El conflicto palestino-israelí no sólo devastó la frágil economía palestina en los últimos 20 meses, sino que también causó una grave crisis económica en Israel, según analistas de Medio Oriente y agencias de la Organización de las Naciones Unidas.
La inversión extranjera y el turismo son extremadamente sensibles a las condiciones de seguridad y por eso se mantienen lejos de Israel, explicó a IPS Mouin Rabbani, director del Centro Palestino-Estadounidense de Investigaciones, en Ramalá, Cisjordania.
El crecimiento del producto interno bruto israelí bajó de 6,4 por ciento en 2000 a 0,5 por ciento el año pasado, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Mientras, el desempleo aumentó de 8,1 por ciento en el primer trimestre de 2001 a 10,5 por ciento en el último trimestre, lo que equivale a 267.000 personas desempleadas en un país de poco más de seis millones de habitantes, dice el informe, publicado el jueves pasado.
El deterioro de la situación llevó a la agencia calificadora de riesgo Standard and Poor a degradar la clasificación de la situación israelí de estable a negativa.
Un informe conjunto del Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) reveló que la economía palestina sufrió daños por unos 360 millones de dólares desde el comienzo de la segunda intifada o insurrección, en septiembre de 2000.
La ciudad cisjordana de Naplusa fue la más afectada, con daños superiores a 114 millones de dólares.
Pero el conflicto también tuvo un alto costo para Israel.
Un artículo publicado en mayo en la revista estadounidense Newsweek sostuvo que la economía israelí está en ruinas.
El presupuesto militar israelí, que suma en promedio 9.000 millones de dólares anuales, aumentó en 1.500 millones el año pasado debido al recrudecimiento del conflicto, agregó.
Los inversores no vienen, y la gente teme salir a centros de compra y restaurantes por los atentados suicidas, dijo el ministro de Finanzas de Israel, Silvan Shalom. Esta situación agravó el desempleo y la recesión económica.
El temor a los ataques suicidas de militantes palestinos acabó con el turismo en Israel, y el gobierno debió gastar entre 5.000 y 6.000 millones de dólares desde el comienzo de la intifada sólo en seguridad, dijeron fuentes oficiales al diario The New York Times.
El gobierno israelí aprobó en mayo un paquete de emergencia que realiza recortes de gastos en todos los sectores excepto defensa.
El estudio de la OIT sostiene que la economía de Israel fue gravemente afectada por tres factores: la recesión mundial desde la segunda mitad de 2000, el deterioro de la seguridad desde el estallido de la segunda intifada, y los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Los pueblos de Palestina e Israel están pagando un alto precio por la ocupación y la violencia, afirmó el director general de la OIT, Juan Somavia.
La situación económico-social en los territorios ocupados se deteriora a diario, con crecientes niveles de pobreza y desempleo que se han transformado en una crisis humanitaria generalizada, agregó.
Además, los cierres de frontera perjudican la economía de la región, señala el estudio de la OIT.
Unos 30.000 reservistas fueron llamados a servicio en el primer trimestre de 2002, y esto puede tener efectos adversos en la actividad comercial, dice el documento.
Mientras, muchos inversionistas israelíes colocan su dinero en bienes raíces en ciudades del exterior como Toronto, Praga y Budapest, según la revista financiera Businessweek, de Nueva York.
En el primer trimestre de este año, unos 500 millones de dólares fueron transferidos de cuentas bancarias en Israel a bancos del extranjero.
Otros israelíes adquieren una segunda vivienda en Chipre. Así, en caso de guerra total, pueden mandar sus familias allí, explicó Stanley Finkelstein, un asesor de bienes raíces de Tel Aviv. (FIN/IPS/tra-en/td/ml/mlm/ip if/02