AMBIENTE-JAPON: Crece oposición a energía nuclear

La política de Japón sobre energía nuclear entró en una fase crítica este año ante una serie de fallas que aumentaron la oposición pública, una situación que podría significar el fin de esa industria, esperan los activistas.

”La política de energía nuclear de Japón está en una encrucijada hoy”, afirmó Ban Hideki, portavoz del Centro de los Ciudadanos sobre Información Nuclear, una organización de lucha contra la expansión del programa nacional de energía atómica.

”Es hora de que el gobierno reconozca que está perdiendo la batalla”, exhortó.

La oposición popular a la energía nuclear nunca ha sido tan fuerte desde que Japón tomó la decisión de desarrollar el costoso programa, en la década de 1980.

Encuestas realizadas por la oficina del primer ministro revelaron un creciente temor público ante los peligros de las centrales nucleares.

Más de 90 por ciento de los encuestados en 1999, frente a 80 por ciento en 1986, expresaron profunda preocupación sobre los riesgos de las plantas nucleares para la salud humana.

Ese temor se ha transformado en acción pública contra la instalación de nuevas centrales, señaló Shuichi Yanagimachi, portavoz de Ciudadanos Preocupados por las Centrales de Energía Nuclear.

Yanagimachi destacó algunos éxitos recientes de los opositores. El mes pasado, dos tercios de los habitantes de Kashiwamachi, en el norte de Japón, votaron en contra de la construcción de una planta de reciclaje de plutonio en su localidad.

”Lo importante del referendo, uno de varios realizados en todo el país contra las plantas nucleares, es que un tercio de los 4.090 habitantes de la aldea dependían de una forma u otra de la nueva central”, destacó Yanagimachi.

Una serie de accidentes en plantas de energía atómica en los últimos años dio por tierra con el mito de la seguridad nuclear de Japón, promovido por el gobierno.

El último incidente llevó a la clausura en mayo último del reactor número dos de la estación de Chubu Electric Power Co., una importante firma de energía nuclear, en la central ciudad de Shizuoka, debido a una pérdida de agua radiactiva.

La filtración ocurrió 24 horas después que la compañía llegara a un ”entendimiento” con los residentes locales, que en abril habían presentado una petición a la justicia para que suspendiera las operaciones de los cuatro reactores de la planta nuclear.

El accidente generó desconfianza pública porque en noviembre ya había habido otros dos accidentes con uno de los reactores de Chubu, señaló Hiroyuki Kawai, abogado del grupo.

Aunque Chubu aseguró lo contrario, existe un creciente temor a un accidente nuclear en caso de terremoto, agregó.

Shizuoka fue considerada por científicos como una de las ciudades japonesas más vulnerables a los movimientos sísmicos.

Otra victoria para los activistas fue el cierre en marzo de Fugen, un reactor térmico de 165.000 kilovatios en el oeste del país, debido a una filtración de vapor radiactivo.

La clausura resultó embarazosa para el gobierno, que poco antes había publicado un documento en el que aseguraba que la seguridad nuclear había aumentado.

Los activistas sostienen que el mes pasado se detectó otra filtración en Fugen, esta vez de tritio, fuera del contenedor de reactores.

Además de estos accidentes, el gobierno está afectado por un escándalo político que provocó pedidos de renuncia del secretario principal del gabinete, Yasuo Fukuda, quien opinó que Japón debería poseer armas nucleares, aunque luego declaró que había sido malinterpretado.

Otro político, Ichiro Ozawa, declaró en mayo que Japón cuenta con suficiente plutonio para producir miles de ojivas nucleares.

Pese a esta controversia y a la creciente oposición pública, las autoridades defienden su política nuclear argumentando que es una forma de energía limpia cuyo uso ayudará a reducir el calentamiento del planeta.

Además, el gobierno se comprometió a realizar un mayor esfuerzo por la seguridad.

Shinichi Kawarada, director de asuntos generales de la Comisión de Seguridad Nuclear, informó que el gobierno dispuso nuevas medidas de seguridad como el despliegue de guardias policiales alrededor de las instalaciones nucleares, para prevenir posibles ataques terroristas.

El Instituto Central de Investigaciones sobre Energía Eléctrica también defendió la política nuclear señalando que si Japón no tiene 52 nuevas plantas para el año 2010, la tarifa de la electricidad aumentará siete por ciento para 2025, y el producto interno bruto caerá.

Pero Kazue Suzuki, directora de la división de energía nuclear del grupo ambientalista Greenpeace en Japón, discrepó de esa opinión.

Según Suzuki, el uso de fuentes renovables de energía como el sol y el viento es mucho más barato y seguro.

”Hace cinco años, la gente creía el argumento oficial de que la energía nuclear era necesaria para generar electricidad, pero ya no”, aseguró.

La activista destacó que la empresa de servicios públicos Tokyo Electric Company realizó 20.000 transacciones para adquirir energía solar y eólica en 2000, frente a apenas 136 en 1995. (FIN/IPS/tra-en/sk/en/mlm/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe