(Arte y Cultura) AMERICA CENTRAL: Títeres discapacitados, a escena con permiso

Títeres que representan a niños con capacidades diferentes son los protagonistas de un novedoso espectáculo costarricense que recorrerá América Central para educar en el respeto a las personas con dificultades físicas e intelectuales.

Elena, Marcos, Paola y Reynaldo son los cuatro títeres del proyecto ”Con permiso”, una iniciativa que se presentará en espectáculos especiales, en teatros y en televisión.

El camino artístico y educativo del grupo se iniciará a fines de este mes en Costa Rica para luego recorrer el resto de América Central, con un mensaje positivo a la infancia sobre las capacidades diferentes de las personas.

”Queremos valernos de la cultura para mostrar que los discapacitados son capaces”, explicó a IPS el comunicador Miguel Blanco, de 32 años, fundador del proyecto ”Con permiso”.

Blanco y su socio, el actor Christian Amador, consideran que llegó la hora de llevar adelante proyectos artísticos que resalten las capacidades distintivas de la población con dificultades de orden física o intelectual.

El líder de los títeres es Marcos, un niño imposibilitado de caminar a causa de una parálisis cerebral y que se moviliza en una silla de ruedas a la cual llama su ”bólido superpoderoso”, pues le permite jugar y correr a gran velocidad.

Marcos, junto a Elena, con síndrome de down, y Reynaldo, que es ciego, son acompañados por Paola, una niña amiga sin ninguna discapacidad que cumple el papel de interlocutora.

Pese a que no existen datos concretos, se calcula que 10 por ciento de los cuatro millones de habitantes de Costa Rica tienen capacidad diferente, una proporción que se repite en América Central.

”Nuestra meta es hablarle al público de los discapacitados, pero no queremos imponer el tema, queremos hacerlo respetuosamente y por eso le pedimos a los niños y a los adultos el permiso de su atención”, indicó Blanco en referencia al nombre del proyecto.

La imagen usada como emblema de la iniciativa es una puerta con una mano atrás que intenta abrirla, en alusión a que es necesario abrirle una oportunidad de expresión a la población discapacitada y dejar atrás los estereotipos que los discriminan.

Blanco y Amador han escrito los guiones de tres breves obras dramáticas breves y programas de radio y de televisión, en los cuales los títeres Elena, Marcos, Paola y Reynaldo interactúan con su público y comentan que las personas con capacidades diferentes no están enfermos.

”Explicamos que los discapacitados tienen sólo un problema físico, pero que ese problema físico no les impide pensar, tener sueños y llevar una vida normal”, señaló a IPS Amador, de 33 años.

El debut del espectáculo de títeres será el 30 de este mes en el Museo de los Niños de Costa Rica, ubicado en el centro de San José, y luego llevarán adelante presentaciones en televisión.

La idea de ”Con permiso” es abordar un asunto que es muy duro y que en algunas ocasiones es tabú para presentarlo a los niños de una manera natural, amena y entretenida, apuntó Amador.

”Es importante que los niños desde muy pequeños conozcan que las personas discapacitadas son simplemente gente diferente en algunos aspectos, pero igual en cuanto a derechos y que pueden ser muy útiles a la sociedad”, agregó.

El público al cual está dirigido el proyecto son los niños de 5 a 12 años, aunque también puede ser disfrutado por jóvenes y adultos.

En las obras dramáticas, Marcos es un niño que se mudó poco tiempo antes al barrio donde vive Paola, a quien en varias conversaciones le cuenta que él puede hacer una vida normal.

Marcos, con severos problemas motrices, revela en un diálogo divertido con Paola cómo se baña, se viste, va al baño, nada, monta a caballo y hace su vida normal en las situaciones cotidianas de un niño.

Los títeres representan a niños y niñas de entre 11 y 13 años, pero su tamaño real es el de un menor de cuatro años. Todos son manejados por dos titereteros que se han unido al proyecto de Amador y Blanco.

El lenguaje que utilizan es sencillo, directo y con muchas bromas livianas para captar la atención de su público infantil.

Amador y Blanco han recibido el apoyo de dos empresas privadas para iniciar sus presentaciones. Sin embargo, su puesta en escena no ha sido fácil, pues desde hace tres años están planeando su lanzamiento.

”Queremos que más organizaciones no gubernamentales y empresas privadas nos apoyen para seguir mostrando este espectáculo artístico”, señala Blanco.

El origen de la iniciativa data de 1992, cuando Amador importó los títeres de Estados Unidos, como parte de un programa teatral comunitario denominado ”Kids on the block” (Los chicos del barrio).

Ahora, con un espectáculo totalmente renovado que pretende captar la atención de cientos de personas, Amador y Blanco se adentran en este proyecto cultural-social.

Los dos impulsores de esta iniciativa tienen un correo electrónico donde pueden compartir sus experiencias con personas e instituciones de otros países, cuya dirección es con_permiso@hotmail.com. (FIN/IPS/nms/dm/cr/02

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