto por otro golpe de Estado, que llevó al poder al general Oscar Mejía Víctores, quien llamó a elecciones en 1985, en las que triunfó Vinicio Cerezo, iniciando una era de gobiernos democráticos y un diálogo de paz con la guerrilla que concluyó con el acuerdo de 1996.

La líder indígena y premio Nobel de la Paz de 1992 Rigoberta Menchú presentó una denuncia por crímenes contra la humanidad contra Ríos Montt ante la Audiencia Nacional de España.

”Si Ríos Montt llegara a ser presidente sería un grave retroceso en términos políticos, sociales y económicos”, comentó a IPS el director de la no gubernamental Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Guatemala (Conadegua), Orlando Blanco.

”Los efectos más negativos de una eventual presidencia de Ríos Montt serían hacia el interior del país, pues podría haber un sustancial empeoramiento de la situación de los derechos humanos”, agregó.

La Corte Constitucional impidió en 1990 y en 1995 que el general retirado y hoy titular del Congreso se presentara como candidato a la presidencia, en cumplimiento del artículo 186.

Pero Ríos Montt es considerado por analistas políticos como el verdadero poder detrás del gobierno de Portillo y, además, se le ha vinculado con varios escándalos de corrupción administrativa.

El ex dictador fue señalado en agosto de 2000 de alterar de puño y letra los porcentajes de una ley de impuestos a bebidas, en un caso que la prensa denominó ”Guategate”. Diputados opositores intentaron sin éxito iniciarle juicio político para expulsarlo del cuerpo por esa causa.

Otro de los escándalos en que se vio envuelto Río Montt fue en la serie de irregularidades fiscales con neumáticos importados de la que fue responsabilizado el empresario Sergio López, esposo de su hija y estrecha colaboradora Zury Ríos.

La politóloga guatemalteca Carmen Ortiz aseguró a IPS que ”la postulación de Ríos Montt sería una violación total al Estado de derecho”.

Ortiz, de la no gubernamental Asociación de Investigación y Estudios Sociales, consideró que los dirigentes del FRG incurren en el error al afirmar que la Constitución no lo afecta porque no es retroactiva. ”Decir eso sería tergiversar las leyes y adecuarlas a los intereses personales y de un partido”, apuntó.

El FRG tiene grandes posibilidades de continuar en el gobierno, pues el principal grupo de oposición, el también derechista Partido de Avanzada Nacional (PAN), se presenta hoy dividido y sin líder.

Tampoco podrán hacer demasiada fuerza electoral los dos partidos de izquierda, el ex guerrillero Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala y el Alianza Nueva Nación.

En las elecciones de 2003 de Guatemala, con una población de 12 millones de habitantes, sólo estarán habilitado para votar poco más de tres millones de personas, debido a la gran cantidad de menores y la falta de inscripción en los padrones.

”Guatemala tiene una cultura autoritaria y prefiere a los gobernantes de mano dura, por eso, si Ríos Montt lograra postularse, no sería difícil que llegara a ser presidente… las condiciones están dadas”, manifestó Ortiz. (FIN/IPS/nms/dm/ip/02

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