El Foro Social Transatlántico, convocado por organizaciones no gubernamentales (ONG) contra la oficial Cumbre de Europa, América Latina y el Caribe, termina en paz en la capital española, tras haber atraído escasa asistencia.
La llamada contracumbre fue organizada por 70 ONG de América Latina y Europa, opuestas a la forma en que se gestiona la globalización de la economía, y sesionó del martes al viernes en el campus de la Universidad Complutense de Madrid, con conferencias, mesas redondas y debates a los cuales asistieron cada día unas 500 personas.
El viernes y este sábado se realizaron protestas callejeras, en cada una de las cuales unas 2.000 personas cumplieron el recorrido pactado con las autoridades policiales, sin llegar al Campo de las Naciones donde se reunió la cumbre.
Ambas movilizaciones transcurrieron de forma pacífica, rodeadas de fuertes vigilancia policial, que este sábado incluyó a dos helicópteros, una decena de furgonetas delante de los manifestantes, otras detrás de ellos y grupos apostados en esquinas.
Se canceló un espectáculo musical con el se pensaba terminar la movilización, porque la policía cerró el paso a un camión que transportaba a los músicos y a sus instrumentos.
Los activistas convocaron para este domingo a una tercera y última marcha y a un espectáculo musical final.
Al día siguiente, los coordinadores del movimiento antiglobalización comenzarán a preparar protestas paralelas a la reunión del Consejo Europeo que se prevé realizar en junio en la sudoccidental ciudad española de Sevilla.
Según los coordinadores del Foro, también llamado Cumbre de los Pueblos, se logró el objetivo de mostrar la verdadera realidad de América Latina, la que en Europa no se ve.
El español José Vidal Beneyto, director de la Escuela de Altos Estudios Europeos de la Sorbona, en París, señaló en el Foro que hay que distinguir entre actores de la sociedad civil positivos como las ONG, y otros negativos como las mafias internacionales.
La estrella de la reunión fue la periodista canadiense Naomi Klein, quien no sólo criticó a gobiernos y a los organismos internacionales, sino también a la manera de actuar de los movimientos contra la globalización, que en su opinión nunca deben apelar a la violencia ni permitirla en sus filas.
La ONG humanitaria Amnistía Internacional instó a los mandatarios reunidos en Madrid a adoptar medidas prácticas para garantizar el respeto a los derechos humanos.
Según ese grupo, en toda América Latina se ha generado una espiral de impunidad, debido a que instituciones como la policía, el ejército y el Poder Judicial no castigan a los responsables de violaciones de derechos humanos cometidas tanto en el pasado como en la actualidad.
Lo cierto es que todavía en países como Colombia, Guatemala, México y otros de la región, los defensores de los derechos humanos viven asediados y bajo constante amenaza, afrimó.
El único político conocido que asistió al Foro fue Gaspar Llamazares, secretario general del Partido Comunista Español y líder de la coalición Izquierda Unida, cuyo principal integrante es ese partido.
Aquí estamos en la cumbre real entre Europa y América Latina, la otra es una cumbre ficticia, en la que no hay nada que interese de verdad a los pueblos latinoamericanos y europeos, dijo.
En el campus habló la argentina Hebe de Bonafini, dirigente de una de las dos organizaciones de Madres de Plaza de Mayo, quien dijo que en su país no hay un solo político que valga nada, y no hay otra forma de salir adelante que organización, revolución, liberación.
La dura crítica de los activistas a los gobiernos de las dos regiones tuvo dos excepciones, ya que el Foro apoyó en forma expresamente al presidente de Cuba, Fidel Castro, y al de Venezuela, Hugo Chávez.
Hubo debates sobre la desobediencia civil y otras experiencias de lucha social, como la presentada por una delegación del brasileño Movimiento de los Sin Tierra (MST).
Una de las reuniones con más asistencia fue el Encuentro de Mujeres latinoamericanas y europeas, en el cual hablaron la brasileña Neiva Vivian, coordinadora nacional del MST, y la argentina Rosana Varone, quiene transmitió la experiencia en su país de las asambleas populares barriales.
También participaron la mexicana Rosario Ibarra, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y experta en la cuestión de los detendidos desaparecidos, y la venezolana Lidice Navas, activista social y política alineada con Chávez.
Vivian destacó entre las conquistas de su movimiento que los registros de tierras se realizan a nombre de todos los integrantes de cada familia, que también discuten los proyectos de organización, y señaló que el MST la participación de la mujer en todos los procesos de producción.
En todos los proyectos de ese movimiento, a mitad de los participantes son mujeres, y en todos sus grupos de base hay una coordinadora y un coordinador, añadió.
Varone contó que la participación de mujeres en las movilizaciones sociales de Argentina es muy alta, y afirmó que las cacerolas enarboladas y hechas sonar en esas protestas representan a las mujeres en dos sentidos, por su órgano sexual y como cacharro de trabajo femenino.
Las asambleas han organizado fondos económicos comunes y redes de trueque, servicios en hospitales, escuelas y comedores populares, demostrando el desprecio por los políticos, agregó.
Ibarra dijo haber descubierto en su infancia que la miseria no se termina con la caridad, y denunció que en el septentrional estado mexicano de Chihuahua desaparecieron más de 250 mujeres, entre ellas jóvenes y niñas, algunas de las cuales aparecieron luego asesinadas y mutiladas.
Navas afirmó que las mujeres venezolanas se han organizado en forma creciente en los últimos años contra la violencia y expresó orgullo por el proceso político que encabeza Chávez.
Entre los grandes avances de ese proceso destacó el reconocimiento del valor económico del trabajo doméstico, amparado ahora por el sistema de seguridad social, y la creación de un Banco de la Mujer, que asegura crédito a las más pobres, en muchos casos sin cobrar intereses. (FIN/IPS/af/mp/if ip dv/02