Un temporal de lluvias sin precedentes en los últimos 80 años se abatió desde la madrugada de este lunes sobre la zona central de Chile, provocando la muerte de cuatro personas, mientras el presidente Ricardo Lagos calculó que el fenómeno climático dejará unos 50.000 damnificados.
Lagos señaló que el nivel de precipitaciones en Santiago es del orden de 230 milímetros en 24 horas y que las lluvias se seguirán cayendo hasta el miércoles, manteniendo un perfil crítico hasta el martes al mediodía.
Estamos en presencia de agua caída que es la más grande comparativamente desde que se tienen mediciones, superior a la de 1926, que fue la más grande del siglo XX, explicó Lagos, tras una reunión del Comité de Emergencia del gobierno.
La región Metropolitana, a la cual pertenece Santiago, así como la quinta región de Valparaíso, al oeste de la capital, y la sexta del Libertador Bernardo O'Higgins, al sur, son las afectadas por los fuertes temporales de lluvia y viento.
Las autoridades ordenaron la suspensión de las actividades escolares en las tres regiones por este lunes y el martes, al tiempo que autorizaron adelantar en tres horas el fin de la jornada laboral y recomendaron a la población permanecer en sus hogares.
El rigor de un invierno anticipado se dejó sentir también en el extremo austral del país, con intensas nevadas en la ciudad de Punta Arenas, situada en el extremo oeste del Estrecho de Magallanes a 2.300 kilómetros al sur de Santiago.
Este domingo cayó más de un metro de nieve en la región de Magallanes, lo cual aisló virtualmente a Punta Arenas del resto del país y de la vecina Argentina, al bloquear las carreteras e impedir las operaciones en el aeropuerto local.
Las tres regiones de la zona central azotadas por los temporales de lluvias reúnen en conjunto a la mitad de los 16 millones de habitantes de Chile.
La región Metropolitana, con casi seis millones, vio radicalmente alterado su tren de vida este lunes, con carreteras y avenidas transformadas en virtuales ríos que inundaron numerosos pasos bajo nivel interrumpiendo la circulación de vehículos.
El temporal causó igualmente anegamientos de viviendas en barrios periféricos, sobre todo en la zona oeste de Santiago, donde viven familias de escasos ingresos.
La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior informó que, como consecuencia de las primeras lluvias, se produjeron 1.700 damnificados, es decir personas que debieron ser evacuadas de sus viviendas y trasladadas a albergues.
La cifra de personas afectadas, término que alude en este caso a daños parciales en las viviendas, ascendía a 4.800, según el director de la oficina, Alberto Maturana.
Lagos explicó que la cantidad de damnificados crecerá exponencialmente, hasta llegar a unos 50.000, en la medida en que se haga sentir el efecto acumulativo de las lluvias.
El temporal obligó igualmente al cierre del paso Los Libertadores, que comunica al puerto de Valparaíso y a Santiago con la ciudad argentina de Mendoza, y por donde se mueve el mayor volumen de carga terrestre entre los dos países.
Las autoridades policiales advirtieron posibles deslizamientos de tierras y avalanchas en las cercanías de ese paso fronterizo, pero descartaron peligros de aluviones sobre Santiago desde los contrafuertes de la cordillera de Los Andes.
Luis Salazar, de la Dirección Meteorológica de Chile, explicó que el mal tiempo es provocado por un frente frío, cuyas bajas temperaturas impiden que las lluvias derritan la nieve cordillerana, lo cual origina los aluviones.
Maturana señaló que, no obstante, existen riesgos de deslizamientos menores de tierras en colinas y cerros con viviendas precarias, sobre todo en el puerto de Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago.
En Valparaíso, precisamente, las lluvias provocaron un derrumbe que arrasó la vivienda de Vivian Riveros y Juan Tapia, causando la muerte de ambas personas, de 29 años.
En Penco, cerca de Concepción, 515 kilómetros al sur de la capital, el derrumbe de un muro a causa de las lluvias y vientos mató a Manuel Monsalve, de 76 años.
En el municipio de Recoleta, en Santiago, fue encontrado en una calle el cadáver de Patricia Peña (43), una indigente que murió de hipotermia, según en informe médico.
Lagos anunció que este martes se volverá a evaluar la situación antes de resolver sobre la normalización de las actividades escolares, considerando que algunos colegios deberán destinarse a acoger a damnificados.
El gobierno dispuso que personal del ejército colabore con los voluntarios de la Defensa Civil, así como con la policía y los bomberos en labores de evacuación de familias anegadas y en el control de inundaciones de calles y conjuntos habitacionales. (FIN/IPS/ggr/dm/en/02