CACHEMIRA: Encuesta revela abrumador rechazo a unión con Pakistán

Apenas seis por ciento de los entrevistados en una encuesta realizada por la consultora británica MORI en el estado indio de Jammu y Cachemira, son favorables a la unión de la disputada región con Pakistán.

La encuesta realizada durante la última semana de abril por la consultora de opinión pública MORI, con sede en Londres, sostiene que 65 por ciento de los entrevistados prefiere seguir formando parte de India.

Pero el sondeo de opinión, encargado por un grupo de parlamentarios británicos, no ofreció la opción de una Cachemira independiente a los 850 consultados en 55 lugares de Jammu y Cachemira.

El resultado constituye una buena nueva para Nueva Delhi, en medio de la insoportable tensión en la frontera indo-pakistaní, que podría conducir a la cuarta guerra entre ambos vecinos por el control de Cachemira.

La encuesta favorece también al gobierno de Jammu y Cachemira, donde en septiembre se celebrarán elecciones parlamentarias, que deberán concluir con la formación de un nuevo gabinete.

Este sondeo constituye un mensaje para el presidente militar de Pakistán, Pervez Musharraf, quien insiste en afirmar que los cachemiros se pronunciarían abrumadoramente en favor de unirse a su país, si se los convocara a un referendo, señalaron analistas políticos.

Musharraf, presionado por la comunidad internacional para que ponga fin a los atentados cometidos en la parte india de Cachemira, se refirió el martes al conflicto con India, durante la cumbre de 16 estados de Asia, en Almaty, capital de Kazajstán.

Si bien el terrorismo debe ser eliminado, ”no podemos tolerar las políticas rapaces de ciertos estados que ocupan territorios por la fuerza y niegan la libertad a personas durante décadas, en total desprecio por los principios y resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas” (ONU), dijo Musharraf.

Las palabras del mandatario pakistaní eran para el primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, sentado frente a él durante el plenario de la cumbre, con el que no cruzó ni siquiera un saludo.

Vajpayee reiteró que no dialogará con Pakistán si Islamabad no detiene el terrorismo en su territorio.

Nueva Delhi acusa a Islamabad de fomentar la violencia separatista en Cachemira y de respldar acciones terroristas como el ataque suicida contra la sede de su parlamento, en diciembre, o el cometido en mayo contra un campamento militar cercano a la frontera, en el que murieron 34 personas.

La región de Cachemira, con mayoría musulmana al igual que Pakistán, está dividida por la línea de control, una frontera provisoria establecida por la ONU, que otorgó dos tercios del territorio a India y un tercio a Pakistán.

China también controla una porción oriental de la región, rica en reservas petroleras.

Cuando India y Pakistán obtuvieron la independencia del imperio británico, en 1947, el entonces gobernante hindú de Cachemira optó por sumarse a India, el recién nacido estado laico con mayoría hindú.

Pakistán, que no logró arrebatar la región por medios militares a India, y perdió en 1971 a la provincia oriental de Bengala, que se convirtió en el estado de Bangladesh, con respaldo militar indio.

La guerra de 1971 tuvo un final desastroso para Pakistán, pero abrió las puertas a la firma de un acuerdo por el que ambos países se comprometieron a respetar la línea de control y resolver los problemas comunes en forma pacífica y bilateral.

En 1989, un movimiento independentista armado comenzó a actuar en el estado indio de Jammu y Cachemira, presuntamente apoyado por el ejército pakistaní.

India apostó tropas en la zona y reprimió toda forma de oposición. Nueva Delhi fue acusada de alterar los resultados de las elecciones de Jammu y Cachemira celebradas en 1997, que dieron la victoria al actual ministro jefe Farook Abdullah.

Las organizaciones extremistas partidarias de la unión con Pakistán no dudaron en asesinar a líderes cachemiros moderados, como Abdul Ghani Lone, muerto el mes pasado por desconocidos.

En este contexto, no sorprende el resultado de la encuesta de MORI, rechazado por los grupos que buscan la fusión con Pakistán.

”Esta encuesta fue realizada por una agencia privada con la intención de desacreditar a nuestro movimiento”, dijo Abdul Ghani Bhat, presidente del Comité Multipartidario Hurriyat, coalición de partidos independentistas de Jammu y Cachemira.

Si es cierto que 61 por ciento de los habitantes del estado quieren que Cachemira permanezca en India, Nueva Delhi debería permitir el referendo ordenado por una resolución de la ONU de 1947.

El secretario general del foro mundial, Kofi Annan, dijo el año pasado que esa resolución es inaplicable.

El referendo no cuenta con apoyo unánime en Jammu y Cachemira, que no constituye una unidad étnica ni religiosa homogénea. La unión con Pakistán, por ejemplo, sería inaceptable para la región de Ladakh, de mayoría budista, o para Jammu, donde predominan los hindúes.

De hecho, más de 90 por ciento de los entrevistados en la encuesta se oponen a cualquier tipo de partición religiosa o étnica, y prefieren una mejor interacción con los cachemiros que viven al otro lado de la línea de control, en territorio pakistaní.

La mayoría de los consultados de todas las regiones reclamaron el fin del terrorismo procedente de Pakistán, elecciones democráticas y desarrollo económico.

También rechazaron una solución militar al conflicto, en que el sufrirían la peor parte, pues ambos países poseen armas nucleares. (FIN/IPS/tra-en/rdr/ral/lp/dcl/ip/02

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