DESARROLLO: Sudáfrica procura evitar fracaso de Johannesburgo

Sudáfrica intenta lograr, tras el fracaso de las negociaciones formales, un acuerdo internacional informal que asegure el éxito de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, que se celebrará entre el 26 de agosto y el 4 de septiembre en Johannesburgo.

Sudáfrica, en su carácter de país anfitrión de la cumbre, ”continuará con las consultas informales” tras la infructuosa reunión del 5 al 7 de junio en la meridional isla indonesia de Bali, dijo a mediados de mes el ministro de Asuntos Ambientales y Turismo Valli Moosa.

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible fue citada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para evaluar el cumplimiento de los objetivos establecidos en 1992 por la Conferencia Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Cumbre de la Tierra), celebrada en Río de Janeiro.

Las deliberaciones en Johanneburgo se concentrarán en las formas de mejorar las condiciones sociales y económicas de los pobres del mundo, pero garantizando que el ambiente no sufra los efectos negativos del desarrollo.

Se espera que más de 150 jefes de Estado y gobierno participen en la reunión en esta septentrional ciudad sudafricana.

Pero el fracaso de la reunión preparatoria en Bali, dedicada a la redacción del documento final, y los pobres resultados de la segunda Cumbre Mundial de la Alimentación, realizada entre el 10 y el 13 de este mes en Roma, son poco alentadores hacia la conferencia de Johannesburgo.

Convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la reunión en Roma no logró compromisos significativos para cumplir con las metas establecidas en 1996 por la comunidad internacional para reducir la población hambrienta del mundo.

La Cumbre de la Alimentación sólo atrajo a dos jefes de Estado y gobierno de países industrializados, el primer ministro de Italia, país sede de la conferencia, Silvio Berlusconi, y el jefe de gobierno de España, José María Aznar, en su carácter de presidente de turno de la Unión Europea.

En los círculos de la ONU, la concurrencia de jefes de Estado y gobierno del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos del mundo es un indicador del éxito de una cumbre internacional.

El empantanamiento de las negociaciones para la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible podría hacer que gobernantes del G-8 — integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia— simplemente opten por no acudir a la conferencia.

La reunión en Bali no logró un acuerdo sobre partes sustanciales de los aspectos económicos, financieros y comerciales del documento final de la cumbre en Johannesburgo.

Los países del Sur en desarrollo insisten en que la declaración a ser aprobada en Johannesburgo no debe dejar de mencionar entre las causas más importantes de la pobreza las condiciones injustas del comercio y la falta de mercados para la producción agrícola de los países pobres.

Además, estos países procuran que el documento final, o plan de acción, incluya un cronograma para la financiación de los programas de desarrollo.

Pero los representantes del Norte industrializado alegan que los acuerdos de financiamiento del desarrollo no deberían considerarse en la cumbre, que, en cambio, tendría que concentrar su atención en cuestiones ambientales y de buena gobernancia.

Sudáfrica medió sin éxito para lograr un acuerdo en la reunión preparatoria en Bali. Ahora, los gobiernos están bajo gran presión para lograr un compromiso aceptable para todos antes de la finalización de la cumbre.

Analistas cercanos a las ONU han señalado que Sudáfrica no ha hecho lo suficiente para lograr un acuerdo internacional, y reclaman una mayor contribución del presidente Thabo Mbeki, y también del secretario general del foro mundial, Kofi Annan.

El propio Mbeki ha concentrado su atención en que la cumbre en Johannesburgo sirva de plataforma para dotar de financiamiento a la Nueva Asociación para el Desarrollo de Africa (Nepad), programa de desarrollo sustentable continental elaborado por él mismo y otros gobernantes africanos.

Sudáfrica también será escenario del lanzamiento de la Unión Africana, a constituirse en julio en la meridional ciudad portuaria de Durban, ocasión que también será propicia para que los países africanos negocien una posición común hacia la cumbre en Johannesburgo.

Moosa destacó que la cumbre se concentrará en los tres pilares del desarrollo sustentable: el desarrollo social, el desarrollo económico y la protección del ambiente, y también en la meta establecida en 1996 de reducir a la mitad los 815 millones de personas que entonces sufrían hambre para 2015.

El ministro de Asuntos Ambientales llamó a un acuerdo para un programa concreto de acción en recursos hídricos, redes sanitarias, energía, salud, agricultura, seguridad alimentaria, educación y biodiversidad. (FIN/IPS/tra-en/as/mn/lp/mj/dv ip/02

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