TRABAJO: Cinco mil muertos por día por causas laborales

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que en el mundo no existe conciencia suficiente de la tragedia representada por las dos millones de muertes que acaecen cada año como consecuencia de accidentes y enfermedades laborales.

El promedio de 5.000 muertes por día reflejan una tragedia humana, refirmó el director ejecutivo de la OIT responsable del sector de protección social, Assane Diop.

La OIT calculó que los trabajadores sufren cada año unos 270 millones de accidentes, entre ellos 360.000 fatales. Unos 12.000 de esos fallecimientos son de niños que trabajaban en condiciones peligrosas.

Las enfermedades profesionales aquejan a unos 160 millones de trabajadores por año. El cáncer es la causa de 32 por ciento de las muertes causadas por las condiciones de trabajo, con 640.000 decesos.

Le siguen las enfermedades circulatorias, con 23 por ciento, los accidentes, con 19 por ciento, y las enfermedades transmisibles, con 17 por ciento.

En el mismo periodo, las substancias peligrosas se cobran la vida de 340.000 obreros, 100.000 de los cuales como consecuencia de la exposición al amianto.

Las peores consecuencias se registran en la agricultura, que ocupa a más de la mitad de la fuerza de trabajo mundial. Al menos la mitad de las muertes, lesiones y dolencias se registran en la actividad rural, pero esa información obtiene, por lo general, escasa divulgación.

Otros sectores que en especial también acarrean riesgos son la construcción, el transporte, la minería, la pesca y la explotación forestal.

Pero la falta de conciencia sobre la gravedad de esas cifras obedece a que la mayoría de esos episodios se presentan de manera dispersa, sostuvo Diop.

Los incidentes dramáticos encuentran espacio en la prensa, pero la realidad cotidiana de los que mueren, se enferman o resultan lesionados por causas relacionadas con el trabajo pasa inadvertida.

La OIT alertó que la toma de conciencia es importante y que el mundo tiene una obligación moral de actuar.

La inacción se paga a un alto precio económico, pues las pérdidas que ocasiona el fenómeno superan 20 veces a la asistencia oficial al desarrollo destinada a los países en desarrollo.

Pero la OIT no arriesga una estimación del peso económico de los accidentes y las enfermedades relacionadas con el trabajo, debido a la falta de un método universal y común convenido.

Sin embargo, el director del área de Trabajo Seguro de la OIT, Jukka Takala, calculó que esos accidentes y dolencias causan una pérdida de cuatro por ciento del producto mundial bruto.

Pero esa cifra solo considera una fracción de los casos de cáncer y de enfermedades transmisibles relacionadas con el trabajo, pues éstos, por lo general, no son registrados ni compensados, precisó Takala.

Las observaciones del experto parten de la base de que las reacciones del cuerpo humano son, probablemente, las mismas en todo el mundo y que igualmente la mayoría de los procesos laborales son universales.

La agricultura, las industrias extractivas, las fábricas, la construcción de carreteras y edificios, el transporte y los servicios usan métodos semejantes en todas partes, sostuvo.

Sin embargo, se aprecian algunas diferencias notorias en los niveles de exposición a los riesgos.

Por ejemplo, muchos procesos de producción requieren mayor trabajo intensivo en los países en desarrollo que en los industriales, con lo cual crece el número de obreros expuestos.

La información y la conciencia sobre los peligros y las medidas de prevención son significativamente inferiores en los países de bajos ingresos. Por otra parte, en esos países se emplean maquinarias menos avanzadas y equipos que demandan menor consumo de energía.

En el pasado, los países en desarrollo utilizaban menos que los industrializados algunos productos minerales y químicos, como el amianto y los químicos industriales. Pero esos patrones están cambiando, y al mismo tiempo otros productos, como los plaguicidas, se usan más y sin medidas apropiadas de control.

En las economías de altos ingresos se registra una tendencia declinante de los accidentes fatales debido, principalmente, a un gradual cambio estructural.

En esos países cada día menos gente trabaja en ocupaciones peligrosas, como agricultura, bosques y minería, y crecen los empleados en los sectores de servicios, relativamente seguros.

Un estudio preparado por Takala concluye que la industrialización aumenta de manera acelerada las tasas de accidentes fatales y de otro tipo.

El experto de la OIT incluye en el concepto de industrialización rubros como carreteras, infraestructura, telecomunicaciones, construcción de fábricas y la incorporación de obreros sin formación a nuevos empleos.

Una gran mayoría de los trabajos peligrosos son ocupados por hombres y alrededor de 80 por ciento de los fallecimientos corresponden a ese género. En los países de altos ingresos, esa proporción asciende a 86 por ciento.

En cambio, en los países de bajos ingresos, donde las enfermedades transmisibles son más comunes, la división es más equilibrada.

Estudios realizados en varios países demuestran que en la agricultura tradicional la proporción de accidentes y de enfermedades entre hombres y mujeres es más pareja.

En particular, las tareas que causan incapacidades y ausencias laborales prolongadas, como los desórdenes músculo-esqueléticos, son más comunes en las mujeres que en los varones. Por lo general, los trabajos en que esas dolencias son frecuentes son de salarios muy bajos.

Las investigaciones de la OIT comprueban que los riesgos para la seguridad y la salud, junto con la exposición a los peligros, se reducen cuando existe un diálogo social verdadero y una conciencia en la comunidad.

El director general de la OIT, Juan Somavía, llamó la atención sobre la repercusión que los accidentes tienen en la familia de los trabajadores que han quedado lesionados, incapacitados o que pueden haber muerto a consecuencia del trabajo.

Los estudios preparados por la OIT serán debatidos durante el Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, que sesionará en Viena, Austria, del 26 al 31 de este mes. (FIN/IPS/pc/mj/lb he/02

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