VENEZUELA: Asilo de golpista pone a prueba relación con Colombia

El efímero presidente de facto de Venezuela Pedro Carmona creó un nuevo elemento de roce entre Caracas y Bogotá al escapar del arresto domiciliario para pedir asilo en la residencia del embajador de Colombia.

”Esperamos que las relaciones bilaterales no se afecten, pues al fin y al cabo el derecho internacional mantiene la figura del asilo político y aspiramos a que no haya perturbaciones en los vínculos entre Colombia y Venezuela”, dijo este viernes el presidente colombiano Andrés Pastrana.

Las relaciones bilaterales fueron tirantes entre 2000 y marzo de 2001, cuando una cumbre entre Pastrana y el presidente venezolano Hugo Chávez las distendió. Desde enero volvieron a tensarse, sobre todo después que Bogotá tuvo expresiones de elogio para Carmona durante su breve presidencia.

Carmona, quien presidía la principal organización empresarial venezolana, ocupó los días 12 y 13 de abril la jefatura del gobierno de facto que reemplazó transitoriamente a Chávez, quien fue desalojado del poder por altos oficiales militares pero recuperó la jefatura de Estado por un contragolpe cívico-militar.

Desde entonces, Carmona era juzgado, como los líderes militares insurrectos, por organizar y perpetrar un golpe de Estado —los cargos son rebelión y usurpación de funciones—, pero en un régimen de libertad vigilada, que le permitía permanecer en su domicilio.

El jueves, mientras la atención del país se volvía hacia una marcha opositora que en Caracas exigió la renuncia del fiscal general, Isaías Rodríguez, por considerarlo afecto a Chávez, Carmona burló la vigilancia del lujosos edificio de apartamentos donde residía y escapó con rumbo desconocido.

Se desataron rumores sobre su huida del país, y empresarios amigos y abogados defensores difundieron la versión de que la policía política lo había conducido a su cuartel para interrogarlo, hasta que el canciller Luis Alfonso Dávila informó que Colombia informó sobre el refugio y la solicitud de asilo.

El ministro del Interior, Diosdado Cabello, dijo que el delito de fuga ”se agrega a la participación golpista” de Carmona, en tanto Dávila sostuvo este viernes que ”no le corresponde al gobierno de Venezuela hacer ninguna consideración sobre la petición de asilo”.

”A partir del momento en el cual conozcamos oficialmente la decisión del Estado colombiano nos corresponderá evaluar todas las circunstancias que rodeen el caso, y será en ese momento cuando el Estado venezolano fije una decisión al respecto”, agregó Dávila.

El manejo del asilo ”es un aspecto circunstancial que va a gravitar de alguna manera en la relación entre los dos Estados”, dijo Dávila. Algunos oficiales golpistas de rango medio, temporalmente asilados en la embajada de Bolivia, partieron luego a Estados Unidos, indicó el canciller.

El canciller de Colombia, Guillermo Fernández de Soto, recordó que ”de acuerdo con la práctica internacional, le corresponde al Estado asilante la calificación. Lo demás son especulaciones. El asilo es una institución del derecho interamericano y no puede afectar las relaciones entre dos naciones”.

El abogado de Carmona Juan Martín Echeverría dijo que su cliente ”es un perseguido político y debía buscar un refugio por falta de garantías procesales”, para justificar lo cual sostuvo que, de acuerdo con la acusación, ”este es el primer caso de rebelión de un solo hombre”.

La organización no gubernamental de derechos humanos Provea condenó que se haya permitido la fuga de Carmona ”por falta de medidas adecuadas de seguridad o por complicidad”, lo que, advirtió, abre campo a la impunidad de delitos graves. En los desórdenes entre el 11 y el 14 de abril murieron 85 personas.

Echeverría negó que se hubiera pagado sobornos a policías para facilitar la fuga, y se negó a explicar las modalidades de la fuga y el ingreso de Carmona a la residencia del embajador colombiano, Germán Bula, quien se encuentra en Bogotá participando del proceso electoral de su país.

Por otra parte, Carmona, como cualquier venezolano que se sienta perseguido político, tiene derecho a solicitar asilo, que le corresponde a Colombia calificar la solicitud y que ello no debe verse como gesto inamistoso, indicó Provea.

En contrapartida, Venezuela puede pedir y obtener su extradición, agregó la organización.

Más allá del debate sobre derecho internacional, el probable asilo de Carmona abona la discordancia entre dos gobiernos con dispares ideas políticas y abundantes desencuentros, a pesar de que ambos países comparten una frontera de 2.200 kilómetros, problemas comunes y el proyecto integracionista andino.

Los últimos desencuentros se registraron a raíz del golpe y el contragolpe de abril, porque apenas se anunció que Carmona asumía como presidente provisional, tanto Pastrana como la funcionaria entonces a cargo de la cancillería, Clemencia Forero, entre otros representantes del gobierno, elogiaron al empresario venezolano.

También manifestó su apoyo a Carmona el sector privado colombiano. El ingreso de productos de Colombia a Venezuela fue obstaculizado por medidas de salvaguarda impuestas por el gobierno de Chávez.

Sin embargo, el comercio bilateral se sostiene como el más dinámico en la región andina y con balanza favorable a Bogotá.

Pero, en la opinión pública a uno y otro lado de la frontera, han calado sobre todo las versiones, extraoficiales, desmentidas por Caracas pero ampliamente voceadas los medios de comunicación de ambos países, de que Chávez no sólo simpatiza sino que ha brindado ayuda a la guerrilla colombiana. (FIN/IPS/jz/mj/ip/02

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