ALIMENTACION: Clave reside en conocimientos de mujeres

La clave para combatir el hambre mundial está en la sabiduría agrícola de las mujeres, no en la producción de alimentos genéticamente modificados, alegaron activistas en la segunda Cumbre Mundial de la Alimentación, que terminó este jueves en Roma.

Muchos estériles debates terminarían si los planificadores del desarrollo tomaran en serio conocimientos tradicionales de las mujeres agricultoras, responsables de 70 por ciento de la producción mundial de alimentos, aseguró la ambientalista india Vandana Shiva.

La gran publicidad del ”arroz dorado” producido por la transnacional de biotecnología Monsanto es un ejemplo claro de subestimación de la sabiduría agrícola de la mujer, afirmó Shiva, de la organización no gubernamental (ONG) ambientalista india Navdanya.

Esa variedad fue enriquecida con vitamina A o retinol, cuya deficiencia sufren unos 750 millones de personas en todo el mundo y es causa de ceguera, entre otros males.

El ”arroz dorado” se presenta como emblema de los beneficios de la manipulación genética, pero el llamado ”arroz rojo” que cultivan mujeres indias contiene mucha más vitamina A, y las agricultoras saben desde hace siglos que es bueno para la vista, arguyó.

Cien gramos del producto de Monsanto contienen 30 miligramos de retinol, y la misma cantidad de ”arroz rojo” contiene 14.000 miligramos, según estudios de Navdanya.

”Un adulto debería comer nueve kilogramos de arroz dorado por día para satisfacer su necesidad de vitamina A, y una mujer embarazada, el doble”, calculó Shiva en un artículo titulado ”Soluciones verdes versus arroz dorado”.

”Hay ceguera ante las soluciones halladas por mujeres en el marco de la biodiversidad”, pero ”el día que superemos eso, desaparecerá la arrogancia del poder”, según la activista.

Una gráfica exhibida en la cumbre de Roma representa la jornada laboral típica de una mujer agricultora en Indonesia, con cuatro turnos de trabajo de las dos de la madrugada a las ocho de la noche.

Esa jornada comienza con trabajos en el campo hasta el amanecer, seguidos de tareas domésticas hasta media mañana, más actividades agrícolas hasta que oscurece, y más labores en el hogar hasta en que las mujeres se duermen, exhaustas.

En el mundo en desarrollo, la vida cotidiana de muchas agricultoras, y la mayor parte de la producción mundial de alimentos está en manos de mujeres, que son 70 por ciento de la fuerza de trabajo agrícola en las regiones de mayor pobreza e inseguridad alimentaria.

Noventa por ciento de los cultivos secundarios para consumo del hogar son realizados por mujeres.

Las decisiones sobre siembra, cuidado de las plantaciones y cosechas son tomadas muy a menudo por mujeres, pero la jefatura de los hogares de agricultores corresponde a una mujer en uno de cada cinco casos, según estadísticas desagregadas por género que se comenzaron a registrar en los últimos años.

”El papel desempeñado por la mujer en la agricultura es crucial”, afirmó la ministra sueca de Agricultura, Margareta Winburg, quien expresó su deseo de que las mujeres de áreas rurales tengan un lugar destacado en los debates sobre desarrollo sustentable para la cumbre mundial que se realizará en agosto en Johannesburgo.

”Las mujeres de áraeas rurales continúan muy subrepresentadas en el proceso de toma de decisiones, y a menudo son ignoradas en los procesos de diseño, implementación y supervisión de políticas de desarrollo rural y agrícola”, destacaron activistas por los derechos de la mujer en un comunicado a los participantes en la cumbre de Roma.

Esa reunión fue un ejemplo más de subrepresentación, ya que la gran mayoría de los participantes fueron varones, y sólo 10 delegaciones fueron encabezadas por mujeres.

El acceso de la mujer a recursos básicos como la tierra y el agua es obstaculizado en muchos países en desarrollo por leyes y tradiciones, apuntaron participantes en un encuentro de ONG paralelo a la cumbre.

En el sur y el sudeste asiáticos, por ejemplo, menos de 10 por ciento de las agricultoras son propietarias de la tierra que trabajan.

”Carecer de tierras como garantía implica que las mujeres tengan graves dificultades para acceder a préstamos, y sin préstamos no suele ser posible comprar semillas, herramientas y fertlizantes, o invertir en irrigación y mejora de suelos”, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Mayor acceso a recursos básicos, tecnología y créditos ”reduciría el trabajo pesado que deben realizar las agricultoras, y les permitiría disponer d emás tiempo para participar en la toma de decisiones”, según las activistas. (FIN/IPS/fk/mn/mlm mp/dv/02

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