FRANCIA: Todo el poder a la derecha

La derecha de Francia dominará las dos cámaras parlamentarias, el gobierno central y los regionales, la presidencia y la Corte Constitucional como consecuencia de las elecciones legislativas del domingo, que dejaron una oposición reducida a su mínima expresión.

La Unión por la Mayoría Presidencial (UMP) del presidente Jacques Chirac obtuvo 349 de los 577 escaños en la Asamblea Nacional (cámara baja parlamentaria) en la segunda ronda de las elecciones legislativas del domingo.

Otros partidos de derecha lograron otras 50 bancas, con lo cual el número de representantes conservadores en la Asamblea Nacional asciende a 399.

La alianza derechista de Chirac dominará, además, el Alto Consejo de Medios Audiovisuales, que dirige el sistema de radio y televisión, y el Alto Consejo de Magistrados, a cargo de la administración de justicia.

”Ahora tenemos cinco años y todas las ventajas para gobernar y reformar Francia”, dijo el ex primer ministro y aliado del presidente Alain Juppé.

La coalición de izquierda formada por socialistas, comunistas y verdes, que constituyeron la mayoría en el parlamento desde 1997 hasta ahora y que, por el régimen parlamentarista que rige en Francia, también ejercieron el gobierno, perdieron un centenar de escaños, al lograr apenas 178.

Chirac obtuvo el 5 de mayo, en la segunda ronda de las elecciones presidenciales, 82 por ciento de los votos, pero entre ellos figuraban los de millones de izquierdistas que procuraban frenar al ultraderechista Jean-Marie Le Pen.

El candidato socialista a la presidencia, el entonces primer ministro Lionel Jospin, había logrado entonces apenas 16 por ciento de los sufragios, ante el 19,6 por ciento alcanzado por Chirac y el 17 por ciento de Le Pen.

Varias importantes figuras de la izquierda fueron derrotadas el domingo en sus distritos electorales, como la ex ministra de Trabajo y Asuntos Sociales Martine Aubry en Lille, el presidente del Partido Comunista Robert Hue en Argentueil y el secretario general del Partido Verde, Dominique Voynet, en Dole.

Aubry delineó las políticas laborales del gobierno que encabezó Jospin hasta mayo, por las cuales se redujo la jornada de trabajo 35 horas semanales y se instituyeron seguros de salud universales, protección para parejas homosexuales y licencias por paternidad.

”Reconozco que los pobres, aquellos por los que más nos preocupamos los socialistas, se sienten abandonados. Pero acepto mi derrota como una falta propia, y continuaré trabajando para establecer la solidaridad y la fraternidad en la política y en la sociedad”, dijo la ex ministra.

El triunfo de la derecha no llegó a París, donde los candidatos socialistas obtuvieron 14 de los 21 escaños. El Partido Socialista también salió victorioso en bastiones tradicionales de la derecha como la isla de Córcega.

”Los partidos de derecha querían la victoria completa. Ahora tienen toda la responsabilidad. Espero que este poder absoluto no conduzca a la regresión y los abusos sociales”, dijo el dirigente socialista Francois Hollande.

Muchos ya acusan a la alianza de Chirac de preparar un amnistía para el presidente y varios aliados, acusados de casos de corrupción.

Chirac ya está protegido por la inmunidad que la Constitución asegura al presidente, pero algunos de sus asesores cercanos, entre ellos Juppé, deberán afrontar cargos en su contra el año próximo.

El socialista Laurent Fabius, ministro de Finanzas del gobierno de Jospin, acusó de planificar esa amnistía al nuevo ministro de Justicia, Dominique Perben. La acusación fue formulada cara a cara, en un debate público, pero Perben evitó dar una respuesta directa.

”Este asunto no es nuestra preocupación principal. Nuestro interés básico es garantizar la seguridad de la gente”, afirmó Perben.

El nuevo ministro de Asuntos Sociales, Francois Fillon, anunció que ”el nuevo gobierno procurará que en el futuro no se pueda hacer política con los denominados asuntos de corrupción”, y acusó a la izquierda de intentar manchar la imagen de Chirac.

El presidente ha sido ”denigrado con todas estas acusaciones infundadas, pero el pueblo francés evidentemente confió en él y su partido para sacar a Francia de la crisis”, afirmó Fillon.

Sin embargo, el número de personas que votaron a Chirac es menor de lo que sugieren los resultados electorales. Alrededor de 40 por ciento de los 41 millones de habilitados a votar no acudieron a las urnas en la ronda final, la abstención más alta de la historia de Francia.

”Estamos atravesando un periodo de depresión democrática. Actualmente la falta de interés político es más alta, porque ocho por ciento no están registrados en la lista de votantes”, dijo el comentarista del diario Le Monde Bertrand Gendre.

El sistema electoral francés deja a un gran sector de la población sin representación parlamentaria.

Un gobierno elegido sólo con un cuarto del total de los votos controlará ahora todo el poder, dijo el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, cuyo Frente Nacional no obtuvo ningún escaño en la Asamblea Nacional.

”Mi propio partido, que representa unos seis millones de votantes, no tiene ni un solo diputado”, destacó Le Pen.

Chirac confirmó en su cargo al primer ministro Jean-Pierre Rafarin en las primeras horas de este lunes.

”Nuestro principal deber es reforzar la autoridad del Estado, reducir el crimen y restablecer el derecho de la gente a sentirse protegida de la violencia y la inseguridad”, dijo el portavoz del gobierno Patrick Devedjan.

Devedjan anunció una reducción inmediata de impuestos ”para estimular a las empresas a invertir en Francia”. (FIN/IPS/tra-en/jg/ss/lp/mj/ip/02

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