DERECHOS HUMANOS-AUSTRALIA: ONU preocupada por salud de detenidos

Australia debe mejorar las condiciones de reclusión de personas arrestadas cuando buscaban asilo, señaló el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias, tras investigar cinco centros de confinamiento de refugiados en el país.

El director de ese grupo, Louis Joinet, expresó este jueves su preocupación por el impacto de largos periodos de prisión en las condiciones de salud de los detenidos, y en especial de ”las personas vulnerables”, o sea ”bebés y niños de poca edad, menores de 18 años sin acompañantes y personas discapacitadas”.

Entre las últimas, destacó a ”los jóvenes con discapacidad intelectual”, y añadió a ”las mujeres embarazadas y, por supuesto, los adultos de más edad”.

”La detención por tiempo indeterminado no se aplica a criminales comunes, cuyo periodo posible de reclusión tiene límites legales, pero sí a los solicitantes de asilo”, dijo en una conferencia de prensa, en la cual fue auxiliado por un intérprete.

”Una de nuestras preocupaciones es lo que llamo, a falta de un mejor término, el síndrome de depresión colectiva del que fuimos testigos, en especial en el centro de detención de Woomera”, indicó el funcionario, tras entrevistas con centenares de detenidos durante dos semanas.

”Ese síndrome se acompaña con frecuencia de actos de autoagresión e intentos de suicidio, y hay indicios de que hubo suicidios antes de nuestra visita. Creemos que se debe a la cotidiana agonía de la incertidumbre sobre la duración que tendrán las detenciones”, comentó.

”Otro factor que contribuye es, en nuestra opinión, que los presos no cuentan con puntos de referencia para saber cuál es su situación legal, debido a la compleja naturaleza de los procedimientos judiciales”, comentó.

”Nos han dicho que la etapa que enlentece más el proceso es la de la corte de apelaciones, pero todas se desarrollan con gran lentitud”, aseveró.

Grupos de apoyo a solicitantes de asilo detenidos dijeron a los funcionarios del foro mundial que las condiciones de reclusión son ”punitivas” y ”agresivas”.

Según activistas locales, Joinet considera que los centros de detención australianos están entre los peores que ha visto, tras realizar inspecciones en más de 20 países.

El Grupo de Trabajo visitó el país en compañía de un enviado especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, debido a una serie de huelgas de hambre y otras acciones de protesta realizadas a comienzos de este año por internados en los centros de detención.

La política de detención de solicitantes de asilo de las autoridades australianas han causado protestas internacionales de activistas por los derechos humanos, en especial en 2001, cuando el gobierno no permitió que embarcaciones con refugiados atracaran en sus costas, arrestó a quienes viajaban en ellas y los envió a países del Pacífico Sur.

Joinet se reunió el miércoles en Canberra, por separado, con el ministro de Inmigrción y Asuntos Multiculturales, Phillip Ruddock, y el ministro de Relaciones Exteriores, Alexander Downer.

Downer negó el día siguiente que el visitante hubiera expresado preocupación por las condiciones de reclusión de solicitantes de asilo, y aseguró que ”no atacó en absoluto a los centros de detención”.

Ruddock también rechazó en forma tajante que Joinet hubiera criticado las normas de reclusión.

”Si él hubiera indicado que esas normas son contrarias en algún sentido a las que aceptan a nivel internacional, lo habría derivado a los funcionarios responsables de los centros de detención”, dijo a la emisora de radio ABC.

El hecho de que Joinet convocara a una conferencia de prensa antes de la divulgación del informe, prevista para el año próximo, indica el nivel de preocupación del Grupo de Trabajo, apuntó Marc Purcell, de la Comisión Católica por Justicia.

”El vínculo que planteó entre la modalidad de detención y el síndrome de depresión colectiva es una crítica explícita a la forma en que funciona el sistema”, señaló.

”Joinet se refirió a la ausencia de puntos de referencia para saber cuál es su situación, y eso es exactamente el tipo de problema que causó la huelga de hambre en Woomera”, añadió.

”Realizamos arrestos de acuerdo con la ley. Hay procedimientos establecidos para determinar cuánto tiempo pasarán detenidos, y por qué motivo. Y por supuesto, nadie que desee abandonar Australia es retenido contra su voluntad”, alegó Ruddock.

El actual sistema de detención es inmoral, aunque se ajuste a la ley australia, aseveró Purcell.

”Está bien detener a personas recién llegadas para determinar su estado de salud y los riesgos que corren, pero es incorrecto, desde el punto de vista ético, retenerlos tenerlos durante uno, dos o tres años, mientras otros solicitantes de asilo realizan en libertad todos los trámites correspondientes”, explicó .

El activista sostuvo además que el sistema vigente discrimina a las personas que llegan al país por mar, que en su mayoría provienen de Medio Oriente y no hablan inglés.

”Por lo general, quienes llegaron en botes son los más pobres y no cuentan con visas. Ellos son los más perjudicados por el sistema, que les brinda muy escasa información sobre sus casos mientras los mantiene presos”, agregó. (FIN/IPS/tra- eng/bb/ral/mp/hd ip/02

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