EDUCACION: Banco Mundial tiene un nuevo plan

El nuevo plan del Banco Mundial para universalizar la enseñanza primaria en países pobres, ”Vía rápida a la educación para todos”, requiere miles de millones de dólares de las naciones ricas y varias concesiones de las pobres.

La meta es que todos los niños y niñas de 23 países en desarrollo asistan a la escuela para 2015, a medida que esas naciones ”prioricen la educación primaria y abracen políticas para mejorar la calidad y eficacia de sus sistemas educativos”, dijo el Banco en un comunicado divulgado el 12 de este mes.

Para empezar, los países seleccionados deberán destinar al menos 1,4 por ciento de su producto interno bruto a la educación elemental, agregó el organismo financiero, muy criticado por las condiciones que pone a sus paquetes de asistencia para el desarrollo.

Además, para acceder a la financiación, las naciones deberán poner en práctica hacia fines de agosto la estrategia para la reducción de la pobreza que promueve el Banco.

Los países destinatarios se encuentran en un grupo de 88 naciones pobres que no podrían alcanzar la meta de universalizar la enseñanza primaria en 2015 sin esfuerzos excepcionales, explicó el organismo.

Por su parte, los países ricos deben comprometer una financiación adicional de 3.000 millones de dólares por año durante el próximo decenio para solventar la iniciativa.

El Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo debe tomar parte en la financiación del plan, dijo el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn.

”Ahora depende del G-8 y otros de donantes seguir adelante y suministrar la financiación necesaria para que funcione esta vía rápida a la educación. En las próximas generaciones, los niños del mundo lo agradecerán”, agregó Wolfensohn.

La cumbre de países del G-8 —Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia— que se celebrará el 26 y 27 de este mes en Canadá, dará prioridad en su agenda al desarrollo de Africa y, por primera vez, gobernantes de cinco naciones africanas tomarán parte del encuentro.

Pero otras iniciativas del Banco Mundial en materia educativa no funcionaron.

En 2000, durante el Foro Mundial de la Educación, el Banco, 180 gobiernos y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) se comprometieron a universalizar la educación básica en 2015.

Pero desde entonces, gobiernos y agencias internacionales rehuyeron sus compromisos y fracasaron en la coordinación de esfuerzos, según organizaciones no gubernamentales.

Funcionarios del Banco Mundial aseguraron que esta vez será diferente, pues los grandes donantes prometieron este año un fondo adicional anual de 12.000 millones de dólares para educación y otras prioridades del desarrollo.

Además, los ministros de Finanzas del G-8 suscribieron un plan para universalizar la educación primaria al colocar el asunto en la agenda de la próxima cumbre, arguyeron.

Pero las cifras arrojan dudas sobre tales compromisos.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), integrada por 30 naciones industriales, sostuvo en mayo que la asistencia para el desarrollo dispuesta por sus miembros cayó de 53.700 millones en 2000 a 51.400 millones en 2001, incluyendo los fondos para educación.

Sin embargo, el Banco Mundial insiste en que la enseñanza es una prioridad y puede incluso constituir la más importante catapulta para el desarrollo en muchos lugares del mundo.

Por ejemplo, los hijos e hijas de una madre de Zambia que completó su educación primaria tienen 25 por ciento más posibilidades de sobrevivir que los hijos de madre sin ninguna educación.

En Bangladesh, las mujeres con educación secundaria asisten tres veces más a reuniones políticas que las mujeres sin escolaridad.

Para la organización humanitaria Oxfam Internacional, con sede en Gran Bretaña, la iniciativa es ”el primer intento creíble de afrontar la crisis educativa global”, aunque no se dispone aún del dinero para ponerla en marcha, advirtió.

”Estados Unidos y el G-8 jugarán un papel esencial en decidir si nos embarcamos en un verdadero pacto global sobre la educación, o sólo en otra vacua promesa”, dijo el director de política global de Oxfam, Phil Twyford.

Oxfam indicó que espera que el G-8 suscriba el plan, asegure por lo menos 4.000 millones de dólares para ponerlo en marcha — 1.000 millones más que la estimación del Banco Mundial— y anuncie una agenda inmediata para ”un grupo de 15 o 20 países”.

Uno de cada cinco niños y niñas del mundo en edad escolar no concurren a la escuela, mientras millones la abandonan antes de aprender a leer y escribir. Uno de cada seis adultos es analfabeto, según cifras del Banco Mundial.

Incluso en países con sistemas educativos mejores, muchos niños concurren a clases superpobladas, o son devueltos a sus hogares tras ser inscriptos, a la espera que se construyan nuevos salones de clase. (FIN/IPS/tra-eng/em/ml/dcl/dv/cr/02

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