ECONOMIA-AMERICA LATINA: Mujeres contra el ALCA

El modelo de libre comercio del ALCA agudizará las precarias condiciones del empleo femenino y atentará contra la identidad cultural de América Latina, aseguraron mujeres de las más variadas actividades de 10 países de la región.

La futura ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) acentuará los perjuicios laborales de las mujeres de América Latina, que constituyen 40 por ciento de la población económicamente activa regional y que ya ganan 30 por ciento menos en promedio que los hombres por igual tarea.

”El ALCA no sólo apunta a desvertebrar las economías locales sino también nuestra identidad cultural”, apuntó el foro de académicas, profesionales, obreras, campesinas y activistas sociales de Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, México, Nicaragua, Perú y Venezuela.

La liberalización y privatización han ocasionado ”el desmantelamiento de las infraestructuras públicas” en la región y con el ALCA ”el proceso se acelerará”, eliminando ”por completo la medicina tradicional, la educación y la diversidad cultural”, concluye el documento.

El ALCA es una iniciativa surgida en la Cumbre de las Américas de 1994 en Miami que debería estar definido en 2005. El acuerdo en negociación abarca a los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos, todos los del continente excepto Cuba.

El seminario ”Las mujeres y el ALCA”, que finalizó el domingo en Bogotá, fue la primera de una serie de reuniones previstas en Colombia en preparación del encuentro femenino de octubre, que se realizará en forma paralela a la cita ministerial de América de Quito.

La presencia de redes de organizaciones que trabajan en favor de los derechos económicos, sociales y culturales de las mujeres, ”no sólo contra el maltrato físico y sexual, fue decisiva” en esta reunión de Bogotá, dijo a IPS la coordinadora del seminario, la socióloga peruana Mairela Rivera.

Es clave que se den procesos en los cuales ”las mujeres nos apropiemos de los problemas de la economía, que nos conciernen directamente”, añadió.

Por su parte, la economista venezolana Adicea Castillo comentó a IPS que en América Latina ”las mujeres ganan alrededor de 30 por ciento menos que los hombres, para iguales trabajos”.

Esa tendencia en detrimento de las mujeres ”se reforzará con el ALCA”, porque el ”modelo de liberalización y privatización ha acentuado la segregación del empleo” por género, añadió.

Castillo agregó que también que el deterioro por los ajustes de las políticas económicas, ”profundiza el fenómeno de feminización de la pobreza”.

Citó como ejemplo los sistemas de contratación de personal en las maquilas (zonas francas de procesamiento para exportación) y en las zonas francas, donde prevalecen la mano de obra femenina y presentan ”un desprecio casi absoluto” por las garantías laborales y sociales.

Para la antropóloga mexicana Leonor Aída Concha, portavoz de Mujeres para el Diálogo e integrante de la Red de Mujeres Transformando la Economía, las latinoamericanas ”sufren con mayor rigor los efectos del ajuste”, tanto las que trabajan en la economía formal como en la informal.

A las mujeres ”se les va la vida” en busca de trabajo y en las zonas rurales, como los hombres emigran cada vez más, deben hacerse cargo del trabajo de la tierra, solas, tratando de sacar su familia adelante, comentó Concha a IPS.

La experta mexicana entiende que los postulados del ALCA, ”que no son nuevos porque en realidad se impulsan desde 1980, disminuyen la calidad de vida de las mujeres, por la mayor cantidad de horas de trabajo a que son sometidas”.

Las apreciaciones de Castillo y de Concha se corresponden con datos de la Comisión Económica para América Latina el Caribe (Cepal), que indican la existencia de una muy alta vulnerabilidad de los sectores pobres, a causa de la precariedad del empleo y del ingreso de los hogares.

”La protección social presenta deficiencias en términos de cobertura y de la nueva estructura de riesgos que trae aparejada la globalización”, sostiene un documento de la Cepal examinado en su vigésimo periodo de sesiones, realizado en mayo en Brasilia.

El foro de Bogotá examinó también la constitución o revitalización de asociaciones de campesinas, de educadoras y de trabajadoras de la salud, junto a otros tipos de organizaciones de la sociedad civil.

La socióloga Mairela Rivera explicó que las campañas locales en preparación de la cumbre paralela de Quito buscarán hacer alianzas con grupos mixtos.

”No nos cerramos a un espacio sólo de mujeres, pues creemos que nuestra agenda también es un compromiso de la sociedad”, indicó.

”Nuestra línea de acción busca superar la simple denuncia de no al ALCA y no a la globalización para pasar a un estadio de argumentos”, pues se ofrece una propuesta de modelo alternativo para la sociedad y las mujeres, precisó Rivera.

Las mujeres participantes en el seminario reconocieron que ”la globalización abre algunos espacios positivos”, aunque insistieron que ”lo más probable es que los (aspectos) negativos se impongan”.

Por eso, es necesario ”garantizar una vigilancia de género”, para que en las políticas que se apliquen en el marco del ALCA ”se eliminen las asimetrías nefastas en contra de las mujeres”, se afirma en las conclusiones del foro. (FIN/IPS/mig/dm/if/02

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