YUGOSLAVIA: Chinos escapan de violencia racista

Miles de ciudadanos chinos han abandonado Yugoslavia desde la caída del dictador Slobodan Milosevic en octubre de 2000, escapando de la violencia racista que causó la muerte de ocho personas en los últimos 12 meses.

Decenas de chinos han sido atacados en Belgrado y otras ciudades de la república yugoslava de Serbia en el mismo periodo, según cifras oficiales.

La minoría china quedó atrapada en el ascenso y caída del régimen de Milosevic.

Durante los años 90, la antigua Yugoslavia padeció las consecuencias del aislamiento internacional a raíz de las guerras de secesión. Fue entonces cuando prosperaron fuertes lazos con Beijing. Entre 1996 y 2000, unos 100.000 chinos emigraron a Yugoslavia.

El rechazo de China a los bombardeos lanzados sobre Serbia en 1999 por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fortaleció ese vínculo, que llegó a su punto culminante cuando las bombas occidentales cayeron sobre la embajada de China, en mayo de ese año, matando a tres ciudadanos chinos.

El derrocamiento de Milosevic en octubre de 2000 puso fin a ese vínculo y a los días felices de los inmigrantes chinos.

No más de 5.000 chinos permanecen en Yugoslavia, 3.000 en Serbia y el resto en la república de Montenegro, según el vicepresidente de la Asociación de Chinos en Yugoslavia, Liu Fengdun.

Los cambios fueron dramáticos. En los primeros seis meses del nuevo gobierno, la población china se redujo a menos de 20.000. La mayoría marchó a Sudáfrica o a países de Europa occidental.

La situación para los que se quedan se agrava progresivamente. Se modificaron los antes escasos controles migratorios y de residencia. Los inmigrantes chinos deben renovar su permiso de residencia y de tabajo cada tres meses.

Liu escribió cartas al presidente Vojislav Kostunica y al primer ministro Zoran Djindjic. ”Necesitan conocer nuestros problemas”, sostuvo.

”Los chinos está invirtiendo aquí, no son solicitantes de asilo ni gente que vive de la asistencia social”, afirmó el asesor de política exterior de Kostunica, Predrag Simic.

Pero la minoría china no se siente bienvenida por el gobierno ni por el pueblo.

”Está claro que aquí no nos quieren. El tiempo dorado para los chinos parece haber terminado”, opinó Hong Shen, también integrante de la asociación de inmigrantes.

La mayoría llegó a Yugoslavia para dedicarse al comercio de bienes de bajo costo, como vestimenta. Pagaban muy pocos impuestos, por lo que muchos serbios los consideraban privilegiados.

Pero ahora están muy lejos de los privilegios. La mayoría habita pequeños apartamentos en el vecindario pobre Block 70, de Belgrado, cuyo centro comercial está atestado de productos chinos baratos. Pero el negocio está en baja.

Muchos de sus vecinos serbios quieren que se vayan. ”Traerlos fue una decisión política de Milosevic. Los tiempos están cambiando y nuestro pueblo necesita más trabajo”, explicó el propietario de un café en Block 70, Dragovan Matic.

La situación ”es consecuencia del confuso mensaje del régimen de Milosevic. Por un lado, instigó la xenofobia contra las naciones no serbias de los Balcanes, y por otro, intentó la simpatía hacia una nación tan diferente”, sostuvo la directora del Comité de Abogados por los Derechos Humanos, Biljana Kovacevic.

Ahora ”la población empobrecida y confundida se vuelve contra el enemigo más próximo, los chinos”, concluyó. (FIN/IPS/tra- eng/vz/ss/dcl/hd/ip/02

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