AMBIENTE: Gobiernos piden menor protección de especies amenazadas

El mundo del conservacionismo se sumergió desde el fin de semana en el examen de 54 propuestas gubernamentales para levantar prohibiciones y controles del comercio de especies vegetales y animales amenazadas de extinción.

Esas propuestas, divulgadas por la secretaría de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES, por sus siglas en inglés), apuntan en particular a facilitar el comercio de caoba, bacalao, ballenas, elefantes, tortugas y vicuñas.

La CITES debe decidir si acepta, rechaza o modifica las iniciativas de liberalización en la conferencia de sus 158 Estados partes que se prevé realizar en Santiago de Chile del 3 al 15 de noviembre.

El comercio ilegal de especies en vías de extinción, que la CITES se esfuerza por reducir, deja beneficios de hasta 800 por ciento a algunos de quienes lo practican, denunciaron este lunes en Londres organizaciones no gubernamentales (ONG).

Las organizaciones especializadas Traffic y Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) preparan un proyecto de evaluación técnica cuyas conclusiones comunicarán a los gobiernos y grupos de la sociedad civil que participarán en la conferencia de Santiago.

Las recomendaciones serán elaboradas por funcionarios de las dos organizaciones junto con un equipo de asesores y otros especialistas, y se conocerán el 13 de septiembre, adelantó Xenya Cherny, responsable de prensa de la IUCN, que reúne a representantes de Estados, agencias gubernamentales y ONG.

Por su parte, la secretaría de la CITES entregará en julio sus comentarios sobre las propuestas a los Estados miembros.

La convención contiene listas o apéndices que se revisan cada dos años y medio. El Apéndice I incluye unas 900 especies bajo amenaza de extinción, cuyo comercio está totalmente prohibido, y el Apéndice II alrededor de 4.000 especies animales y de 20.000 especies de plantas, cuyo comercio está sometido a un sistema de permisos.

Algunas de las propuestas de liberalización pueden tener repercusiones sin precedentes en áreas relacionadas con el comercio y con el desarrollo.

Australia propuso incluir en el Apéndice II a dos especies de bacalao que en Chile se denominan bacalao de profundidad, y la aprobación de esa iniciativa acercaría la jurisdicción de la CITES a las de acuerdos regionales de pesca y de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

La CITES pasaría a participar en la regulación de existencias de peces de gran valor comercial, y podría intervenir en el comercio de otras especies, explicó Michael Williams, vocero de la secretaría de la convención.

La FAO y los acuerdos pesqueros regionales encaran por lo general el asunto desde el ángulo de la captura, la explotación y la transformación de la pesca. En cambio, la CITES se ocupa del aspecto ambiental relacionado con la protección las especies.

La conferencia de Santiago debatirá también sobre la situación del elefante africano, pues varios países del sur de Africa pretenden obtener autorización para realizar una venta única de sus existencias de marfil y establecer luego cupos anuales.

La CITES mantuvo durante ocho años la prohibición de vender marfil, pero en 1997 autorizó a tres países africanos, Botswana, Namibia y Zimbabwe, a que realizaran una venta única de sus existencias de marfil no trabajado y de origen legal.

Las propuestas presentadas ahora piden autorización para una venta única de 20.000 kilogramos y un cupo anual de 4.000 para Botswana, una venta de 10.000 y un cupo de 2.000 para Namibia, una venta de 30.000 y un cupo de 2.000 para Sudáfrica, y una venta de 10.000 y un cupo de 5.000 para Zimbabwe.

A su vez, Zambia pide permiso para una venta única de 17.000 kilogramos.

En contraste, India y Kenia proponen transferir al estricto Apéndice I todas las poblaciones del elefante africano.

Los debates sobre protección del elefante confrontan a quienes privilegian los beneficios que podrían obtener las comunidades locales con la venta de marfil, con los preocupados por evitar que la autorización de ventas incremente la caza furtiva.

Argentina, Bolivia y Chile procuran autorización para la venta de lana esquilada de la vicuña, un camélido que viven en los Andes a altitudes de 3.000 a 5.000 metros.

La población de vicuñas en América Latina aumentó de 82.539 individuos en 1981, a 227.201 en 2001, merced a políticas de protección.

Argentina pasó de 8.1555 a 33.414 ejemplares, Bolivia de 4.493 a 56.383, Chile de 7.990 a 16.899, Ecuador de cero a 1.827, y Perú de 61.896 a 118.678.

Cuba pide transferir a la tortuga carey del Apéndice I al Apéndice II, y afirma que su único propósito es permitir la exportación de reservas de unos 7.800 kilogramos de caparazones, acumuladas legalmente en el marco de un programa de conservación y manejo que el gobierno cubano realizó de 1993 a 2002.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y Traffic denunciaron en un informe el aumento del tráfico ilegal de especies silvestres por parte de organizaciones dedicadas a otras actividades ilegales, entre ellas carteles de narcotraficantes y la llamada Mafia Rusa.

Esas organizaciones priorizan las áreas más lucrativas del tráfico de especies silvestres, como el contrabando de caviar, y usan rutas establecidas para el tráfico de personas y el contrabando de armas pequeñas y drogas ilegales, indicaron.

En Gran Bretaña, 50 por ciento de los encausados por tráfico de especies silvestres presentaban antecedentes de condenas relacionadas con drogas, violencia, robo y uso de armas de fuego, destacaron.

Cálculos realizados en Brasil indican que hasta 40 por ciento de los cargamentos que salieron de ese país con drogas incluían también especies silvestres, apuntaron.

En la aduana de Miami se descubrió que 225 de 312 serpientes procedentes de Colombia llevaban en su interior preservativos llenos de cocaína, y se recuperaron 39 kilogramos de la droga, pero todas las serpientes empleadas como transporte murieron, destacaron.

En América Latina, los poderosos carteles de la droga operan en países donde viven numerosas especies amenazadas, y utilizan las mismas redes de distribución para sumar jugosas ganancias, aseguraron.

WWF y Traffic citaron también el caso de aves transportadas de contrabando en avión desde Australia, para ser intercambiadas en Bangkok por heroína que regresa al mercado australiano para su venta. (FIN/IPS/pc/mp/en/02

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