AFRICA: Tensión entre soberanía nacional e integración

El gobierno de Sudáfrica insiste en que el lanzamiento de la Unión Africana (UA), previsto para una cumbre continental del 8 al 10 de julio en el oriental puerto de Durban, debe limitar la soberanía de los Estados miembros.

Esa posición adquiere especial relevancia porque se espera que Sudáfrica, el país anfitrión de la cumbre, al cual corresponderá la primera presidencia de la UA, marque su rumbo inicial en materia política y organizativa.

”El primer año de la UA será crucial para definir la orientación y el ritmo de avance subsiguientes de la organización”, dijo el jueves al parlamento el viceministro de Relaciones Internacionales, Aziz Pahad.

”Quiero asegurar a todos, y en especial a los 'afropesimistas', que la UA tendrá diferencias fundamentales con su predecesora, la Organización de la Unidad Africana”, enfatizó.

”El centro del esfuerzo será atender necesidades básicas de la gente para lograr desarrollo socioeconómico, paz, seguridad, estabilidad, protección de los derechos humanos, democracia, buena administración e imperio de la ley. También habrá importantes limitaciones del principio de soberanía”, señaló.

La no intervención en asuntos internos ha sido un principio central de las relaciones diplomáticas entre Estados africanos desde el fin de la dominación colonial en el continente, pero el gobierno sudafricano piensa que eso debe cambiar para lograr credibilidad y apoyo en el mundo industrializado.

Tras el lanzamiento, deben comenzar a funcionar en forma aceitada las principales instituciones de la UA, o sea la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno, el Consejo Ejecutivo, el Parlamento Africano, la Comisión Representativa Permanente de Embajadores y la Comisión de la Unión Africana, opinó Pahad.

Aun se discute la creación de un Consejo de Sabios, integrado por personas que cuenten con gran prestigio continental, para apoyar al Consejo de Paz y Seguridad de la UA, que tendrá por delante una difícil tarea debido a la cantidad y complejidad de conflictos violentos en Africa.

Sudáfrica quiere que la UA cuente con herramientas eficaces para lograr democratización y estabilidad en el continente, y obtener a cambio más asistencia, inversión y apertura comercial del mundo industrializado, con los criterios de la Nueva Sociedad para el Desarrollo de Africa (NEPAD, por sus siglas en inglés).

El presidente sudafricano, Thabo Mbeki, es uno de los principales impulsores de la NEPAD, que implica establecer mecanismos de control recíproco entre los Estados africanos, 15 de los cuales se han comprometido hasta ahora con esa iniciativa.

El Mecanismo de Revisión entre Pares Africanos incluido en el programa de la NEPAD busca ”probar que los gobernantes de Africa son por completo concientes de sus responsabilidades y deberes ante sus pueblos, y están realmente preparados para compromisos con la comunidad internacional, sobre bases de mutuo respeto”, explicó Pahad.

Ese mecanismo implica identificar, evaluar y diseminar las mejores prácticas plíticas y económicas de gobierno, así como supervisar el avance hacia ellas, a partir de claros cronogramas.

La NEPAD y la UA no están vinculadas de modo formal, pero Mbeki quiere que la iniciativa para el desarrollo sea adoptada por el nuevo organismo y asumida por todos sus Estados miembros durante la cumbre de Durban.

Un detallado Programa de Acción y un Borrador de Informe sobre Gobernancia y Democracia serán presentados por la NEPAD a los participantes en esa reunión.

El borrador establece que los Estados que se incorporen a la iniciativa deben respetar la democracia y proteger los derechos humanos y la libertad de prensa, entre otros compromisos.

Mbeki ha intentado vencer la resistencia de los países que temen interferencia en sus asuntos internos, al enfatizar que el incumplimiento de compromisos asumidos en el marco de la NEPAD no implicará sanciones y aislamiento, sino ayuda de los demás Estados miembros.

El presidente de Libia, Muammar Gaddafi, es uno de los mayores opositores a la NEPAD, con el argumento de esa iniciativa implica gran dependencia de ayuda e inversiones provenientes del Grupo de los Ocho países más poderosos, Alemania, Canada, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

Por otra parte, académicos y activistas africanos critican a los gobiernos impulsores de la iniciativa por la escasa participación en ella de representantes de la sociedad civil.

Mbeki admitió esta semana ante el parlamento que os gobernantes promotores de la NEPAD no han consultados en forma suficiente ”a las masas”, y que la iniciativa no puede tener éxito si sólo es impulsada por una élite. (FIN/IPS/tra-eng/as/mn/mp/ip if/02

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