FUTBOL: Arbitros arbitrarios

Arbitrar es dirimir conflictos con la intención de hacer justicia, pero en el fútbol constituye la principal fuente de contiendas e injusticias, como lo demuestra la Copa Mundial que se disputa este mes en Corea del Sur y Japón.

Será difícil que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), organizadora de la Copa, borre sospechas de favoritismo hacia la selección de Corea del Sur, tras la anulación incorrecta de dos goles que le hizo la de España y que pudieron eliminarla este sábado, en un partido de cuartos de final arbitrado por el egipcio Gamal Ghandour.

En la fase anterior de octavos de final, otros errores arbitrales ayudaron a los sudcoreanos a eliminar a la selección de Italia, y la coincidencia alimenta acusaciones de ”robo”.

Los propios organizadores reconocieron que los arbitrajes son el gran desastre de esta Copa, cuyos cuatro partidos finales no podrán borrar esa mancha, aunque es posible que la hagan más notoria, y ya es seguro que el resultado final será cuestionado.

Los responsables y jugadores de la selección italiana se quejan con razón de haber sido los más perjudicados, con cinco goles anulados y por lo menos tres en forma equivocada, en cuatro partidos.

La anulación errónea de uno de esos goles fue decisiva para su derrota ante la selección sudcoreana, en un partido en el cual también sufrieron la expulsión indebida del atacante Francesco Totti.

Los italianos protestaron, amenazaron con desafiliarse de la FIFA, acusaron de corrupción al árbitro ecuatoriano de ese partido, Byron Moreno, por favorecer a los anfitriones, y anunciaron varias demandas judiciales.

Pero los numerosos errores de árbitros no sólo se cometieron en partidos de la selección de Italia. La de Brasil se benefició del cobro de un penal inexistente en su partido contra el equipo de Turquía de la primera fase, de la anulación equivocada de un gol que le hizo Bélgica en octavos de final.

Las selecciones brasileña y turca volverán a enfrentarse este miércoles, para disputar el acceso a la final.

Un penal no señalado en favor de la selección de Estados Unidos, cuando jugó contra Alemania en cuartos de final, pudo cambiar la historia de ese partido que determinó la eliminación de los estadounidenses, porque habría dado a éstos una gran oportunidad de empatar cuando jugaban mejor que su rival.

Las selecciones de México y Senegal también fueron perjudicadas, y los que más se equivocaron fueron los árbitros asistentes, con numerosas fallas al señalar posiciones fuera de juego, según admitió el propio presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

Una de las causas de tantos errores está en contradicciones de la organización del fútbol.

Los árbitros son una isla de no profesionales en un deporte que se convirtió en uno de los mayores negocios del mundo. No viven sólo del fútbol, como lo hacen jugadores, directores técnicos e incluso personas que desempeñan actividades administrativas o auxiliares.

Son actores clave que pueden determinar el brillo del espectáculo o provocar una tragedia, pero ni los que más aciertan pueden acceder a contratos estables ni a sueldos millonarios como los de algunos futbolistas.

En general, sus ingresos personales dependen mucho de otra actividad, y cobran sólo por los partidos en que actuan.

Además, la elección de árbitros para copas mundiales es realizada por la FIFA en nombre de criterios geográficos, y muchos sospechan que responde en verdad a motivos políticos, en función de alianzas entre federaciones nacionales que sostienen a los dirigentes del organismo rector del fútbol mundial.

Blatter reconoció el fracaso de ese sistema de elección y anunció que desde la próxima Copa Mundial serán convocados ”los mejores”, sin el actual límite de un árbitro por país.

También se empezará a admitir que el árbitro y sus dos asistentes sean nacionales del mismo país que ya hayan actuado juntos, para evitar dificultades de comunicación que son otra causa de errores, señaló.

El presidente de la FIFA también se propone impulsar la capacitación de ex jugadores para la función de árbitros, con la intención de aprovechar su experiencia en el deporte.

La indignación causada por los pésimos arbitrajes en la Copa 2002 será positiva si conduce a corregir las causas de los mismos y reducir la posibilidad de catástrofes como la ocurrida el 24 de mayo de 1964 en el Estadio Nacional de Lima.

Ese día, la anulación de un gol de la selección de Perú, que disputaba con la argentina la clasificación para Juegos Olímpicos, causó airadas protestas de aficionados peruanos, que llegaron a invadir el campo de juego.

La policía lanzó bombas de gas lacrimógeno contra una multitud que trató de escapar pero encontró las puertas cerradas, y 364 personas murieron pisoteadas, según datos oficiales sobre la mayor tragedia en estadios latinoamericanos.

La Copa Mundial en curso ya fue causa de disturbios con dos muertos a cuchilladas y decenas de heridos en Moscú el 9 de este mes, cuando aficionados rusos manifestaron su indignación por la derrota de la selección de su paí ante la de Japón por 1-0, que atribuyeron al arbitraje parcial en favor de los anfitriones.

Hubo tumultos callejeros, vehículos incendiados y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, durante los cuales murieron un aficionado de 20 años de edad y un policía.

Supuestos favoritismos de los árbitros agravan rivalidades que degeneran en deseos de venganza por parte de jugadores y aficionados.

Así ocurrió, por ejemplo, durante la Copa Mundial de 1966, realizada en Gran Bretaña, cuando árbitros europeos toleraron juego muy violento por parte de los rivales de las selecciones argentina, brasileña y uruguaya, y cometieron errores que favorecieron en forma clara a los equipos de su continente. (FIN/IPS/mo/mp/cr/02

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