ESPAÑA: Iglesia Católica condena a ETA y aliados

La Comisión Permanente del Episcopado de la Iglesia Católica de España condenó este jueves de manera ”tajante y sin paliativos el terrorismo de ETA” y a sus aliados, señalando que su accionar ”constituye un desprecio a la vida humana”.

La condena atiende al arzobispado castrense, que el 1 de este mes pidió que la Iglesia se pronunciase respecto de una declaración de los tres obispos de las diócesis vascas en contra de un proyecto de ley para ilegalizar a Batasuna, el partido que apoya y es apoyado por ETA.

Una pastoral de los obispos del País Vasco emitida a fines de mayo señaló que ”la ilegalización de Batasuna provocaría algunas consecuencias sombrías, que prevemos como sólidamente probables y que, sean cuales fueren las relaciones existentes entre Batasuna y ETA, deberían ser evitadas”.

El gobernante Partido Popular, que se define como centrista, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la principal fuerza de oposición, están de acuerdo en ilegalizar a Batasuna si, una vez aprobado el proyecto remitido por el gobierno y en trámite en el parlamento, ese partido vuelve a manifestar su apoyo a ETA.

La frase de los tres obispos de las diócesis vascas ”sean cuales fueren las relaciones existentes entre Batasuna y ETA” provocó un alud de críticas, desde el gobierno y los partidos políticos mayoritarios hasta de sectores católicos, entre ellos un grupo numeroso de sacerdotes de las iglesias vascas.

El gobierno de José María Aznar también le reclamó por la declaración de los obispos del País Vasco al presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco, y al nuncio (embajador) del Vaticano en España, Manuel Monteiro de Castro.

La respuesta del Vaticano fue diplomática, pero el martes el nuncio integró la mesa que presidió un acto de la Fundación Víctimas del Terrorismo, encabezada por el ex presidente del gobierno español Adolfo Suárez (1976-1981), en el que se condenó el accionar de ETA.

La presencia en ese acto de Monteiro de Castro fue interpretada como una respuesta positiva a la demanda de condena y un preámbulo de lo decidido este jueves.

La Comisión Permanente del Episcopado decidió este jueves, en referencia a ETA, publicar ”un documento que aliente a los católicos y a los hombres y mujeres de buena voluntad a trabajar sinceramente según sus posibilidades para eliminar esta lacra social y consolidar la convivencia en la libertad y respeto de los derechos humanos”.

Ese documento, especificó, deberá contener ”la condena tajante y sin paliativos del terrorismo de ETA, que constituye un desprecio a la vida humana, don sagrado, y un atentado gravísimo contra el hombre, imagen del mismo Dios, en la línea de los numerosos pronunciamientos de la Conferencia Episcopal y de los Obispos”.

”Dicha condena incluye asimismo a todos los que directa o indirectamente lo toleran, lo justifican o le dan cobertura”, agrega la Comisión, que en la práctica constituye una desautorización expresa de la pastoral de los tres obispos del País Vasco.

También añadió que deberá fortalecerse ”el apoyo y cercanía de la Iglesia a las víctimas del terrorismo, a sus familiares y a los amenazados, viendo en ellos el rostro doliente de Cristo y alentando en esta tarea a las instituciones políticas y sociales”.

Pero el compromiso de la institución, advierte el Episcopado, debe hacerse desde el punto de vista del ”compromiso de la Iglesia en la eliminación del terrorismo desde el ámbito de su misión específica”.

Los obispos dicen que para llevar a cabo esa misión se debe invocar ”la ayuda de Dios, inculcando en la sociedad y en particular en la juventud el sentido moral y la referencia a los valores cristianos y a la dignidad de la persona humana, creando en ella espacios de diálogo, de convivencia y de fraternidad”.

En ese aspecto reivindican ”el estudio en profundidad de los orígenes, causas y consecuencias del terrorismo a partir de la Doctrina de la Iglesia”.

Luego subrayan que con esa acción, la Iglesia ”trata de contribuir a la paz en el País Vasco y en toda España, sembrando la esperanza en los fieles católicos y en la sociedad en general”.

Por último, la Comisión Permanente del Episcopado español sale al frente de las críticas recibidas por la pastoral vasca.

”Ante acontecimientos e informaciones de diverso tipo que han podido afectar la confianza de los fieles católicos en la Iglesia y sus pastores, invita a todos a renovar el amor a la Iglesia, madre y maestra, sacramento y camino, siempre y para todos, del encuentro con Dios y de los hombres entre sí”, apunta.

El ministro portavoz del gobierno, Pío Cabanillas, cuando los tres obispos vascos publicaron su pastoral, había advertido que esos prelados se ubicaron junto ”a las posiciones más radicales de descalificación de la Ley de Partidos desde el nacionalismo vasco”.

Cabanillas añadió que esas ”consideraciones son un compendio exacto del argumentario nacionalista en contra de una iniciativa democrática apoyada abrumadoramente por el Congreso y que es el resultado de un intenso proceso de diálogo y acuerdo”.

El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, no fue menos duro. Refiriéndose a la pastoral objetada, dijo que ”eso es un manifiesto, no una pastoral, un manifiesto profundamente equivocado, superficial, ligero e injusto”.

Ante ello, pidió ”una rectificación a fondo”, por entender que la pastoral no constituía ”precisamente un apoyo para los derechos y la libertad de los ciudadanos vascos”.

ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en lengua vasca) surgió en los años 60 durante la dictadura del general Francisco Franco (1939-1975). Cuando comenzó la transición democrática, tras la muerte del dictador, todos los presos y miembros de ETA fueron amnistiados y puestos en libertad.

Un sector de la organización se integró a la lucha política pacífica, pero otros mantuvieron una actitud violenta que, en los últimos años, se vuelca sobre políticos, intelectuales y periodistas de variado signo, a los que asesinan a mansalva.

Mientras, el País Vasco, una de las 17 comunidades autónomas de España, goza de niveles de autogobierno superiores a los de la mayoría de los estados federales del mundo, incluidos los más industrializados.

Dos miembros de ETA, condenados por asesinato, son diputados en el Parlamento Autónomo Vasco. Uno de ellos, José Ternera, integra la Comisión de Derechos Humanos. (FIN/IPS/td/dm/ip cr/02

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