COLOMBIA-ECUADOR: Caravana europea contra proyectos petroleros

Ambientalistas europeos pusieron en marcha en Colombia una caravana internacional contra grandes proyectos petroleros y este jueves llegarán a Ecuador, para oponerse al tendido de un oleoducto en la selva.

La presencia de una decena de activistas en los dos países andinos coincidió con la confirmación el viernes de la decisión de la firma estadounidense OXY de abandonar las prospecciones petroleras en territorio de los indígenas u'was de Colombia.

La delegación, encabezada por Giuseppe De Marzo, responsable para América Latina de la italiana Federación de los Verdes y del no gubernamental Observatorio Permanente de ENI, llegará este jueves a Ecuador, tras cuatro días de actividades en Colombia.

El Observatorio es integrado por los principales grupos ambientalistas italianos y por los Verdes para controlar las actividades del Ente Nazionale Idrocarburi, que participa en la construcción del Oleoducto Crudos Pesados (OCP) en Ecuador a través de su filial Agip Oil.

La campaña de los activistas se centra en la oposición a la construcción del OCP, que transportará crudo de la Amazonia ecuatoriana a las costas del océano Pacífico, y a la exploración y extracción de hidrocarburos en territorio de los u'was, en Colombia.

Las actividades de los ambientalistas contra esos dos grandes proyectos de la región andina es especialmente respaldada por el Foro Social, cuya segunda reunión anula se realizó a comienzos de este año en la meridional ciudad brasileña de Porto Alegre.

De Marzo, quien también integra el Comité internacional de Solidaridad con el Pueblo Uowa, señaló que la lucha de esta comunidad indígena contra la explotación petrolera de OXY (Occidental Petroleum Company) es ”la gran metáfora de nuestro tiempo”.

La resistencia indígena ”es el paradigma de un pueblo pequeño contra un gigante y de la lucha de las minorías contra la visión homologante del mundo”, comentó De Marzo a IPS.

El pueblo u'wa está integrado por unas 5.000 personas, distribuidos en 17 comunidades asentadas en los nororientales departamentos de Arauca, Norte de Santander y Boyacá, todos fronterizos con Venezuela.

De Marzo se manifestó satisfecho ante la decisión de la petrolera estadounidense de desistir de explotar el llamado Bloque Samoré, en esa zona de la frontera con Venezuela en jurisdicción del resguardo ampliado de los u'was. ”Su lucha es nuestro símbolo”, apuntó.

Menos entusiasta al respecto se expresó Roberto Pérez, presidente del cabildo mayor ampliado de la comunidad u'wa.

”La OXY se salió, pero tenemos datos de que la estatal Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) contratará otros estudios sísmicos, después de agosto, con una compañía extranjera, probablemente la española Repsol”, señaló Pérez a IPS.

Los primeros datos sobre las posibles reservas de crudo por unos 1.300 millones de barriles en el territorio u'wa fueron divulgados a mediados de la década del 90, tras lo cual se iniciaron trabajos de exploración.

La justicia colombiana revocó el año pasado un recurso de amparo concedido a los indígenas para impedir a OXY realizar prospecciones petroleras en su territorio. El argumento jurídico fue que esa explotación no violaba ningún derecho fundamental de la comunidad ni su integridad cultural.

Sin embargo, a fines del año pasado la firma petrolera estadoundiense concluyó en sus nuevos estudios que las reservas probables no ameritaban proseguir el desarrollo del Bloque Samoré, una decisión de retiro del lugar que finalmente fue confirmada el 7 de este mes.

Roberto Pérez ha liderado la oposición de su pueblo a la explotación de crudo en el territorio, incluso hasta amenazar con un suicidio colectivo de los u'was, sostuvo que el petróleo es ”la sangre” de ”nuestra madre” tierra.

Por eso ”no podemos negociar la vida”, puntualizó. ”Tal vez para la sociedad colombiana el petróleo sea desarrollo, pero nosotros pensamos que significa destrucción ambiental y cultural”, dijo.

El representante de la comunidad u'was aseguró, además, que el gobierno había incumplido la prometida asignación de recursos para adquirir las tierras en posesión de campesinos que están dentro de las 220.000 hectáreas del resguardo reconocido a los u'was legalmente en agosto de 1999.

”Como nos opusimos a la exploración de la OXY, el Ministerio de Medio Ambiente ofreció asignar recursos, pero no han cumplido”, dijo Pérez.

Los ambientalistas de la caravana de solidaridad internacional con los aborígenes resaltaron el sentido de espiritualidad de su mensaje, ”que pone al hombre en armonía con la naturaleza en el centro de todo” y la búsqueda de solución pacífica a los conflictos.

”El petróleo alimenta la guerra por el poder. Detrás de los megaproyectos viene la militarización y la violencia con las armas”, comentó De Marzo, al bosquejar el escenario que dejará el OCP en la Amazonia ecuatoriana, el otro proyecto objeto de denuncia durante su gira andina.

Unas 40 comunidades de indígenas, campesinos y pescadores ecuatorianos se lesionarán con el OCP, por cuya red de tubería de 500 kilómetros de longitud se espera transportar un promedio diario de 450.000 barriles de petróleo, según De Marzo.

El ambientalista italiano estima que con esa intensidad de extracción la reserva de crudo ecuatoriano ”apenas alcanzará para unos ocho años”. El proyecto es tan lesivo, que ”el Banco Mundial no lo avaló por no contar con estudios de impacto ambiental”, agregó.

El OCP está a cargo de un consorcio internacional en el que participan las empresas AGIP, de Italia, OXY y Kerr McGee, de Estados Unidos, Repsol, de España, y Alberta Inc, de Canadá, dijo De Marzo.

El coordinador de la caravana internacional, que concertará en Quito acciones con organizaciones locales como la Confederación Nacional Indígena de Ecuador, dijo que no protestan porque no quieran la explotación petrolera, pues ”no vamos a caer en esa trampa”, sino porque ”es ilegal”.

De los 450.000 puestos de trabajo prometidos por esta obra, en realidad sólo se crearán 4.000, y no son de carácter estructural. Además, ”quienes trabajan son los extranjeros, porque esa es una actividad muy especializada”, agregó.

De Marzo añadió que la acción política de la Caravana y de las organizaciones que en ella confluyen como Constructores de Paz, Red Liliput, Ya basta, Asociación de Pacifistas, Terranova y otras e carácter pacifista y de defensa de los derechos humanos, se inscribe en ”la búsqueda de un modelo alternativo al neoliberal”.

Por esa razón es que sus interlocutores en la gira por Colombia y Ecuador son indígenas, sindicalistas, ambientalistas y líderes de organizaciones de mujeres. ”La lucha es la misma”, en el proceso de conformación de una red que coincida con el movimiento contestatario contra la globalización. (FIN/IPS/mig/dm/en/02

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