ALIMENTACION: América Latina alza la voz en la Cumbre Mundial

América Latina reclamó a los países industriales más ayuda para combatir el hambre y el levantamiento de las barreras comerciales a la producción agrícola del Sur, en el segundo día de la Cumbre Mundial de la Alimentación que se celebra en la capital italiana.

Representantes de 182 países, entre ellos un centenar de jefes de Estado y de gobierno, concurrieron a la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), donde analizarán hasta este jueves las razones del fracaso en las metas de reducción del hambre fijadas en 1996.

Ese año, una reunión similar se impuso el objetivo para 2015 de reducir a la mitad los 815 millones de personas que padecían entonces hambre en el mundo. Hasta ahora, el ritmo de la disminución de la población hambrienta ha sido insuficiente.

El presidente de Colombia, Andrés Pastrana, cuyo periodo de gobierno concluirá en agosto, fue uno de los pocos mandatarios latinoamericanos que asistió a la conferencia denominada Cumbre Mundial sobre la Alimentación: Cinco Años Después.

”Siento vergüenza —y todos deberíamos sentirla— cuando pienso en los miles de niños, mujeres, ancianos y hombres que mueren cada día bajo el angustioso peso del hambre”, afirmó Pastrana ante los 4.000 participantes en la conferencia.

”La gente no tiene hambre porque falten alimentos, sino por falta de oportunidades para adquirirlos. Tiene hambre porque la pobreza y el desempleo siguen agobiando a los países que no formamos parte del pequeño grupo de naciones desarrolladas”, sostuvo Pastrana.

”La mitad de la población mundial vive con menos de dos dólares por día, la quinta parte vive con menos de un dólar y padece las consecuencias de esta miseria infrahumana”, agregó.

En una alusión a los países industriales, el presidente colombiano dijo que ”en lugar de crear subsidios, es necesario desmontarlos gradualmente y entender que el comercio mundial no puede medir con una misma regla a los países con diferentes niveles de ingreso”.

Entre los mandatarios presentes, sólo dos pertenecen a países industrializados: el jefe de gobierno español, José María Aznar, en su carácter de presidente de turno de la Unión Europea, y el primer ministro del país anfitrión, el italiano Silvio Berlusconi.

Cincuenta y cuatro millones de personas sufren hambre en América Latina y el Caribe, mientras 64 por ciento de los habitantes de esa región son pobres y 38 por ciento viven en la indigencia, según cálculos de la FAO.

”Que en el mundo haya 815 millones de hambrientos es realmente un crimen. Que los propósitos que acordamos casi seis años atrás estén cada vez más lejos de ser cumplidos, es una vergüenza”, afirmó en su intervención el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque.

”Cuando en 1996 acordamos en esta misma sala trabajar para que en el año 2015 fueran 400 y no 800 los millones de hambrientos, resultó no una modestísima meta, sino, por lo visto, un propósito inalcanzable”, afirmó Pérez Roque.

Al ritmo actual, agregó, ”se necesitarán más de 70 años para lograr el objetivo que nos propusimos” y ”mientras tanto, en esas seis décadas, morirán de hambre 720 millones de personas”.

”Las causas de este genocidio se encuentran en la imposición al resto del mundo, por una minoría opulenta y privilegiada, de un sistema de relaciones económicas internacionales cada vez más injusto y excluyente, y por demás insostenible”, opinó el canciller cubano.

No se eliminará el hambre mientras los países desarrollados ”no renuncien a cerrarnos sus mercados con aranceles y pretextos proteccionistas de todo tipo: los países desarrollados tienen que abrir sus mercados y propiciar nuestras exportaciones”, afirmó Pérez Roque.

América Latina y el Caribe concentran 25 por ciento de la tierra cultivable del planeta, más de 40 por ciento de los bosques tropicales, 23 por ciento del ganado y alrededor de 30 por ciento de la reservas de agua dulce, según expertos de la FAO.

Esos recursos, a través del desarrollo sustentable, permitirían obtener alimentos para toda la población y generar divisas y recursos para el desarrollo de otros sectores económicos, agregaron.

La proporción de hambrientos dentro de la población de América del Sur se redujo en la última década de 14 a 10 por ciento, mientras que en América Central aumentó de 17 a 19 por ciento de sus habitantes y en el Caribe de 26 a 28 por ciento, según esos estudios.

El logro sudamericano es relativo, no sólo porque un décimo de su población continúa sufriendo desnutrición, sino también por la precariedad del actual entorno económico, indicaron estudios de FAO.

Para que América Latina alcance el objetivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, la inversión bruta anual en el sector rural debería ascender hasta 2015 a 40.600 millones de dólares, según un informe.

El ministro de Agricultura de Venezuela, Efrén Andrade Linares, coincidió con los otros participantes latinoamericanos en la necesidad de un mejor acceso a los mercados del Norte industrial para los productos de países en desarrollo.

El ministro de Agricultura de Perú, Alvaro Quijandría, concentró su intervención en los logros obtenidos por el gobierno de Alejandro Toledo, cuya prioridad, aseguró, es ”promover la seguridad alimentaria de toda la población, en especial de los grupos vulnerables”.

El gobierno peruano destinará 40 por ciento de los ingresos por privatizaciones al combate a la pobreza, sostuvo Quijandría. (FIN/IPS/jp/mj/dv/02

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